Apertura esta semana
Beso Beach desembarca en Barcelona: así es el nuevo 'beach club' urbano (con arena) en la Diagonal
El sello que triunfa en Baleares y otras ciudades costeras abre como un oasis estival en los jardines del hotel Torre Melina Gran Meliá
El primer gran 'beach club' de Barcelona abrirá en junio: así será su oferta en primera línea de mar
El antiguo hotel Juan Carlos I vuelve a abrir sus puertas bajo el nombre de Torre Melina Gran Meliá
Patricia Castán
Periodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
'No hay verano sin beso', proclaman desde 2012, cuando abrieron el primer Beso Beach en Formentera, aunando "sol, playa, buenas vibraciones gastronomía" y un entorno de postal. La receta arrasó y enseguida le siguieron Ibiza, Mallorca, Estepona y Sitges, antes de su expansión internacional. Así que conquistar Barcelona era cuestión de tiempo, aunque el emplazamiento final no sea el litoral, sino sorprendentemente la zona alta, donde el viernes levantarán el telón. La razón se encuentra en su alianza con Meliá, que ha renovado y resucitado como Torre Melina Gran Meliá el que fuera el antiguo hotel Juan Carlos I, y en los 2.000 metros cuadrados de jardín que ha convertido en oasis urbano. Para que una de sus consignas no decaiga --"somos gente que vive con los pies en la arena"--, el nuevo 'beach club' contará con un arenal donde andar y hasta comer descalzo.
EL PERIÓDICO ha tenido acceso al que será una de las novedades estrella del verano en la ciudad, que estos días vive la recta final de obras de cara a su presentación social la noche del jueves. Quienes conocen el ADN de Beso Beach encontrarán en Barcelona la versión 2.0: el habitual interiorismo con maderas naturales, cañizo, tonos tierra, mucha vegetación y diseño chic, pero con un horizonte verde en lugar de azul. Los inmensos jardines de Torre Melina, rehabilitados con esmero por la cadena hotelera, ejercen de marco para que el ambiente sea hedonista, casi vacacional, y uno olvide que está a dos pasos de la Diagonal, en la entrada de Barcelona.
Beso Beach Barcelona tiene los ingredientes de sus hermanos sin escatimar espacio, aquí casi siempre a la fresca. "Esta vez llevamos un trocito de playa a la parte alta de la ciudad", relata Judith Masoni, directora de Márketing de la marca. Asegura que la "tribu Beso", o sea los incondicionales que han seguido su rastro desde Formentera, llevaban años "pidiendo uno en Barcelona". Lo enfocan a un público adulto de más de 30 años, entre el que dan por hecho que habrá muchos empresarios de la zona que lo elijan como 'after work' estival. No faltará una destacada programación de DJ para amenizar como en sus otros locales, aunque dejan claro que no será una discoteca, ni en volumen ni fiestas, dado que en principio se cerrará a las 23.00h oras.
Dentro, fuera y eventos
Aunque el conjunto incluye un restaurante techado (para 80 comensales) la mayoría de sus mesas están fuera (hasta un total de 200 personas). Forman parte de lo que podría llamarse un jardín marinero, en tanto que la arena se integra en un amplio sector del club, y las camas balinesas y hamacas se despliegan en torno a las piscinas. El director general del complejo Palau de Congressos y Torre Melina Gran Meliá, Ramon Vidal, explica a este diario que el concepto Beso Beach abarca los 2.000 metros cuadrados, de la gastronomía al terraceo, pasando por el espacio para grandes eventos que funcionará todo el año.
Porque el recinto abrirá siempre de abril a octubre, con el buen tiempo, pero algunas instalaciones podrán disfrutarse para celebraciones particulares o corporativas, como cenas navideñas. Pero antes, el espectacular montaje tiene varios meses por delante en los que espera atraer sobre todo a "público local, en especial de la zona alta por su proximidad". ¿Qué encontrarán los barceloneses? Para empezar descubrirán la nueva etapa de un hotel que ya se ha convertido en el único 'resort' de Barcelona, en cuyas instalaciones también destaca el espacio de wellness Thai Room Spa.
El hotelazo fue una joya desaprovechada durante años y vivió un cierre traumático desde la pandemia, hasta que superó deudas, conflictos urbanísticos y legales y pudo volver a latir tras una inversión de 40 millones de euros por parte de la nueva propiedad, Tyrus Capital, y con la gestión experta de Meliá que lo recondujo a la liga del lujo.
La propuesta culinaria, como caracteriza a la marca, será muy mediterránea, especializada en arroces y con una importante carta de pescados frescos también. Tanto en horario de comidas como de cenas de jueves a sábado, mientras que el resto de días solo en horario de comidas. Entre horas, para quienes disfruten de la zona de piscina y mesas exteriores habrá una carta más informal y corta, señala Vidal. El tíquet medio será de 50 a 60 euros y da acceso al uso de la piscina y el solarium, detallan.
Sin embargo, también es posible visitar el 'beach club', que apunta a un target de nivel "medio-alto", sin la oferta de restauración. Para ello es necesario reservar hamaca (180 euros al día para dos personas) o cama balinesa (250 euros), ambas incluyen una botella de Moet Chandon Garden Spritz, agua mineral y fruta.
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