El anuncio del fin de los pisos turísticos en Barcelona devalúa las licencias y frena la compraventa

El mercado inmobiliario de viviendas de uso turístico siempre ha jugado otra liga en cuestión de precios. Todos aquellos propietarios de alguno de los más de 10.000 pisos con licencia en Barcelona que en su día corrieron para regularizar la actividad abonando poco más de 200 euros, incrementaron automáticamente el valor de su vivienda en unos 100.000 euros de media a la hora de venderla. Así que el anuncio del alcalde Collboni de erradicar todos los apartamentos de este tipo en la ciudad en 2028 para combatir la crisis de vivienda ha sacudido al sector. No tiene efectos en su actividad de alquiler por días a corto plazo, pero sí lo ha tenido de forma inmediata en el ámbito de la compraventa: las licencias se han devaluado inmediatamente y las operaciones se han frenado.

Las muchas incertidumbres que planean sobre el sector han hecho que el movimiento inmobiliario se paralice momentáneamente. "Salvo que haya precios de derribo, nadie va a querer comprar ahora", señala el propietario de dos viviendas turísticas que acababa de poner en venta--poco antes del anuncio del ayuntamiento--, a la vista de que se avecinaban recortes desde que el Govern aprobó en 2023 el decreto que permite a los municipios decidir cuántos (o ningún) piso turístico quiere en su territorio. "En la agencia me explicaron que los pisos con licencia se habían pagado incluso a 200.000 euros más que el resto, según las habitaciones y metros. Ahora me han dicho que habrá que rebajarlos", agrega. En estos momentos, el portal inmobiliario Idealista cuenta con casi un centenar en venta, casi la totalidad de los cuales estaba en venta antes de la decisión municipal de la semana pasada.

La patronal Apartur estima que la revalorización por poseer licencia de actividad turística suele ser de 50.000 a 100.000 euros, mientras que algunas inmobiliarias consultadas lo sitúan por encima, hasta el doble. Fuentes de esta asociación de apartamentos turísticos creen que la noticia de la potencial eliminación de los pisos turísticos en la capital catalana no va derivar en un alud de oferta en venta. "Los propietarios de licencias están esperando a ver qué pasa", apuntan. Muchos tienen esperanzas de que la intención de Collboni no prospere, después de que la Autoritat Catalana de Competència (ACCO) ya cuestionase la iniciativa de la Generalitat. Y más con el anuncio de que Apartur recurrirá el caso de Barcelona ante la Unión Europea.

Aprovechar hasta el final

En el seno del sector, por tanto, se prevé que todo el mundo 'exprima' estos cuatro años y medio de plazo hasta la extinción de las licencias, antes que venderlas a precio de saldo o simplemente al precio real que merezca la tasación del piso. Otra agencia que pide no ser citada y lleva la venta de una decena de pisos (incluso a medio millón de euros por 60 metros cuadrados de diseño en el Born) pone el dedo en la llaga: "Si las licencias se pierden estos pisos no volverán al mercado de alquiler porque muchos han hecho reformas importantes que no se compensarían con el nuevo índice de límite de precios al alquiler". Es más, creen que se venderán a 'expats' o extranjeros que quieren segundas residencias reformadas en Barcelona. De momento, no dudan de que las operaciones se congelarán a no ser que los precios se ajusten y "los números salgan para los inversores", en un escenario con potencial fecha de caducidad para lo que se ha convertido en un negocio.

Otra consultora agrega que ante la posibilidad de que un cambio de gobierno autonómico o municipal dé otro giro a las previsiones para 2028, "es difícil que nadie quiera vender y más previsible que los propietarios prefieran explotar el uso turístico e incluso decidir si recurren la retirada de licencias y piden indemnizaciones al Ayuntamiento". Sí ven claro que, en caso de venta, los precios se acercarán a los de una vivienda común de uso residencial, dado que "ya no es un negocio para siempre".

Oferta en los portales

En el portal de Idealista actualmente figuraban el pasado viernes 94 pisos en venta con licencia turística. Los precios empezaban por 263.000 euros en el barrio del Besòs por 55 metros cuadrados en un cuarto piso sin ascensor. Otros ejemplos: en el Poble Sec otro piso muy alto sin ascensor de solo 45 metros cuadrados se ofrece por 290.000 euros como "oportunidad excepcional". Muy cerca, un quinto de 56 metros también sin elevador se oferta a "precio de mercado" porque la comunidad ha "votado en contra" de la actividad turística. En el Parc i la LLacuna del Poblenou por un ático de 35 metros con terraza se piden casi 400.000, precios que se repiten por unos 40 metros cuadrados en el Clot, Sants. Pero no faltan los de 50 metros a medio millón, y los de 70 a 895.000 euros, llegando a una veintena de casos por entre uno y dos millones.

En todos ellos se ignora el asunto de la extinción de licencias, ofertándose como grandes "inversiones". Pero no es el caso de una inmobiliaria especializada en este segmento concreto y que en su web defiende que el negocio sigue viable pese a la que se avecina: "Contamos con clientes interesados en comprar incluso tras publicación del decreto de Noviembre de 2023 que pone fecha de caducidad a las licencias". De hecho, dicen ser grandes conocedores del sector con "constantes cambios legislativos" que hacen que "haya que estar constantemente al día para evitar problemas y llevar a cabo la venta con éxito". Entre su oferta --con más unidades ya vendidas que disponibles en este momento-- aluden a rentabilidades superiores al 12% o a ingresos superiores a 60.000 euros anuales.

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