Más metro

El Govern licita la ampliación de las estaciones de Espanya y Gràcia en Barcelona, afectadas por la prolongación de la L8 de FGC

El proyecto de unión de los dos ramales de Ferrocarrils obliga a reformar los dos apeaderos para hacer frente a un 'nuevo suburbano' que tendrá una demanda diaria de 70.000 viajeros

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Pasajeros de Ferrocarrils, el pasado febrero, en la estación de Espanya

Pasajeros de Ferrocarrils, el pasado febrero, en la estación de Espanya / Jordi Cotrina

Carlos Márquez Daniel

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Después de meses de trabajo casi invisible para desviar los servicios afectados, el pasado enero empezaron las obras de prolongación de la L8 de Ferrocarrils para unir las estaciones de Espanya y Gràcia, un nuevo metro para Barcelona que, a la postre, unirá los dos tramos inconexos de la empresa pública: los ramales de Igualada /Manresa y los del Vallès hacia Sabadell/Terrassa. El proyecto, sin embargo, tiene transformaciones colaterales. Una de ellas es la reforma de las estaciones ya existentes de Espanya y Gràcia, cuya redacción de proyecto se acaba de licitar para ir quemando etapas y que en algún momento de 2029 este nuevo trazado destinado a recibir 70.000 viajeros diarios esté en marcha.

El concurso, recientemente, publicado tiene un presupuesto de salida de algo más de 600.000 euros. De ahí saldrá la empresa que, en un plazo máximo de año y medio, deberá presentar el croquis para adecuar los dos apeaderos afectados. La obra en sí, según los cálculos del Departament de Territori, requerirá de una inversión de 22 millones de euros. Todo el proyecto, incluidos los 4,1 kilómetros de túneles, la obra ferroviaria y la construcción de tres nuevas estaciones (Hospital Clínic, Francesc Macià y Gràcia) tendrá un coste de unos 420 millones de euros.

Cambios en las vías

En el caso de la estación de Espanya, situada en la Gran Via, actualmente funciona como final de línea con cuatro vías. Con la reforma prevista, las vías 1 y 2 se mantendrán como 'cul de sac', mientras que las 3 y 4 serán pasantes. Esta actuación implicará la reforma integral y la ampliación del vestíbulo, la construcción de nuevos accesos a los andenes y cambios en la arquitectura y las instalaciones de los nuevos espacios creados en el contexto de la prolongación de la línea L8, que va desde Molí Nou (Sant Boi de Llobregat) hasta Espanya. Con todo, el acceso al vestíbulo, actualmente en la zona central de la Gran Via (lado Hospitalet) se desplazará a la acera de montaña.

Una manifestante cuelga unas pancartas contra la tala de árboles en el parque de Joan Miró, en Barcelona.

Protesta contra la ocupación del parque de Joan Miró durante las obras de prolongación de la L8 / Marc Asensio Clupes

La estación existente de Gràcia está en Via Augusta. No confundir con la nueva (estarán unidas) que estará en Travessera de Gràcia. La de toda la vida servirá para realizar los intercambios con las líneas que van a Reina Elisenda, avenida del Tibidabo, Sabadell y Terrassa, lo que requerirá, rezan las bases de la licitación, de una "reforma integral de la estación y de las vías que ahí confluyen".

Cambio en Gal·la Placídia

Para hacerlo posible será necesario "reformar y ampliar el vestíbulo y los andenes, reformar los accesos a las vías, definir nuevos recorridos de evacuación y planificar la conexión con el nuevo vestíbulo de la estación de Gràcia de la línea Llobregat/Anoia. La salida de emergencia se desplazará a la parte central de la plaza Gal·la Placídia. La conexión de ambos ramales obligará a ampliar el andén de las vías 2/4, anulando esta última, que da servicio a la línea que va a la avenida del Tibidabo y pasará a conectar con la vía 1 para poder mantener la operativa de la L7.

Un tren con destino a Sabadell, en la estación de Gràcia

Un tren con destino a Sabadell, en la estación de Gràcia / Ricard Cugat

Mientras la redacción de las actualizaciones de estas dos estaciones sigue su curso, los trabajos previos para permitir que la tuneladora se ponga a perforar los algo más de cuatro kilómetros previstos ya están en marcha, con afectaciones sobre la vía pública, sobre todo en Urgell y Gran Via. También en el parque de Joan Miró, donde las máquinas entraron a mediados de abril.

Joan Miró, guillotinado

Esta zona verde está destinada a recoger toda la tierra que el inmenso taladro vaya expulsando mientras se abre camino desde Gran Via hasta Gràcia. Todo esto sucede a pesar de la oposición de más de 50 entidades, que lograron que se ocupara menos espacio del previsto inicialmente, pero aún así se han perdido más de 5.000m2 de espacio público y ha sido necesario talar más de 110 árboles. Ninguna de las alternativas propuestas, como Fira de Barcelona, otra zona del propio parque o el Paral·lel, convencieron al Govern para liberar este jardín, que años atrás ya tuvo que hacerle sitio al parque (provisional) de Bomberos.

Si nada lo evita, la tuneladora empezará a trabajar a finales de 2025. Antes tendrá que estar terminado el pozo de ataque de Gran Via, entre Vilamarí y Llançà, por donde entrará la máquina. Si nada lo evita, cuatro años después quedarán unidas todas las líneas de Ferrocarrils. Pero tratándose de obra ferroviaria, y con el antecedente de la L9, no apuesten demasiado fuerte.