Apagones por hurtos

Un robo tras otro en el cableado eléctrico de un barrio de Barcelona: “Estamos hartos”

Las sustracciones de cable en Torre Baró, habituales desde hace años, se han intensificado en los últimos meses y dejan calles a oscuras, según se quejan los vecinos

La fiebre del cobre en Rodalies: "El cable que instalamos por la noche nos lo roban al día siguiente"

Un vecino de Torre Baró señala los cables de la luz colgados en postes del barrio, en Barcelona.

Un vecino de Torre Baró señala los cables de la luz colgados en postes del barrio, en Barcelona. / MANU MITRU

Jordi Ribalaygue

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El robo de cable de cobre entre Barcelona y Montcada i Reixac sembró el caos en Rodalies durante la jornada electoral del 12 de mayo y alteró el servicio de cuatro líneas de trenes hasta esta misma semana. Torre Baró se halla a escasa distancia de donde se perpetró el hurto que se saldó con cuatro detenidos. En ese barrio enclavado en Collserola proliferan las quejas por los apagones habituales en el alumbrado público, causados por las sustracciones del tendido eléctrico, que sigue colgado en postes en algunas calles del vecindario, disperso en el monte. El movimiento vecinal y los residentes consultados afirman que los saqueos se han intensificado en el último año. En ocasiones, los ladrones casi no dan tregua tras restablecerse la corriente.   

“Hace muchísimo que pasa, pero pasa mucho más en el último año y lo que llevamos de este está siendo muy malo”, evalúa Valeria Ortiz, presidenta de la Asociación de Vecinos de Torre Baró. “Antes quizá podíamos estar tres, cuatro o cinco meses sin cortes. No muchos más. Pero, hace unas tres semanas, el cable no estuvo puesto ni cuatro horas hasta que lo volvieron a robar. Estamos hartos de abrir incidencias. Nos gustaría saber cuántos kilómetros se han tenido que cambiar en esta zona, porque deben de ser muchísimos”, comenta.

Aunque no es el único tramo afectado, el pillaje prolifera en la calle de Sant Quirze de Safaja. Un buen trecho del cableado volvió a desaparecer el viernes pasado, cuando aún no habían transcurrido 24 horas desde que se repuso. El Ayuntamiento de Barcelona informa de que presentó una denuncia a raíz de ese suceso a los Mossos d’Esquadra.

“Acabaron de poner el cable a las ocho de la tarde del jueves, mi pareja regresa a las cinco y aún había luz, pero por la mañana ya lo habían arrancado”, relata Loli. La historia se ha repetido esta semana en la calle Escolapi Càncer. “Son calles con poco tráfico, donde vivimos poca gente. Se aprovechan de eso”, deduce la vecina. También se ha percatado de que los ladrones se conceden menos respiro entre un asalto y otro al alumbrado del barrio: “Ahora pasa semana sí y semana también”.

Un poste con cables de la luz en Torre Baró, en Barcelona.

Un poste con cables de la luz en Torre Baró, en Barcelona. / MANU MITRU

Esquivando jabalíes

Los habitantes de Torre Baró dan fe de que los hurtos trastocan la rutina de un barrio que acusa un cierto aislamiento respecto al resto de Barcelona. “Nos fastidia a todos”, cometa Luis, afincado en uno de los puntos donde las sustracciones menudean. “Somos un barrio sin aceras y las calles son de doble circulación. Cuando no hay luz, es un peligro. En los últimos tres meses, la frecuencia de los robos ha pasado a ser semanal o quincenal y, en algunos momentos, ha sido diaria”, subraya.

“Hay vecinos que suben tarde desde la estación y, como estamos en la montaña, hay jabalíes, zorros, serpientes… Y también te puedes encontrar con lo que te puedes encontrar cuando está tan oscuro”, advierte Loli. Atestigua que, cuando el cableado se despoja y mientras no se restituye, tienen que alumbrarse con los móviles para llegar a casa. La asociación de vecinos también previene del riesgo que supone que se queden cables colgando y pelados.

Los entrevistados sostienen que abundan las denuncias presentadas a una aplicación del Ayuntamiento para alertar cada vez que la rapiña destroza el tendido. “El cabreo es generalizado y las quejas, masivas”, expresa Luis. “Cuando avisamos de una incidencia, el cable se está poniendo al cabo de cinco o seis horas. El Ayuntamiento lo sabe y tiene compromiso, pero necesitamos algo más”, reclama Ortiz.

Demanda de soterramiento

La asociación de vecinos urge a que los cables se soterren. “Lo pedimos desde hace muchos años. El Ayuntamiento dice que es competencia de Endesa”, señala la presidenta de la entidad. Por su parte, la compañía dice justo lo contrario: responde que el alumbrado público es responsabilidad municipal.

Tendido eléctrico en Torre Baró, en Barcelona.

Tendido eléctrico en Torre Baró, en Barcelona. / MANU MITRU

“No es tan difícil soterrar. Se ha hecho en otras calles del barrio y allí se acabó el problema”, observa Luis, que no entiende que no se logre frenar unos hurtos “tan continuados y previsibles”. “No actuar implica un gasto de dinero público, un servicio que va fatal y un peligro para la circulación. Es grave”, remarca.

Responsables del distrito de Nou Barris aseguraron en un consejo de barrio celebrado esta semana que la policía está estrechando el cerco sobre los autores de los hurtos. Confiaron en que se les atrape pronto. “También pedimos patrullaje. Si en otros sitios ponen cámaras de seguridad, ¿por qué aquí no?”, plantea Ortiz.

Luis detalla que el trozo de cableado que los ladrones desvalijan no suele ser pequeño: “Es más lo que se llevan que lo que dejan suelto. Los trabajadores tienen que venir más de un día a reponer porque agotan el cable”. “Este año está siendo terrorífico”, remata Loli. Expresa el lamento que suele oírse en Torre Baró, el barrio que tuvo que secuestrar un bus en 1978 para que el transporte público empezara a remontar sus cuestas: son demasiado pocos vecinos -tan solo 2.939 habitantes en 2023- como para que la gran ciudad repare en ellos y sus desvelos.