La próxima edición, el 8 de febrero en Gràcia
Malestar por el formato sin entidades de los encuentros vecinales de Collboni
Los miembros de asociaciones no pueden participar en las reuniones con el alcalde y el consistorio afirma que se quiere dar voz a los que nunca tienen relación con la institución
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Toni Sust
Periodista
Escribo sobre el Ayuntamiento de Barcelona y la ciudad desde 2016. Antes lo hice sobre Política social (2011-2016) y sobre Política catalana y española (2001-2011).
Profesor asociado de Periodismo en la UPF.
Se busca vecino no muy reivindicativo que no forme parte de asociaciones del barrio en el que vive para reunión a solas con alcalde de Barcelona. Este podría ser el texto con el que el ayuntamiento de Barcelona publicitase las visitas que Jaume Collboni hace a los distritos de la ciudad para mantener encuentros con sus residentes. Naturalmente, el enunciado oficial es un poco distinto.
Collboni acudirá el próximo jueves, 8 de febrero, a Gràcia con el fin de reunirse con algunos de sus residentes. Lo hará en la sede del distrito, en la plaza de la Vila. El texto que los ciudadanos de este antiguo municipio pudieron ver en las redes sociales, y que aparece en la propia web del consistorio bajo el título ‘¿Quieres hablar con el alcalde?’, expone las condiciones de la reunión, y no esconde el hecho de que no todos los vecinos que lo pidan serán aceptados.
El formulario
“El 8 de febrero, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, mantendrá un encuentro informal con vecinas y vecinos de Gràcia. En ese encuentro tendrás la oportunidad de exponerle tus necesidades, dudas, propuestas o consultas”, indica la convocatoria. Y agrega: “Para participar, es necesario llenar el formulario de solicitud, detallando el tema que quieres tratar con el alcalde”.
Ahí ya se percibe que en el consistorio, o en el distrito, alguien quiere saber de entrada de qué mal tiene que morir. Ese formulario ya no está disponible en la web, porque ya no quedan plazas disponibles para la reunión, y esto no es como lo de los conciertos de Bruce Springsteen en Barcelona, que siempre hay uno más. Esto es una sesión y punto.
Solicitudes “tratadas”
En efecto, la convocatoria lo precisaba: “Las inscripciones se cerrarán el 26 de enero a las 10.00 o cuando se agoten las plazas disponibles, para garantizar que puedan ser tratadas”. Acto seguido clarifica el significado de la última palabra: “Se seleccionarán aquellas solicitudes que sean más relevantes para hablar con el alcalde Collboni y se dará voz a aquellas personas que no tienen relación con el Ayuntamiento y que no participen habitualmente en los consejos de distrito o de barrio”. Miau. Aquí se encuentra el gato encerrado.
De parte que quién vienes
El formulario ya no es consultable, por estar las plazas agotadas. Según detalla un vecino de Gràcia que lo rellenó, incluye una pregunta que es la que parece acabar determinándolo todo: “¿Vienes en nombre de alguna entidad?”. Para entendernos, si vienes en nombre de alguna entidad, Bruce Springsteen te deja sin entrada hasta en el cuarto concierto.
El ayuntamiento garantiza que todas las personas que quieran dirigirse a la institución y no puedan participar en la reunión con el alcalde contarán con la atención del consejero técnico del distrito. Pero no es lo mismo que tener la oportunidad de verse cara a cara con quien dirige la ciudad.
Seis vecinos rechazados
Por lo menos seis vecinos de Gràcia que forman parte de hasta tres entidades distintas y que rellenaron el formulario para participar en el encuentro con Collboni con el fin de poder exponerle sus “necesidades, dudas, propuestas o consultas” han recibido en los últimos días una llamada telefónica de alguno de los consejeros del PSC en el distrito –lo que equivale a concejales si el distrito fuera un ayuntamiento– en la que estos les comunicaba que no eran aceptados, que no podrán participar en la reunión con el alcalde.
Tampoco lo de la llamada responde a un guión oculto. En el texto ya citado, en la convocatoria, se advierte claramente: “Las personas inscritas recibirán una llamada telefónica para confirmar la cita y todos lo detalles del encuentro”. Bueno, no se añadió el reverso de esta previsión: 'Recibirás una llamada de un consejero del PSC diciéndote que no estás invitado'. Pero de la llamada hay aviso.
Las personas que han recibido el aviso telefónico prefieren que sus nombres y los de sus entidades no aparezcan, lo que da una idea de la efectividad que tiene a veces la autoridad. No están seguros de que una denuncia pública de la situación ayude a las causas de sus barrios. Dicho al revés: temen las consecuencias que podrían sufrir.
El precedente de Nou Barris
Es algo que ya sucedió en Nou Barris, donde el alcalde hizo su primera visita para reunirse con vecinos, siempre que no figuren en entidades. A algunos les molestó el filtro, y se fraguó una protesta que finalmente no se dio a conocer.
Los afectados por el veto en Gràcia que han hablado con este diario consideran del todo ilógico que las personas que más movilizadas están en el territorio municipal, y que por lógica son las que más de cerca conocen los problemas que se dan en las calles, sean excluidas de un acto en el que se supone que el socialista participa para saber con detalle qué preocupa a los barceloneses. Consideran que alguien quiere evitarle incomodidades al primer edil.
Cambio de formato
Consultado por este diario, el consistorio sostiene que no hay ninguna voluntad de imponer vetos, que lo que ha habido es un cambio de formato respecto de lo que hacía la anterior alcaldesa, Ada Colau, en sus visitas a los distritos. Fuentes de Barcelona en Comú recuerdan que en el caso de Colau se instalaban carteles en las zonas a las que iba a acudir comunicando la fecha, hora y lugar y no se imponía límite de asistencia.
Fuentes del gobierno del PSC relatan que ahora se ha optado por otro sistema: el alcalde se reúne individualmente durante un rato con cada uno de los vecinos, lo que no queda claro en el texto de la convocatoria. Los elegidos son tan pocos que es casi como si recibieran la tarjeta dorada de Willy Wonka para visitar su fábrica de chocolate. En Nou Barris, precisan, tan solo cuatro personas pudieron reunise con Collboni, por un periodo de unos 15 minutos cada uno. En Gràcia son solo cinco los seleccionados para el próximo jueves. Los excluidos insisten: no juzgan razonable el filtro elegido. Ni tampoco que el alcalde difunda su visita a un distrito para verse con tan poca gente.
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