Barcelona consigue reabrir solo 12 de los 104 locales vacíos en los mercados

El enésimo reto del Ayuntamiento de Barcelona para tapar huecos en los mercados de la ciudad se ha resuelto con un nuevo pinchazo. Entre abril y mayo, el Instituto Municipal de Mercados sacó a subasta todas las vacantes disponibles en la capital. Salieron 104 locales a la palestra, contando 63 puestos de venta y 41 almacenes. La convocatoria brindaba la oportunidad de no dejar un solo agujero sin ocupar, pero se ha saldado con 12 espacios adjudicados, contando 10 comercios y dos depósitos. Equivalen a apenas un 11,5% de la oferta. Siete de los comercios que reabrirán se concentran en los Encants Vells, de los que seis -la mitad de los concedidos- son establecimientos no alimenticios del rastro. 

El anterior concurso fue a finales de 2023. Ocho de los 28 locales que aspiraban entonces a revivir hallaron inquilinos, incluidos seis tiendas y dos almacenes. El desafío resultó más modesto pero el resultado se asemeja al que se ha repetido medio año más tarde. 

Las persianas bajadas y el cierre de establecimientos han avivado la sensación de que los mercados flaquean, si bien presentan ingresos al alza: según la cuenta general del Ayuntamiento de 2023, recaudaron 15,22 millones de euros, un 6,18% más que en 2022 y casi un 15% mejor que en 2019, antes del tropiezo de la pandemia. El resultado económico positivo contrasta con la desaparición de 2.091 negocios de alimentación en las plazas de la urbe entre el 2000 y el 2022.

Competencia de los ‘súpers’

El Instituto de Mercados rebate que la caída de 3.420 puestos de comida a principios de siglo a 1.333 en 2022 certifique un declive de las plazas de Barcelona, exponentes del comercio de proximidad. Al contrario, sostiene que despejar pasillos para que se vean más diáfanos y ganar suelo para nuevos servicios -como armarios para guardar pedidos o aulas de cocina- ayudan a que los mercados sean más competitivos frente a ‘súpers’ e hipermercados -las opciones mayoritarias de los barceloneses para abastecerse- y la venta por internet. 

En realidad, la cifra de puestos vacíos en Barcelona supera los 104 que ahora buscaban postor y que representan “aproximadamente el 3% de los cerca de 2.000 establecimientos que hay en el conjunto de la red de mercados”, pondera el consistorio. En la subasta del mes pasado figuraban 196 números de ‘parada’, el vocablo catalán con que se identifica un espacio comercial de unos cuatro metros de largo por dos y medio de ancho. Cada tienda suele comprender más de un número. El Ayuntamiento identificó 918 números sin adjudicatario a finales de 2022. El desfase entre cifras se explica por que parte de los puestos se excluyen de las licitaciones al estar pendientes de ser desmontandos o quedar inoperativos por la clausura provisional de mercados en obras.  

En la última puja, 21 números de local se asignaron a nuevos titulares, un 10,71% de todos los que constaban en la lista como susceptibles de ser reocupados. La convocatoria aglutinó 1.896,90 metros cuadrados de superficie comercial libre, pero solo 142,92 metros cuadrados recobrarán el pulso.

Por toda la ciudad

Los Encants Vells ostentan la mayor cantidad de establecimientos que reabrirán. Aparte de seis espacios para artículos no comestibles, la venta volverá a un puesto de alimentación y bebida con almacén. A su vez, se ha concedido un almacén en la Barceloneta y otro en los Encants de Sant Antoni; una tienda de productos no comestibles en el Clot; otra de huevos, pollería y caza con depósito-almacén en la Marina, y un comercio de dietética con alimentación y colmado en Trinitat. 

Los 92 locales que siguen huérfanos de comerciantes pesan en el balance. Los puestos que continuarán sin retomar la actividad se extienden por toda la ciudad. Se quedan en blanco 10 comercios del mercado de Canyelles; seis del Bon Pastor; cinco de la Barceloneta; cuatro en la Guineueta, Sant Andreu y la Trinitat; dos del Besòs, el Carmel, la Llibertat, Provençals, Sants y Sarrià, y uno en Felip II, el Guinardó, Lesseps, Poblenou-Unió, Sagrada Família, Sant Gervasi, Sant Martí y las Tres Torres. Además, se mantienen cerrados 16 almacenes en la Trinitat, 12 en Sant Andreu, cinco en Bon Pastor, dos en Poblenou-Unió y uno en la Guineueta, la Mercè, Sagrada Família y Sants. 

Reválida de seis meses

Ahora se abre un plazo de reválida, para dar una segunda oportunidad a los locales desiertos mediante una negociación directa si se presentan aspirantes interesados. “Ya se han establecido unos primeros contactos para algunos de los establecimientos”, cuenta el Ayuntamiento, que dispone de medio año de margen para buscarles salida. El Instituto de Mercados tiene intención de anunciar otra licitación en breve, que no podrá incluir las tiendas y depósitos que se hallen en un procedimiento negociador en curso.

El último concurso dio a elegir a los licitadores entre asentarse durante tres años en los espacios subastados o suscribir el período de concesión al completo, que se alarga entre 12 y 25 años, según el establecimiento. Una vez que venza, la opción reducida puede ser prorrogada por todos los años previstos de contrato. La ventaja es que, de entrada, permite sufragar cuotas más asequibles que en caso de atarse a una adjudicación más amplia. 

Todos los espacios asignados en el último concurso limitan la ocupación a un trienio, excepto un negocio en el Clot. El Ayuntamiento confió en que la fórmula favoreciera que se arrendara “un número destacado de espacios”. La posibilidad de regentar los puestos por tres años seguirá vigente en próximas convocatorias “para fomentar la incorporación de nuevos operadores”, señala el gobierno local.

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