Informe 2024 de la Fundació Arrels

El sinhogarismo se alarga en Barcelona: el tiempo en la calle se enquista por encima de los cuatro años

Antes de la pandemia el promedio eran tres años y cinco meses, pero desde 2020 la cifra no baja de un cuatrienio

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Voluntarios de Arrels, junto a personas sin hogar.

Voluntarios de Arrels, junto a personas sin hogar. / LAURA GUERRERO

Gisela Macedo

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Las personas que viven en la calle en Barcelona llevan, de media, cuatro años y cinco meses en esta situación. Esto supone un incremento del tiempo promedio de estancia en la vía pública con respecto al año anterior, que indicaba un promedio de cuatro años y cuatro meses. Son datos de la edición 2023 del informe 'Vivir en la calle en Barcelona. Radiografía de una ciudad sin hogar' de la Fundació Arrels.

"Esta es una media alta que aún no ha recuperado los niveles previos a la pandemia, cuando era de tres años y cinco meses", señalan desde la fundación. Asimismo, señalan que la cronificación es especialmente grave entre las personas nacidas en España y en la Europa comunitaria, con un promedio de cinco años y ocho meses, y seis años y medio, respectivamente.

informe de la Fundació Arrels 2024 sobre las personas que viven en la calle en Barcelona. Este gráfico muestra el tiempo que llevan viviendo en la calle

Tardanza de los servicios sociales

Por otro lado, el informe de Arrels indica que el 81% de las personas que llevan menos de un mes en la calle no ha recibido ningún tipo de atención social, y que el porcentaje de personas atendidas por servicios sociales aumenta a medida que se incrementa el tiempo de estancia en la calle. Esto, desde la fundación lo atribuyen a un posible desconocimiento de los recursos disponibles para personas sin hogar, o por la dificultad de adaptarse a la nueva realidad.

informe de la Fundació Arrels 2024 sobre las personas que viven en la calle en Barcelona. Este gráfico muestra las personas que no han recibido ayuda reciente según el tiempo que llevan viviendo en la calle

En este aspecto, señalan que es "una asignatura pendiente" dotar de los recursos necesarios a la red de servicios de atención para personas sin hogar, y que estos lleguen antes de que las personas ya se encuentren en situación de calle. Cabe recordar, que una persona sin hogar no necesariamente tiene que ser alguien que vive en la calle, sino que bajo este término se engloba cualquier persona que resida en un lugar que no reúne las condiciones necesarias para vivir con calidad de vida y dignidad. Por ello, una persona puede estar en situación de sinhogarismo antes de llegar a vivir en la calle.

Precisamente, el hecho de desconocer los recursos y servicios existentes para personas sin hogar provoca que aquellas que llevan menos tiempo en la calle tengan más dificultades para cubrir necesidades básicas como la alimentación o la higiene (un 50% de las que llevan menos de un mes). A medida que aumenta el tiempo de estancia en la calle, las personas tienen la percepción de cubrir de manera más satisfactoria sus necesidades básicas y, del total de personas que viven en la calle, el 74% declara que puede hacerlo.

Jóvenes vulnerables

Otra conclusión del estudio es que el hecho de haber vivido en un centro para niños o jóvenes es un factor de riesgo de sinhogarismo. Un 15% de las personas que viven en la calle en Barcelona explica que ha vivido en un centro de protección de la infancia y la juventud. Este porcentaje es de un 41% en los jóvenes hasta 25 años que viven en la calle.

informe de la Fundació Arrels 2024 sobre las personas que viven en la calle en Barcelona. Este gráfico muestra las personas que viven en la calle y que no han recibido ayuda reciente según su edad

Antes de vivir en la calle, el 38% de las personas tenían un lugar relativamente seguro para vivir: el 28% vivía en una vivienda de alquiler y, el 8%, en una propiedad. Para dos de cada diez personas entrevistadas (18%), el último alojamiento fue un servicio institucionalizado y luego tuvieron que dormir en la calle. Principalmente, se trata de albergues para personas sin hogar (11%), pero también cárceles, viviendas con el apoyo de entidades sociales o servicios sociales, residencias o centros sociosanitarios o centros para niños y jóvenes. "Esto destaca los desafíos que enfrentan las personas desinstitucionalizadas para obtener una vivienda estable, incluidos los jóvenes que acaban de cumplir la mayoría de edad", señala Arrels.

Las principales razones de pérdida de alojamiento que reportan las personas que viven en la calle son la pérdida de trabajo, problemas familiares o separación de la pareja, problemas relacionados con la vivienda y procesos migratorios. Por otro lado, de todos los entrevistados, el 5% de las personas dice no haber vivido nunca en una vivienda estable.

Hombres, migrantes y de mediana edad

En cuanto a la demografía, el 87% de las personas sin hogar son hombres, el 9% mujeres, el 1,3% mujeres trans y el 1,2% de género no binario. La misma fundación destaca que las mujeres suelen experimentar formas de sinhogarismo más invisibles antes de llegar a la calle, donde enfrentan un mayor riesgo de violencia y abusos.

Las personas migrantes configuran el 74% de la población sin hogar en Barcelona, frente al 29% en el padrón municipal. La edad promedio es de 43 años, con una notable presencia de jóvenes inmigrantes extracomunitarios.

En el momento en que se extrajeron estos datos, en diciembre del 2023, se localizaron 1.384 personas viviendo en la calle en Barcelona, la cifra más alta registrada. Por distritos, el 24% estaba en Ciutat Vella, el 22% en l’Eixample, el 15% Sants-Montjuïc y el 14% Sant Martí.

informe de la Fundació Arrels 2024 sobre las personas que viven en la calle en Barcelona. Este gráfico muestra el recuento anual de personas que viven en la calle que hacen los voluntarios
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Estos datos provienen de unas encuesta realizadas por 381 voluntarios los días 13, 14 y 15 de junio de 2023 en las calles de Barcelona y en locales de 13 entidades sociales. De las 839 encuestas válidas realizadas, se descartaron 154 porque se identificó que las personas no se encontraban en situación de calle, a pesar de estar en otras formas de sinhogarismo. A partir de las respuestas de las 685 personas detectadas viviendo en la calle en ese momento, Arrels ha elaborado la edición 2023 de este informe.