Denuncia vecinal

La bodega Cal Pep hace obras para insonorizarla con el reto de reabrir en las fiestas de Gràcia

El histórico comercio fue precintado por el ayuntamiento el pasado 13 de junio por superar los niveles permitidos de ruido y deberá demostrar que ha resuelto el problema

Precintada la histórica bodega de Gràcia Cal Pep por exceso de ruido

Griselda López llena una botella, en una imagen de marzo de 2023.

Griselda López llena una botella, en una imagen de marzo de 2023. / Ferran Nadeu

Toni Sust

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Griselda López, responsable de la histórica bodega de Gràcia Cal Pep, fundada en 1937, está estos días haciendo todo lo posible para que las obras que tienen lugar en su comercio transcurran sin problemas y resuelvan de una vez el problema que hace ya más de un año que arrastra. Denuncias vecinales de ruido causado por la bodega llevaron al Ayuntamiento de Barcelona a actuar, y tras varios amagos y avisos, y una intervención judicial mediante, el pasado 13 el local fue precintado.

Una petición de López llevo a que ese precinto fuera levantado puntualmente esta semana para que sean posibles las obras de reforma que deben servir para insonorizar el comercio. Su orden de precinto venía de lejos, y en diciembre fue suspendida cuando iba a aplicarse. No se concretó hasta el 13 de junio porque el abogado de López llevó el tema ante el juzgado contencioso-administrativo, que finalmente dio la razón al consistorio para que clausurara la bodega por incumplimiento del nivel del ruido.

Griselda López en la bodega Cal Pep en marzo del 2023.

Griselda López en la bodega Cal Pep en marzo del 2023. / Ferran Nadeu

El procedimiento

El conflicto está bastante claro: el ayuntamiento exige a la propiedad que la bodega sea insonorizada y que no supere los niveles de ruido permitidos, que causó molestias a gente que reside en viviendas del mismo inmueble. Molestias que quedaron acreditadas por mediciones.

Una vez se haya procedido a realizar los trabajos de insonorización necesarios, López deberá acreditar, vía una entidad autorizada para corroborar que eso es así, que ya no se genera el ruido denunciado. Y cuando eso suceda, Cal Pep podrá abrir de nuevo sus puertas.

Explica López que ella tenía previsto iniciar las obras el 15 de julio, que informó de ello a los responsables del distrito, y que esperaba trabajar hasta entonces. Al toparse ahora con el precinto, lo que ha hecho es adelantar los trabajos para aprovechar estos días sin ingresos por estar el negocio cerrado. Ahora, si todo va bien, espera haber acabado el 15 de julio.

De 20.000 a 25.000 euros

Calcula un coste de 20.000 a 25.000 euros para esos trabajos, y tiene una esperanza clara para recuperar el tiempo de cierre: “Poder trabajar en las fiestas de Gràcia”. El ayuntamiento confirma que esta semana se levantó provisionalmente el precinto para que las obras pudieran realizarse.

Ahora, puntualizan fuentes municipales, quedará levantar definitivamente ese precinto siempre y cuando, reiteran, una entidad de prevención de la contaminación acústica compruebe que los valores de ruido que se dan son los permitidos por la ordenanza de medio ambiente. López confía en cerrar con los trabajos un conflicto que lleva abierto ya hace tiempo y que en algún momento llegó a amenazar la continuidad del negocio.

Botellas en una pared de Cal Pep.

Botellas en una pared de Cal Pep. / Ferran Nadeu

Detalles del pasado

Ahora todo indica que Cal Pep tendrá continuidad. Es posible, cuenta Griselda López, que con las obras se pierda alguno de los mil detalles del pasado que la bodega ofrece a sus visitantes. Allí hay carteles antiguos de películas, una colección de ceniceros, botellas de otros tiempos. “Algo sí cambiará, es imposible evitarlo del todo, pero quitando capas aparecen otros carteles centenarios, cosas nuevas que también gustarán a la gente”, relata la responsable de la bodega.

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