La renovación de vías en la L4 del metro de Barcelona volverá a cortar la línea en 2025

Cualquier reforma ferroviaria suele traer como efecto colateral, a no ser que se pueda trabajar solo de noche, el corte del servicio durante un tiempo determinado. Que se lo pregunten a los usuarios de la R3 de Rodalies con el desdoblamiento de vías. O a los viajeros del centenario metro de Barcelona, una infraestructura que se va modernizando según el margen que den los presupuestos y la urgencia de la propia red. La L4 volverá en 2025 a ser objeto de la reforma de vías, concretamente, en el tramo entre Maragall y Trinitat Nova, uno de los extremos de la línea. La obra obligará a guillotinar el servicio en semana santa y en julio y agosto. Las fechas concretas todavía no se han concretado.

Son algo más de tres kilómetros de intervención (por lo tanto, seis kilómetros de vías, entre los dos sentidos) y Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) acaba de licitar las obras por valor de 16 millones de euros. El plan prevé no solo la actualización de los raíles. También se intervendrá en el desvío del enlace con la L5 en Maragall y se mejorarán los escapes de esta estación y los de Via Júlia. La fase 1 del proyecto, prevista para la semana santa de 2025, afectará al tramo Llucmajor-Trinitat Nova, mientras que el de verano (julio y agosto) interrumpirá el paso de trenes entre Joanic y Trinitat Nova.

Fiabilidad y vibraciones

La L4 ya fue objeto el año pasado de un proyecto de renovación de vías. Entre finales de junio y finales de agosto de 2023, también en dos fases, se trabajó en los seis kilómetros que separan las estaciones de Verdaguer y Bogatell, la parte central de la línea. Según cifras municipales, el 90% del pasaje afectado buscó alternativas en otras líneas de metro de TMB. Del mismo modo que sucede con el tramo Maragall-Trinitat Nova, el objetivo es mejorar la fiabilidad de la línea, reducir las incidencias, aumentar el confort durante el viaje y solucionar las vibraciones generadas por el uso de la infraestructura.

Esta no es la única línea que está renovando las vías. En 2022, con un calendario muy parecido al de 2025 para el caso de la L4, se actuó en la L5. En semana santa, durante 10 días, se cortó la circulación entre Diagonal y Virrei Amat. Y del 1 de julio hasta finales de agosto, entre La Sagrera y El Carmel. Siempre, por cierto, con presupuestos muy parecidos que rondan los 14-16 millones de euros. Para aquella línea, y también para la L4 en el verano de 2023, TMB puso a disposición de los viajeros un bus alternativo. Por ahora se desconoce si hará lo propio con el tramo Maragall-Trinitat Nova, aunque por mucho que haya opción en superficie, lo más ágil quizás sea apostar por otras líneas. La línea 3, por ejemplo.

Si se mira incluso más para atrás, en el verano de 2019 se renovaron más nueve kilómetros lineales de vías en la L1 entre Clot y Baró de Viver. En ese momento, TMB vendió el proyecto como la modernización más importante jamás realizada en el metro de la capital catalana. Todos los tramos citados del subterráneo coinciden en una cosa: tienen más de 50 años de vida. Y lo que les queda.