Material tóxico

MAPA | Los barrios de Barcelona que acumulan más techos de amianto pendientes de retirar

El Bon Pastor, la Marina de Prat Vermell y Provençals del Poblenou sobresalen con más de un centenar de cubiertas de fibrocemento cada uno

CATALUNYA | Consulta cuántos tejados de amianto hay cerca de tu casa

Dos vecinos de Barcelona observan una pared con amianto, delante de un piso próximo al 22@.

Dos vecinos de Barcelona observan una pared con amianto, delante de un piso próximo al 22@. / JORDI COTRINA

Jordi Ribalaygue

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Barcelona aún concentra al menos 2.045 techos que contienen amianto, según datos de la Generalitat de Catalunya. Juntos suman un kilómetro cuadrado -la superficie total de la capital son 101 kilómetros cuadrados- y se estima que pesan 17.716 toneladas. En el conjunto de Catalunya, se han logrado identificar 122.262 tejados construidos con el componente tóxico, que ocupan 38,6 kilómetros cuadrados (una extensión equivalente a la de Sabadell) y alcanzan las 683.729 toneladas.  

Buena parte de los barrios de Barcelona donde más subsiste el material insalubre cuando se deteriora y desprende polvo acreditan un pasado industrial o han conservado polígonos y actividad fabril. Por encima de todos, sobresale el Bon Pastor, con 304 cubiertas de fibrocemento, unas placas de uso habitual en la construcción décadas atrás y armadas con la sustancia nociva, causante de enfermedades respiratorias crónicas y cánceres mortales. Le sigue la Marina de Prat Vermell, que alberga la Zona Franca y el Puerto de Barcelona: acumula 223 tejados con amianto. En tercer lugar, se sitúa Provençals del Poblenou (107 techumbres construidas con el mineral peligroso) y, a continuación, el barrio colindante, el Poblenou (94 techos). 

Los datos proceden del mapeo que el Govern ha elaborado mediante un sistema de teledetección, en base a vuelos de cámaras y sensores, afinado con el uso de inteligencia artificial y supervisado por técnicos. El visor desmenuza la presencia de amianto por secciones censales, una unidad territorial inferior a la del distrito y la de barrio. El localizador acusa algunas limitaciones: el Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya señala que las imágenes de satélite no reconoce las cubiertas de menos de 35 metros cuadrados y ciertos obstáculos encubren algunos tejados, tapados por un árbol o una sombra. Calcula que se ha documentado el 81% de los tejados de fibrocemento y que la presencia de amianto se ha confirmado a posteriori en el 98% de los casos detectados.

El siguiente mapa de la Generalitat y el ICGC permite localizar dónde se hallan los techos que deben ser sustituidos en los próximos años y rastrear dónde perduran casi calle a calle.

España prohibió en 2002 la venta de amianto, que debe desaparecer de los edificios públicos de aquí a 2028 y tiene que eliminarse de los inmuebles privados antes de 2032, según los objetivos marcados por la Unión Europea. La Generalitat y el ICGC han presentado el mapeo este miércoles en un acto convocado por la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB). Da idea de la magnitud del trabajo que falta para que, en menos de una década, se erradique una sustancia que, a la larga, amenaza con provocar afecciones incurables, como el mesoteolioma. Es un cáncer que, cuando se manifiesta, acorta la esperanza de vida del paciente a apenas un año.

Zonas afectadas

Aparte de los cuatro vecindarios antes mencionados, la clasificación de los barrios donde más persisten los techos de fibrocemento se completa del modo siguiente: en quinta plaza, figura La Verneda i La Pau, con 84 tejados con amianto; le sigue Sant Andreu del Palomar, con 75; Sants ocupa el séptimo puesto, con 71; La Llacuna del Poblenou reúne 70; el noveno lugar es para Gràcia, con 60 cubiertas, y Horta cierra la lista, con 45.   

A su vez, 19 barrios cargan todavía con una cantidad que fluctúa entre 44 y 20 tejados con amianto. Son el Camp de l’Arpa del Clot (44 cubiertas), la Antiga Esquerra de l’Eixample (34), la Nova Esquerra de l’Eixample (34), Torre Baró (34), Sagrada Família (32), el Besòs i el Maresme (29), el Clot (28), la Dreta de l’Eixample (27), Trinitat Vella (25), Poble-sec (24), la Maternitat i Sant Ramon (23), Sagrera (23), Baix Guinardó (22), el Carmel (22), Raval (21), Fort Pienc (21), la Marina de Port (21), Les Corts (21) y Sant Antoni (20). 

Por distritos, Sant Martí acopia 476 techumbres que deberían ser reemplazadas en los próximos años, mientras que Sant Andreu amasa 463. Un poco por debajo emerge Sants-Montjuïc, con 396 tejados. A más distancia, aunque con más de 100 techos con amianto, aparecen el Eixample (168), Horta-Guinardó (161) y Nou Barris (123). Con menos de un centenar, constan Gràcia (92), Sarrià-Sant Gervasi (81), Les Corts (44) y Ciutat Vella (34).

Fiabilidad “alta”

Tras analizar los resultados, el Ayuntamiento de Barcelona concede una fiabilidad “alta” al visor de la Generalitat. En todo caso, matiza que “los datos deberían ser sometidos a un análisis y y una validación para tener la certeza” exacta de dónde el material tóxico está disperso.

De todos modos, el consistorio ha comprobado que “las cubiertas más grandes identificadas” están documentadas en el mapa del Govern. “Por lo tanto, las que tienen un impacto más significativo”, destaca.

"No es un censo del amianto y hacen falta más datos para tenerlo, porque sabemos que hay más, como los miles de metros de cañerías hechas con fibrocemento, pero el visor es un paso importante", afirma Francesc Bonnin, coordinador de proyectos estratégicos de la secretaría del Govern de la Generalitat. El cargo apunta que lo "más difícil de localizar" será el material instalado "dentro de edificios privados", pero el registro se irá nutriendo con más fuentes, incluidos los inventarios de municipios y de otras instituciones públicas. También se chequearán los avisos que los particulares remitan a la administración catalana para incorporarlos al visor.

En paralelo, el Ayuntamiento de Barcelona mapea la capital por su cuenta desde 2019, a la búsqueda de tejados con amianto. Lo hace mediante vuelo cartográfico y una validación posterior para corroborar la presencia del componente y “en qué estado se encuentra para poder realizar las intervenciones correspondientes”, apunta el gobierno local.

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