Carta de Tito Álvarez a los taxistas de Barcelona: "He perdido 54 kilos y disfruto como un crío"

El líder de la principal entidad de taxistas del área de Barcelona, Élite Taxi, vuelve a relatar en primera persona a sus compañeros de profesión la importancia de cuidarse a uno mismo para poder afrontar retos colectivos. A través de El Periódico, Tito Álvarez describe en una carta muy personal sus ejercicios diarios, el traslado de la ‘Cursa del Taxi’ a Badalona y su reciente diagnóstico de TDHA.

‘Seguimos haciendo camino’, por Tito Álvarez

Hace 10 meses que escribí una carta muy personal en la que explicaba que estaba empezando a cuidarme. Entonces había perdido unos 14 quilos de peso y llevaba unas semanas comiendo sano y haciendo deporte. Expliqué que mi carácter me había llevado a ir a tope en muchos sentidos, y no siempre los mejores. El mismo carácter que ha hecho que tenga ganas de luchar a muerte por el taxi hacía que me diera igual mi propio estado.

Supongo que por la madurez que da la edad y también por la experiencia que he ido adquiriendo en el sector del taxi me di cuenta de que la vida no funciona así. Me di cuenta de que el largo plazo también cuenta, es decir, que hay que ser estratégico. No es inteligente quemarte a corto plazo para ganar batallas y luego no poder ni moverte porque tienes una salud fatal.

Decidí darle la vuelta y me puse manos a la obra. Puedo ser ‘destroyer’, pero si se me mete algo entre ceja y ceja lo voy a hacer. En este caso, fue cuidarme, adelgazar, comer sano y ponerme fuerte. Y aquí estoy, ya he perdido 54 kilos, nada más y nada menos. Voy al gimnasio cada día una hora, donde combino pesas, pádel, natación, actividades como HBX, HBX Boxing… Y con ayuda de un entrenador hago mis rutinas, adaptadas a lo que necesito. Estoy disfrutando como un crío.

Nuevamente, ¿por qué este arranque de hablar de mí mismo que hace que parezca que estoy encantado de conocerme? Mucha gente sabe que no he llevado el mejor estilo de vida, los que no me conocen tanto seguramente tienen prejuicios de lo ‘loco’ que parezco. Y otros, quizás, me tengan como un referente positivo. Modestamente pienso que, en cualquiera de los tres casos, puede servirles que cuente mi vivencia. Si yo he podido cambiar mi estilo de vida de forma tan radical, ellos también se pueden cuidar. Sobre todo pienso en el taxista y en cómo muchos se beneficiarían de hacer deporte y comer sano. Algunos, como yo, han tenido infancias y juventudes duras o por lo menos un tanto alocadas. Pero nunca es tarde para cuidarse.

Es por eso también que propusimos hacer la Cursa del Taxi, como proyecto social para el sector. Teníamos un principio de compromiso de los políticos para poder hacerla en Barcelona, pero ahora nos dicen que la ciudad está muy ocupada con eventos, cursas, etc. Ya sabéis que rendirme no es lo mío, así que a través de los compañeros de Ràdio Taxi Catalana hemos contactado con el gobierno de Xavier García Albiol y creemos que la podremos hacer en Badalona, por lo que vamos a intentar hacer la primera en 2025. Será solidaria y buscaremos algo que útil a niños con problemas, por ejemplo la lucha contra la obesidad infantil o el Asperger, TEA o TDHA.

"Los médicos de mi hijo me dijeron que soy un caso de manual de TDHA y tras el diagnóstico he entendido muchas cosas"

Para ir acabando, tengo que decir que para mí el cambio principal no ha sido físico. Para empezar a cuidarme han tenido que pasar muchas cosas. Primero, ser padre. Mi hijo Jordi, que ahora tiene 16 años, es la persona más importante del mundo para mí. Lo que hago, lo hago por él. Tiene un diagnóstico de Asperger y poco a poco, para entenderle, he ido dando importancia a lo sutil, a la parte emocional de la vida. Esto también me ha servido para ver qué me pasaba a mí y al final comprender que nos parecemos mucho. Hace poco sus médicos me dijeron que soy un caso de manual de TDHA. Tras el diagnóstico he entendido muchas cosas.

En segundo lugar, el taxi me ha cambiado la vida. Aquí he formado una segunda familia, me han querido y he sentido que valía la pena luchar para defender la dignidad de los taxistas y el pan de nuestras familias. Cuando llegué al taxi era bastante una bala perdida… El sector me ha dado estabilidad y un lugar en la sociedad como ciudadano, trabajador y ahora como taxista con licencia, aunque me siento un trabajador igual. Es algo difícil de explicar porque no es una cosa económica, sino ligada a la identidad, a la pertenencia a algo bueno. Creo que muchos en el taxi sentimos esto, que no soy solo yo. Élite Taxi surge de ese sentimiento. Por eso daríamos nuestras vidas por este sector, porque no es solo un trabajo, es lo que somos, sobre todo colectivamente.

Este sentimiento me ha permitido usar mi carácter para la defensa del sector: no parar nunca quieto, aceptar bastante mal que me intenten tomar el pelo, darle vueltas a la cabeza para salirme con la mía... Y te acabas encontrando con compañeros de camino que se parecen a ti. En el caso de Élite, sin duda nos hemos juntado unos cuantos ‘casos parecidos’. Aunque sea la cara más visible y extrovertida, Élite somos un equipo que funciona muy bien sincronizado. Es un trabajo en equipo.

Más allá de la motivación y nuestras trayectorias vitales, hay unas características del sector del taxi que vienen dadas por las condiciones materiales. Es decir, definidas por el hecho de ser autónomos y no tener jefe formal que nos pueda despedir, por estar la mayoría endeudados con el banco, ganar más según las horas que metamos, etc. Estas condiciones hacen, por un lado, que la gente pueda volverse individualista e incluso egoísta, que piense solo en facturar y en lo suyo. Pero cuando nos enfrentamos a un enemigo común que amenaza nuestro sustento, nos damos cuenta de que somos más trabajadores que empresarios y que las condiciones a las que estamos sometidos son de explotación, aunque sea indirecta. En ese momento nace la conciencia de clase, que es lo que ha pasado en el taxi en Barcelona y lo que parece que empieza a pasar en otros sectores, como la payesía catalana.

Estas mismas condiciones con las que nos quieren convertir en pequeños capitalistas, también son las que hacen que no le debamos favores a nadie. Solo debemos nuestras hipotecas y los préstamos del taxi, y lealtad a nosotros mismos, pero nada más. Aquello que podría aislarnos y volvernos egoístas lo usamos como denominador común a través de la organización basada en un sentimiento y una conciencia. Con una identidad positiva de solidaridad, amistad y protección a nuestras familias, nuestro sector será invencible.

Jamás podré devolver a este sector lo que me ha dado para crecer como persona y encontrar el equilibrio en mi vida.

Gracias y hasta la cursa del Taxi 2025.