En todos los distritos

Barcelona retirará 8,8 kilómetros de cableado aéreo hasta 2027, una parte del que sigue sin soterrar

El Ayuntamiento de Barcelona destina 10,5 millones de euros para suprimir tendido y postes en 56 puntos de la ciudad, una operación que admite que deberá seguir en los próximos mandatos para erradicar el anacronismo por completo

Un robo tras otro en el cableado eléctrico de un barrio de Barcelona: “Estamos hartos”

Cableado del tendido eléctrico en el barrio de Torre Baró, en Barcelona.

Cableado del tendido eléctrico en el barrio de Torre Baró, en Barcelona. / MANU MITRU

Jordi Ribalaygue

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El Ayuntamiento de Barcelona retirará 8,8 kilómetros de cableado aéreo de tendido eléctrico y telefonía en los próximos tres años para soterrarlos en 56 puntos de la ciudad, repartidos por los 10 distritos. Los primeros trabajos han empezado ya, en dos calles de Sarrià-Sant Gervasi y nueve de Horta-Guinardó, y todas deben estar libres de postes en 2027, si se cumple el calendario que la teniente de alcalde, Laia Bonet, y el concejal de Horta-Guinardó, Lluís Rabell, han anunciado este jueves. El consistorio destina 10,5 millones de euros a las obras para poner fin a una parte del anacronismo que condiciona todavía la rutina en calles desperdigadas por toda la urbe, sobre todo en rincones escarpados y por remodelar. 

La operación que el gobierno del alcalde Jaume Collboni enmarca dentro del ‘plan Endreça’, de mantenimiento y limpieza de la vía pública, no supondrá que todos los cables que siguen colgando de postes desaparezcan por completo en Barcelona de aquí a tres años. Por ejemplo, los tramos de Torre Baró donde los vecinos denuncian un incremento de robos de cableado que provocan apagones en el alumbrado público -como ocurre en las calles de Sant Quirze de Safaja y Escolapi Càncer- no figuran en la lista de vías donde el tendido al aire libre se prevé erradicar de aquí al final del mandato.

“Es evidente que esta problemática obligará a continuar con esta estrategia en los próximos mandatos”, ha apuntado Bonet, quien ha subrayado que ahora se da un paso para “acelerar la retirada de postes”. En cualquier caso, el consistorio explica que la mayoría de los distritos tienen pendiente finalizar unas diagnosis para identificar lugares con tendido pendiente de ser enterrado. Añade que algunas zonas con cableado visible que no constan en el plan podrían del mismo modo eliminarse este mandato en caso de reformarse la calle donde se extienden. 

“Cuando se hacen obras de reurbanización completa de una calle, se aprovecha para quitar el cableado que haya. Ahora afrontamos una estrategia para soterrar cables de otras calles sin tener que esperar a que se hayan de reurbanizar”, ha destacado Bonet como novedad. “Nos permite recuperar aceras para los peatones”, ha enfatizado. Por su parte, las compañías de suministro tendrán que correr con el gasto de quitar el cableado aéreo y desplegarlo en las zanjas que el consistorio abra.

Sin incremento de hurtos

La teniente ha explicado que la selección de calles que se pretenden liberar de cables aéreos y postes en tres años atiende a las prioridades que los distritos han marcado. Ha aclarado que no responde a “robos puntuales” de tendido.

Al respecto, Bonet ha comentado que no se detecta un incremento de pillaje de cable. Ha añadido que, siguiendo el protocolo previsto, se han presentado denuncias por los episodios de saqueo ocurridos en Torre Baró, un barrio disperso en las cuestas de Collserola y con escasa población. “Pasa puntualmente, pero más fácilmente en rincones de la ciudad con menos densidad, que quedan con menos abrigo de la actividad de las personas y la visibilidad de esas actuaciones”, ha reconocido.

Casi 2.000 postes en Horta-Guinardó

Como obra relevante, el Ayuntamiento ha destacado la futura supresión de 1,6 kilómetros de cableado en la calle Doctor Bové, en el Carmel. Las obras empezarán en 2025, se alargarán durante 11 meses y costarán 2,3 millones de euros.

Un poste con cableado del suministro eléctrico en Torre Baró, en Barcelona.

Un poste con cableado del suministro eléctrico en Torre Baró, en Barcelona. / MANU MITRU

El concejal de Horta-Guinardó, Lluís Rabell, se ha referido a la “magnitud de la tragedia” que supone que los postes sigan clavados en medio de la acera en numerosos puntos, con un “impacto muy directo sobre la ciudadanía, más allá de la falta de estética y el aspecto extemporáneo que representan”. “Somos el distrito con el mayor número de palos todavía presentes en las calles. Tenemos contabilizados 1.892. En barrios de montaña, con desniveles pronunciados y aceras no siempre amplias, su presencia tiene una repercusión enorme sobre la movilidad y convierten muchas aceras en inoperativas”, ha reconocido.

Rabell ha estimado que acabar con todos los postes solo en Horta-Guinardó “podría irse a los 40 millones” de euros, casi cuatro veces más de lo que el 'plan Endreça' invierte para el conjunto de la ciudad hasta 2027. El edil independiente del gobierno del PSC se ha referido a las “dificultades” para que las obras municipales para acondicionar calles para soterrar cableado y elimiar postes se pueda conjugar con las previsiones de las compañías de telefonía y electricidad para quitar cableado. 

“Esperamos que, a partir de ahora, la coordinación sea más efectiva. A veces, hacíamos la obra icvil y teníamos que esperar unos meses a que las empresas retiren cables”, ha asegurado el concejal. Bonet ha indicado que se trabajará “de forma coordinada” con las compañías “para acortar el tiempo de intervención en las calles” donde se sepultará la instalación.