En Ciutat Vella

Una empresa crea y vende carteles retro como suvenires de calidad de Barcelona

Stick No Bills abre una tienda en el Born que recupera imágenes icónicas del archivo local, con impresión propia

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La tienda y galería Stick No Bills, que reproduce como suvenir de calidad cartelería histórica y de viaje.

La tienda y galería Stick No Bills, que reproduce como suvenir de calidad cartelería histórica y de viaje. / Manu Mitru

Patricia Castán

Patricia Castán

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Llevarse un recuerdo del lugar que uno ha visitado es un ejercicio cada vez más trasnochado, desde que el móvil sella cualquier imagen que uno necesite para rememorar cualquier escapada o viaje. Y más si se trata de un suvenir urbano, tantas veces hecho en serie y cuyo público es cada vez más minoritario. Si encima el escenario es Barcelona, con un 'overbooking' de tiendas 'low cost' muy cuestionadas localmente, puede concluirse que es de agradecer cualquier fórmula de calidad, creativa y digna que imprima el nombre de la ciudad para que algún visitante le dé un espacio destacado en su hogar. Es una de las facetas de Stick No Bills, la nueva tienda de cartelería y pósters de viaje, recuperados de archivos históricos, tanto en ediciones abiertas más populares, pero igualmente atractivas, como en series limitadas para 'gurmets' del recuerdo viajero.

La nueva tienda Stick No Bills, en la calle de Sant Jacint.

La nueva tienda Stick No Bills, en la calle de Sant Jacint. / Manu Mitru

Aterrizaron en el Born hace poco más de un mes del mismo modo que primero debutaron en Sri Lanka en 2011, cuando los  emprendedores británicos Philip James Baber y Meg Gage Williams, sumaron belleza y arte para reivindicar la cultura local con singulares carteles de viaje. Les seguirían las sedes en Mallorca y en Dubai. Pero como una parte importante de su impresión tenía lugar en la capital catalana, decidieron implantar aquí la que consideran su sede europea, en un entorno afín, con el Museu Picasso y el Moco a pocos metros, y una larga tradición local en diseño y creatividad publicitaria, relata a este diario Carlos Andreu, socio del proyecto.

Algo para recordar

En Stick No Bills uno puede llevarse de regreso a casa un suvenir que lucir con orgullo viajero, pero también acuden barceloneses que quieren hacer un regalo con carácter local, o buscan una imagen poderosa para las paredes de su salón. O interioristas que visten hoteles, restaurantes o tiendas. En la una mini galería se exhibe cartelería histórica, pero desde hace ocho años la marca ha "seleccionado, autentificado, digitalizado, restaurado, obtenido derechos, aumentado y publicado una colección cada vez más amplia y definida de obras de arte de carteles protagonizados por lugares singulares" para su venta, añade. Se trata de originales que en su momento fueron pintados a mano por artistas de su época por encargo de marcas icónicas como Rolls Royce, PanAm, Lufthansa, British Airways y Braniff International, entre otras. Hasta ahora suman 600 diseños registrados.

En Barcelona, la marca estrella en cuyo archivo han navegado es la tienda de moda Santa Eulalia de paseo de Gràcia (antes a pie de Rambla), gracias a un acuerdo con su actual propietario, Luis Sans, quien --admite-- aplaude el resultado de ese glamuroso rescate histórico, que luce más vigente que nunca. Carteles de hace casi un siglo en vivos colores, ilustran no solo la moda del momento sino el estilo de la época, con elegancia. La reproducción incorpora la palabra Barcelona, remasterizándolos para darles identidad y origen a cada pieza.

Meg Gale y Carlos Andreu, con algunas de sus piezas.

Meg Gale y Carlos Andreu, con algunas de sus piezas. / Manu Mitru

Sus 'best sellers' barceloneses son la imagen con una pareja sentada mirando el mar (de Santa Eulalia), y la obra que reza 'Barcelona capital del Mediterráneo', igual a una etiqueta que se estampaba en la maletas de los huéspedes que llegaban a un hotel de la ciudad, explica. El formato más vendido es el de postal, con 100.000 unidades en poco más de un mes.

Andreu detalla que antes tenían distribuidores en otras tiendas, pero que ahora han apostado en firme por su propio establecimiento como buque insignia en el continente. Tienen planeado abrir en Londres y otras grandes urbes, pero de momento estadounidenses, alemanes y canadienses son su público más destacado en la calle de Sant Jacint, cerca de mercado de Santa Caterina. Quieren llevarse un "recuerdo romántico y nostálgico que respira las épocas doradas" de los destinos, relata. De principios de siglo pasado a 'mid century',sobre todo, también de final de siglo.

Versión con oro por 12.000 euros

Ante la mirada curiosa de unos y otros, se despliegan tamaños muy diversos e impresiones para distintos presupuestos. De postales en edición abierta a 3,99 euros a formatos comunes de 50x70 cm. por 39 euros, entre otros. Pero con creciente presencia de series limitadas, numeradas y certificadas, que en formato A3 cuestian 125 euros, por ejemplo, y alcanzan su zénit en propuestas y miniaturas lujosamente enmarcadas que incorporan oro de 24 kilates y alcanzan los 12.000 euros buscando a un público exclusivo.

Rincón de la galería de Stick No Bills.

Rincón de la galería viajera de Stick No Bills. / Manu Mitru

Técnicamente, de la reproducción de calidad con estilo retro han ido ampliando gama hasta incorporar una primera "serie de arte de carteles pintados a mano de distintos lugares del mundo y con un siglo de arte gráfico", destaca Andreu, mientras muchos paseantes se paran casi hipnotizados por esa seducción del pasado.

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