Inspección municipal 'sorpresa' a tres locales ocupados de Vallcarca

Este miércoles por la mañana los Servicios Técnicos del Ayuntamiento de Barcelona, junto con agentes de la Guardia Urbana, se han presentado en tres locales ocupados en Vallcarca con la intención de llevar a cabo una inspección "sorpresa" para evaluar las condiciones y la seguridad de los mismos. No obstante, las personas que allí viven y miembros de entidades vecinales del barrio no les han permitido entrar y la revisión no se ha llevado a cabo.

Estos espacios, de propiedad municipal, son los que el consistorio habría mostrado la "voluntad" de desahuciar, según la asociación vecinal Som Barri. Por eso, la entidad teme que el objetivo real de estas inspecciones sea tener un "pretexto técnico" para poder ejecutar los desalojos, y no para ayudar a estas familias en cuestiones de habitabilidad. Por su parte, fuentes municipales consultadas por EL PERIÓDICO aseguran que la intención es "conocer en qué estado se encuentran los locales y si hay riesgos para las personas que los ocupan".

Asimismo, desde Som Barri y el Sindicat d'Habitatge de Vallcarca también critican el hecho de que el consistorio no haya avisado previamente de estas inspecciones y se hayan presentado esta mañana sin una conversación previa, según su versión. "Creemos que la unilateralidad y la ausencia de diálogo no son la vía para afrontar los problemas que afectan al barrio", han aseverado ambas entidades en un comunicado.

Familias de chatarreros

Dos de los locales que están bajo la lupa del ayuntamiento están ubicados en la avenida de Vallcarca, mientras que otro es un antiguo taller muy cercano a esta vía. En ellos viven diversas familias con hijos menores a cargo, y forman parte de la comunidad gitano-rumana que desde hace años reside en Vallcarca en situación de infravivienda. Parte de esta malvive, también, en chabolas ubicadas en solares ocupados del mismo barrio.

Dado que estas personas se dedican a la chatarra, los solares y naves que ocupan son también sus lugares de trabajo, y es que necesitan de grandes espacios para llevar a cabo las tareas de descarga y separación de la morralla. Por eso, en el caso de ser desalojados, perderían no solamente su actual lugar de residencia, sino también el sitio donde pueden trabajar mientras no encuentren otro empleo. Es por este motivo que los miembros de estas familias reclaman ayuda para encontrar otro empleo que les permita salir de la chatarra y pagar un piso de alquiler social. El pasado jueves, unas 70 personas de esta comunidad se manifestaron para reclamar, ante la sede del distrito de Gràcia, un futuro mejor.