Estos son los precios medios en Barcelona de un café, una cerveza, un refresco y un menú en sus bares y restaurantes

Cualquier asiduo cliente de bares y restaurantes de Barcelona habrá visto crecer su tíquet de gasto en los últimos años. Con la inflación desatada y los suministros por los cielos, la pospandemia forzó a paulatinos reajustes de precios como única vía de supervivencia para muchos hosteleros. Pero ponerle cifras no es fácil, así que la última encuesta municipal sobre la restauración ha chequeado productos básicos de consumo que retratan el empuje de los precios en 2023: un menú de mediodía subió un 8,3% hasta situarse en los 13,1 euros de media (15,8 euros en el caso de los restaurantes), en solo un año. Tomar un café se encareció un 4,1%, hasta los 1,37 euros; y una cerveza lo hizo un 6,5% para situarse en 2,27 euros de promedio.

Una radiografía recién publicada por el consistorio revisa la evolución de sectores económicos como la restauración y disecciona su oferta, servicios y resultados. En el capítulo de precios se constata la evolución de los artículos más cotidianos. Un café solo cuesta cinco céntimos más de media que en 2022, mientras que una cerveza vale 12 céntimos más. El primero encadena leves subidas en los últimos años, mientras que la copa de cerveza ha subido en torno a un 40% en la última década. En el caso de un refresco, a finales de año se situaban en 2,21 euros de media, 12 por encima del año anterior, y en una progresión similar a la de las cañas.

Por descontado, como ya constató EL PERIÓDICO el pasado verano, los precios difieren sustancialmente entre los barrios y las zonas más turísticas. Pero el estudio se base en promedios y en una representación de todos los distritos.

Pero el apartado de los menús de mediodía es acaso el más relevante, en tanto que aglutina la repercusión de los distintos ingredientes de la cesta de la compra, empezando por el aceite y llegando hasta los recibos energéticos. Los menús medios en el conjunto de la hostelería alcanzaron los 13,1 euros, tras subir 1,01 euros en un año. En 2016 dejaron atrás la barrera psicológica de los 10 euros, tras años de contención. Pero han sido los tres últimos los que han aupado más los precios. En el caso de bares-restaurante (con servicios de bar pero también cocina y oferta de comidas y/o cenas) los precios son más bajos, mientras que la media en los restaurantes (sin servicio de bar) se eleva a 15,8 euros.

Estas fórmulas de mediodía, que tienen precios ajustadísimos, son fundamentales para muchos negocios. De media, sirven 45,6 menús en un día laborable, el dato más alto de la última década. No obstante, hay grandes diferencias entre los 37,7 que pueda despachar un bar-restaurante cada jornada y los 75,8 de un restaurante. Lo que sí retrocede son los pagos en efectivo, que en el conjunto del sector representan ya solo el 25,3% de las cuentas.

4,9 trabajadores por negocio

En este sentido, Roger Pallarols, director del Gremi de Restauració de Barcelona (que gana 4 puntos en cuota de asociados, hasta alcanzar a un 56,5% de todos los operadores y un 61,5% en el caso de los restaurantes), preguntado por este diario señala que "la inflación y el incremento de costes (materias primas, la mano de obra, etc.) continúan preocupando los restauradores". Precisamente, la pregunta de la encuesta sobre las principales preocupaciones de los restauradores sobre su negocio están encabezada por lo referente a las terrazas, 12,4%, seguida por los gastos e impuestos, 11,3%. Y en el conjunto del sector aluden sobre todo a la siutación económica.

Los restauradores, apostilla, "se encuentran ante el siguiente dilema: subir precios para que el negocio continúe siendo viable o absorber el incremento de costes (y, por lo tanto, reducir márgenes) para no asustar la clientela habitual". "El sector hace verdaderos equilibrios para seguir ofreciendo precios competitivos", enfatiza el director de la patronal. Y más teniendo en cuenta que en muchos casos son empresas pequeñas o familiares. La media de empleados es de 4,9, aunque si se acota a los negocios con un máximo de 10 trabajadores (para no distorsionar la radiografía con los datos de macrorestaurantes poco representativos del sector) se queda en 3,5. En el caso de los restaurantes sube a 5,5. La antigüedad media de los negocios es solo de 12,7 años.

Lo que sí legó la crisis del covid fue nuevos ímpetus para ampliar el negocio más allá de las mesas. En un 54,3% de los locales se pueden hacer pedidos por teléfono y en un 30,9% por aplicaciones móviles. Y, aunque lejos de las cuotas durante la pandemia, en la actualidad un 21,5% disponen de reparto a domicilio. Este dato parece bajo, pero alcanza el 37,1% en el caso de los restaurantes, siete puntos más que el año anterior.

De hecho, los avances en esa logística van ligados a la digitalización, y es llamativo que una mayoría de establecimientos desconozcan las medidas locales para impulsarla. Mayoritariamente por falta de interés o porque no la necesitan, según las respuestas computadas entre un millar de restauradores de Barcelona sondeados. En cualquier caso, el 61,1% dicen haber informatizado sus servicios.

Suscríbete para seguir leyendo