Desde mediados de 2021

Barcelona cierra cinco gasolineras en dos años por quedar fuera de la normativa

Barcelona echa el cierre a las últimas gasolineras de calzada

Barcelona es la ciudad de España donde menos se usa el coche para ir a trabajar

Una gasolinera de calzada en el barrio de Poblenou, en Barcelona, cerrada el pasado verano.

Una gasolinera de calzada en el barrio de Poblenou, en Barcelona, cerrada el pasado verano. / ÁNGEL GARCÍA MARTOS

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

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Un documento del Ayuntamiento de Barcelona fechado en junio de 2021 afirma que la capital catalana “es la ciudad europea con más densidad de vehículos por superficie”. “Tiene casi 6.000 coches por kilómetro cuadrado. Esto significa el doble que Madrid ciudad y más del triple que Londres”, compara el análisis, incluido dentro del plan urbanístico que el consistorio aprobó para poner coto a la aparición de nuevas gasolineras en la ciudad.

Además de tratar de contribuir a descender los niveles de contaminación, la medida se justificó para evitar que abran más instalaciones de suministro en zonas que se quieren protegidas de las molestias de ruidos, humos y malos olores que se les asocian: quedan resguardados los cascos antiguos de los barrios, los terrenos reservados a equipamientos y los parques de Collserola y Montjuïc. El balance desde que se instauró la regulación se salda con siete estaciones de servicio cerradas; cinco de ellas se han clausurado por no renovarse la concesión municipal

Barcelona dispone ahora de 85 gasolineras, a tenor de un recuento del consistorio. Eran 92 a mediados de 2021, al entrar en vigor la actual normativa. El reglamento ha dejado de autorizar que las estaciones de servicio broten en cualquier lugar de la urbe casi sin reparo. Las nuevas aperturas se restringen ahora a las arterias de la red viaria básica con una anchura superior a 20 metros (como la Gran Via, la calle Aragó y las avenidas Diagonal y Meridiana), a no más de 250 metros de las rondas y el Nus de la Trinitat, el puerto y las áreas industriales de Zona Franca y la de La Verneda, el Torrent de l’Estadella y el Bon Pastor.

De las siete terminales de suministro que han dejado de funcionar, dos se han dado de baja a iniciativa del promotor, señala el gobierno local. Las demás “han cerrado porque se ubicaban en suelo público municipal y el Ayuntamiento no les ha renovado la concesión”, señala el ejecutivo.

Todos los surtidores amparados por una concesión administrativa están emplazados en la vía pública, clavados en la acera y a pie de la calzada. Eran nueve en 2021, según contabilizaba el Ayuntamiento. El consistorio aduce que denegó prolongar el permiso “teniendo en cuenta que su ubicación no se adecuaba a la normativa” que endurece los requisitos para implantar más gasolineras en Barcelona.

Sin nuevas aperturas

A su vez, no ha abierto ninguna estación de servicio más en Barcelona a raíz de promoverse la regulación. “No se ha concedido ninguna licencia nueva de gasolinera desde junio de 2021”, confirma el Ayuntamiento. Lo interpreta como una prueba de que la oferta actual de instalaciones de suministro "es suficiente”. 

El plan urbanístico sobre los puntos de abastecimiento de carburante esgrimió en 2021 que “no hace falta desplazarse más de un kilómetro para poder acceder a una gasolinera” en la capital catalana. El consistorio concluye que la misma situación se sigue dando ahora. La regulación que blinda ciertas áreas de Barcelona para que queden exentas de más gasolineras no afecta a las estaciones preexistentes a la norma, que pueden seguir proveyendo a los conductores sin tener que trasladarse de ubicación, aunque no se ajusten a las condiciones exigidas a las que puedan surgir.

La reglamentación establece también que haya una separación mínima de 100 metros entre las estaciones de servicios de nueva creación y los centros educativos, equipamientos sanitarios y residencias. El 73% de las que estaban operativas en 2021 no se adecuaban a la distancia que se fija ahora para respetar el descanso.

Para el Ayuntamiento, la distribución actual de las gasolineras brinda una “buena cobertura” a Barcelona. Además, la juzga “correcta” ante la previsión de una “disminución progresiva de los vehículos diésel y de gasolina”. El pronóstico municipal en 2021 estimaba que los vehículos de combustión convencional pasarán de englobar al 82,24% del parque circulante en 2030 al 67,64% en 2040, en descenso a medida que se extiendan los modelos híbridos y eléctricos.

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