Nuevos edificios

La ampliación de la UB en la Diagonal topa con oposición vecinal: “No queremos rascacielos”

La universidad prevé la construcción de 18.000 metros cuadrados y un edificio de hasta 10 plantas para trasladar la facultad de Matemáticas y ampliar la de Economía, mientras una asociación vecinal y cinco comunidades de propietarios alegan en contra

La UB calcula que hay 3.000 chatarreros "informales" en Barcelona, que recogen 380 toneladas de metal cada día

Examen de unas oposiciones en un aula de la Facultad de Economía y Empresa de la Universitat de Barcelona.

Examen de unas oposiciones en un aula de la Facultad de Economía y Empresa de la Universitat de Barcelona. / ZOWY VOETEN

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

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La Universitat de Barcelona (UB) encara la construcción de 18.000 metros cuadrados para ampliar la Facultad de Economía y Empresa y construir un edificio anexo en el campus de la avenida Diagonal donde se trasladará la de Matemáticas e Informática, alojada por ahora en la sede histórica del centro de la capital. La operación asciende a 50 millones de euros a financiar por la Generalitat y se confía en que los edificios estén listos en 2028. Las obras aún no han empezado y el proyecto debe superar los últimos trámites para ser ratificado, pero ha topado con el rechazo de una parte del barrio de Pedralbes, contraria a las alturas que se prevén para los nuevos inmuebles: la UB habla de 47,20 metros y 10 plantas como cima, mientras los vecinos opuestos sostienen que equivaldrá a 13 plantas más otra de instalaciones. Las juzgan “desproporcionadas” y auguran que ensombrecerán viviendas y zonas verdes colindantes.

La lluvia ha llevado a suspender la concentración a la que los vecinos estaban llamados este martes para manifestarse contra el plan urbanístico, justo donde se quiere materializar. “No queremos rascacielos en este lugar”, expresa el presidente de la Asociación de Vecinos de Zona Universitària, Josep Maria Guillumet. “Es un espacio reducido que se ocupará al 100%. El edificio quedará empotrado, dejará un pasaje sombrío y húmedo y se pierde una superficie que planteábamos que fuera zona verde y de paso. Además, no se crearán plazas de aparcamiento porque piensan que el barrio absorberá el incremento de vehículos que habrá”, enumera el dirigente vecinal. 

La entidad ha presentado alegaciones contra la reforma y pide que la tramitación del proyecto se detenga. Cinco comunidades de propietarios también han recurrido en contra, al considerarse perjudicadas por las edificaciones que se conciben. Por su parte, el Ayuntamiento señala que la alegaciones aún están pendientes de resolverse.  

Espacios para investigación

En su proyecto, la UB justifica que tiene la “necesidad de habilitar espacios para la investigación y la innovación”, atender a una comunidad de estudiantes “en aumento” y atajar un “déficit importante de superficie por alumno y la falta de espacios adaptados a las necesidades docentes actuales”. En cambio, el colectivo vecinal habla de un “incremento desmesurado de techo, sin respetar las condiciones ambientales y del entorno”.   

La asociación y las comunidades a las que ampara enfatizan que la nueva facultad “creará un edificio pantalla con una volumetría excesiva”. En su opinión, “incidirá negativamente sobre el medio ambiente” al crear un espacio con poca luz, que “afectará a las personas, a la fauna y los espacios ajardinados de la zona”. En cambio, los estudios de la UB dicen justo lo contrario y concluyen que “el futuro edificio no impacta negativamente” restando horas de sol a los domicilios de las calles Joan Obiols y Trias i Giró.

Entrada a la Facultad de Economía y Empresa de la Universitat de Barcelona.

Entrada a la Facultad de Economía y Empresa de la Universitat de Barcelona. / ZOWY VOETEN

“El futuro edificio universitario casi no proyectará sombras sobre el conjunto de los edificios residenciales”, sostiene el proyecto de la UB. En cambio, la entidad vecinal replica que la simulación parte de premisas “falsas” y advierte de “graves perjuicios” para los bloques de viviendas y su contorno.

Por su parte, el distrito de Les Corts indica que, una vez que se saque la construcción a concurso, “se tratará sobre el tema de las alturas de los edificios y se escuchará a todas las partes implicadas para llegar a un consenso”. La UB destaca que ha participado en dos encuentros con vecinos para informar sobre sus previsiones; la asociación de vecinos contesta que fueron insuficientes y se queja de la falta de un proceso participación. La universidad sostiene que el plan concita “un amplio apoyo social y político”. Añade que el proyecto de la nueva Facultad de Matemáticas e Informática “es estratégico para la UB, el sistema universitario público, la ciudad y el país”.

"Poco espacio"

Los vecinos movilizados contra el plan urbanístico reprochan que la UB pretende “hacer demasiadas cosas en muy poco espacio”. “Por eso no es de extrañar que la propuesta comporte edificaciones en altura totalmente en desacuerdo con su entorno”, observan en las alegaciones. Opinan que “en ningún caso se puede pretender meter con calzador una nueva facultad tan importante como es la de Matemáticas e Informática, sencillamente porque no entra” en la superficie elegida.

Por el contrario, el proyecto de la universidad defiende que los equipamientos se han diseñado “respetando y manteniendo los volúmenes y alturas de la fachada de la avenida Diagonal”. Apostilla que le guía la premisa de “integrar de manera armoniosa los nuevos volúmenes al sector donde se ubica” y que las alturas “más importantes” se ubican en la calle John M. Keynes, “donde el entorno es menos sensible y puede acoger más altura”, afirma. 

El planeamiento establece que la manzana de pisos vecina a la futura facultad se puede elevar hasta siete plantas y 26 metros de altura. La UB agrega que se traza un pasaje “libre ancho”, una mejor conexión entre calles y espacio para locales de hostelería y “comercio vinculado al mundo universitario”. “Es una oportunidad”, blande en su plan. 

Por el contrario, la asociación de vecinos y las comunidades de propietarios creen que el barrio estará “más masificado”, “disminuirá la calidad de vida” y se producirá una “pérdida de pequeño comercio, que será sustituido por locales de restauración u otros al servicio de la comunidad universitaria”. La universidad postula que la de Matemáticas es “una de las facultades con más potencial, donde se piden las notas de corte más altas y en la que se ofrecen los estudios con más proyección de futuro”.