288 puestos en la ciudad

Barcelona vuelve a plantear que los quioscos vendan café y comida para llevar y abran más tarde

El Ayuntamiento da el primer paso para aprobar un cambio en las condiciones de los negocios, sin permitir que se instalen barras ni terrazas, y autorizar que la apertura se retrase hasta las nueve de la mañana

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Quiosco en Barcelona.

Quiosco en Barcelona. / RICARD CUGAT

Jordi Ribalaygue

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El Ayuntamiento de Barcelona ha reflotado una idea que ya anunció hace poco más de un año para tratar de frenar la desaparición de los quioscos pero que nunca llegó a entrar en vigor. Entonces, se frustró porque primaron las discrepancias entre los comunes y el PSC a pocos meses de la últimas elecciones municipales. Como se informó en 2023 y luego no prosperó, el consistorio plantea otra vez que los puestos de prensa reduzcan la presencia de diarios y revistas para ofrecer café, bebidas no alcohólicas y comida para llevar. Como ya se hizo al permitir que se instalen cajeros automáticos o buzones de recogida de compras 'online', la diversificación del surtido pretende ayudar a que los negocios sobrevivan a la caída de las ventas de la prensa en papel, si bien se incorporan matices respecto a lo que se avanzó el año pasado.

La regulación que se ha consesuado con los representantes de los quiosqueros precisa que la venta de prensa seguirá siendo la actividad principal. Además, remarca que “no se podrá habilitar ningún espacio, ni mobiliario o elementos tanto en el interior como en el entorno del quiosco para el consumo de los productos autorizados”. Así, se prohíbe la instalación de barras, sillas y mesas, al modo de una terraza en los puestos callejeros, de los quedan unos 288, con 25 vacantes incluidas. Hay 50 establecimientos menos en la ciudad que los que se contabilizaban en 2018.. 

El nuevo marco se abre a variar el horario de los comercios de prensa. Hasta ahora, deben a abrir al menos ocho horas, preferentemente de 07:00 a 15:00 horas de lunes a sábado y los domingos de 08:00 a 15:00 horas. De prosperar un cambio de las condiciones, el horario mínimo de apertura quedará fijado de 09:00 a 14:00 horas para todos los días.

Por otro lado, se mantiene la limitación a la venta de suvenires, restringido a un 20% de la oferta total y acotado dentro del 49% que se concede para mostrar artículos que no sean diarios y otras publicaciones. El reglamento que se tramita será de aplicación en todos los establecimientos de Barcelona, salvo para los 11 existentes en la Rambla, regulados por la licencia otorgada.

51% de espacio para prensa

El teniente de alcalde Jordi Valls ha explicado este miércoles en la comisión municipal de economía que el gobierno local sugiere reducir el espacio de exposición de publicaciones en los quioscos, para que disminuya del 80% al 51% en los escaparates. En paralelo, la presencia de otro tipo de productos pasaría a ocupar hasta el 49% de las vitrinas. El responsable de la cartera de Economía en el ejecutivo del alcalde Jaume Collboni ha reconocido que la regulación es “bastante similar” a la que encalló a las puertas de los comicios del año pasado, salvo por la inclusión de algunas alegaciones presentadas en su momento. 

Antes de que el cambio de la normativa se truncase, el Gremi de Restauració de Barcelona se opuso a la venta de café y alimentos envasados en los quioscos. La tachó de “competencia desleal e intrusismo”. Valls ha comentado que se han introducido precisiones para concretar qué tipo de comida para llevar se autoriza. El consistorio se refiere a "café para consumo inmediato y productos alimentarios envasados que no requieran manipulación", lo que incluye agua y refrescos, mientras que el alcohol queda proscrito.

La modificación que el gobierno ha recuperado ha superado el corte de la aprobación inicial. El PSC, Junts y Barcelona en Comú han votado a favor, mientras que ERC y el PP se han abstenido y Vox lo ha hecho en contra. Ahora se abre un período de exposición pública de 20 días, en que pueden presentarse reclamaciones para retocar la norma antes de que sea vigente.