Hostelería 'made in Barcelona'

El grupo Confiteria celebra sus 10 años tras haber abierto o recuperado 24 bares, restaurantes y coctelerías en Barcelona

Los tres socios preparan otras cuatro aperturas este año, tras haber revigorizado locales históricos que suman casi 900 años

El mejor bar del mundo (2022) está en Barcelona y se llama Paradiso

Los dueños de la mejor confitería del mundo 2022 resucitarán la Font del Gat este verano

Patricia Castán

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El mismo día en que celebraban su 10º aniversario en la hostelería (este jueves), el grupo Confiteria estrenaba nueva aventura: una barra coctelera con el sello Paradiso en el flamante Time Out Market. Y este 2024 le seguirán otras cuatro novedades que se sumarán a sus 24 bares, restaurantes y coctelerías creados, reinventados o recuperados hasta el momento. El vigoroso sello barcelonés ha evolucionado a un ritmo tan espectacular en cifras como en hijos pródigos. Cada uno de los locales que regentan tiene algo que lo hace único y que conecta con los barrios donde laten, además de sumar casi nueve siglos de historia. Pero además en solo una década han pasado de facturar 200.000 euros a una previsión de 25 millones este año.

La hiperactividad que muestra el trío formado por Lito Baldovinos y los hermanos Enric y Joan Rebordosa queda patente con el doblete que tuvieron que hacer la noche del jueves: inaugurando en sociedad la implantación de Paradiso en una terraza del Maremagum que forma parte del nuevo mercado gastronómico del centro comercial, a la vez que ejerciendo de anfitriones de un fiestón celebrado en La Paloma para soplar sus primeras 10 velas. Esta última tuvo una primera parte más tranquila, para acabar con una sesión 'disco' en toda regla abierta al público y cuyas entradas eran benéficas para la Fundació Catalana d’ELA Miquel Valls.

El exitoso triángulo se toma el éxito con la misma naturalidad y modestia con la que un buen día tomaron las riendas de La Confiteria en el Raval, en 2014. Nacía así su vocación de tripular para preservar, embellecer o reforzar algunos de los bares que forman parte de la historia de los barrios de Barcelona. Aquel databa de 1912, y hoy luce todo su esplendor para despachar platillos y cócteles. Con ese primer paso, Lito y Enric, amigos desde siempre, se metían su primer chute de hostelería local. "No sabría hacer otra cosa que montar bares", explica el segundo.

Un giro vital y un reto

Enric ya había trabajado en el sector en París, y su socio venía de hacerlo en el ámbito del márketing. Su giro vital les hizo ir subiendo peldaños con tres tipos de local. Por un lado históricos o emblemáticos de la ciudad, por otro bares carismáticos y arraigados a barrios, y por otro coctelerías singulares. Hasta el punto de que suman 896 años de historia sumando la vida previa de cada uno de ellos, ya que no faltan centenarios.

Su alineación de barras es insuperable y con el mérito añadido de focalizarse en el cliente barcelonés, porque se rinden al 'caliu' de rincones de todos los territorios: de Les Corts al Raval, pasando por el Eixample, Sarrià-Sant Gervasi o Sant Martí. Su cliente turista solo los frecuenta, inevitablemente, en el Born y en busca de algunos de los mejores tragos de la ciudad.

Enric apunta que pese a su fama de recuperadores de bares con solera, en este tiempo solo han adoptado dos negocios en la UCI, el Bar Muy Buenas (en el Raval) y el restaruante Rilke (en el Eixample). El resto han sido negocios que ya funcionaban pero a los que tal vez faltaba relevo generacional o a los que podían dar nueva energía. Alumbrar un bar es "construir un hogar para la gente", reflexiona este socio fundador empeñado en mantener el patrimonio de la ciudad, a la par que crean coctelerías inolvidables.

Precisamente, el parto de Paradiso, en el Born, que se posicionó rápidamente en el podio de la mixología y se coronó en 2022 como mejor del mundo, fue un motor definitivo para dar pulmón financiero a sus sueños y proyectos. Porque sus propios ingresos y los créditos --"sin inversores detrás"-- son los únicos motores del grupo, aclaran.

Bajo su manto están ahora las coctelerías Dr. Stravinsky, Paradiso, Monk, Mudanzas y Balius, o bares de tapas como Bolero Bar, El Maravillas, Michigan, Betlem, Centric y Ultramarinos Marín, así como restaurantes entrañables como el Café del Centre y el Muy Buenas.

Paradiso

Paradiso / GRUPO CONFITERÍA

Monk

Monk / GRUPO CONFITERÍA

Es feo querer más a un hijo que a otro, pero Enric siente debilidad por el infalible Ultramarinos Marín que, con el chef Borja García a la cabeza, le tienta a comer allí tanto como puede. Y por el carisma de Dr. Stravinsky y por la ilusión que acompañó a su primogénito.

Tejen una red que crece por el afinado engranaje de piezas: más ágil cuanta más infraestructura tienen en el mantenimiento de los locales, su aprovisionamiento, recursos humanos y demás. "Es más fácil gestionarlos cuantos más son", afirman. Porque el sector sabe lo difícil que es contratar personal en estos momentos, y aquí suman ya una plantilla de 300 personas, fidelizadas a golpe de "transmitirles nuestros valores y misión".

De Via Laietana a Tuset

Después de tantos estrenos, no pierden la emoción de lo que está por venir- un 'spin off' de Paradiso, al lado, Gelateria Paradiso, en alusión al pasado del 'bartender' Giacomo Giannotti, 'alma mater' del primero. También una coctelería al principio de la Via Laietana, aún sin nombre, de cara a noviembre. Y una más en la calle de Tuset, en lo que fue el legendario bar La Bolsa, donde combinarán un espacio de focacceria con producto local (Focachio) y más al fondo la coctelería de estilo setentero Focaccio, en un guiño gamberro al mítico Bocaccio. Sin olvidar la recuperación de La Font del Gat, en Montjuïc.

Rebordosa está convencido de que ya no hay marcha atrás en la tendencia mixóloga de Barcelona. No es una moda. "La coctelería es un bar de copas escenográfico, un refinamiento", reflexiona. ¿Quién iba a preferir ahora un rupestre cubata?, sugiere, pudiendo deleitar su paladar con los elixires mágicos que salen de un vaso mezclador.

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