Testimonios

División sobre la prohibición de pasear perros sin atar en Barcelona: "Hay que educar a la gente"

GUÍA PRÁCTICA | Dónde y cuándo pasear a un perro sin correa en Barcelona

Las multas por pasear perros sin correa en Barcelona empiezan hoy lunes, 18 de diciembre

Mapa con las zonas para perros libres de multas en Barcelona

Primer día de la obligación de llevar los perros atados en la calle en Barcelona

Primer día de la obligación de llevar los perros atados en la calle en Barcelona / Elisenda Pons

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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La prohibición de pasear perros sin correa en Barcelona, que ha entrado en vigor este lunes, genera una notable división de opiniones entre los dueños de mascotas. Ahora solo pueden ir sueltos en 225 puntos, entre pipicans y las nuevas Zonas de Uso Compartido (ZUC). EL PERIÓDICO ha recorrido este lunes por la tarde dos zonas verdes muy concurridas por tenedores de perros del Eixample y Sant Martí: los parques del Clot y de Glòries. Una decena de testimonios, con acompañantes caninos de diferentes razas y tamaños, relatan su punto de vista y experiencia.

“Algo he leído de la nueva norma, aunque yo siempre lo llevo atado porque me da miedo que se me escape”, expone Juan Modernel frente al mercado del Clot. Aunque la restricción le cambiará poco los hábitos, no es de su agrado: “No me parece bien. Que multen a quién lleve suelto a uno peligroso, incluso si va con bozal, pero hay gente que sí tiene educados a sus perros y van sueltos sin molestar a nadie”.

A pocos metros, una familia de tres generaciones come un helado acompañados de su pacífico galgo. Celebran la nueva norma, aunque apenas se han informado sobre ella porque nunca salen sin la correa. “Lo veo bien, nunca se sabe qué les puede asustar o cómo pueden reaccionar a un imprevisto”, dice la dueña, Marini Carpio, mientras a su lado su madre asiente con la cabeza.

Dónde pueden ir sueltosSe pueden pasear perros sin correa en 225 puntos autorizados y esparcidos por los 10 distritos. Suman en total 900.000 m2. De estos, 116 son pipican y el resto son las nuevas 109 zonas ZUC.

Frente al parque, dos mascotas se enzarzan en una incipiente pelea y rápidamente sus paseantes las separan gracias a la correa. Rusne Luneviciute-Martos es una de los dos. Le suena la restricción pero no la fecha de estreno, ni tampoco las zonas ZUC, una de las cuales está en este parque donde solía dejarlo correr libre. Creía que ahora solo podrá desatarlo en los pipicans, que ve insuficientes en número y dimensión para la cantidad de canes barceloneses.

Alejandro Navarro, que tiene perro desde hace solo nueve meses, siempre lo lleva atado “para evitar accidentes”, así que “normalidad absoluta” tras la entrada en vigor. “En general creo que es mejor así, ha habido perros atropellados en el barrio”, subraya. También secundan la norma, a la salida del pipican de Glòries, Elisabeth Gregorutti y Martín Croce. Han vivido en Estados Unidos, donde la regulación es más estricta, así que les supone poco choque el cambio. Y eso que su mascota no es precisamente pequeña. “Sancionar no lleva a nada y comporta destinar agentes a esto en vez de otras cosas más importantes, pero hay que educar a la gente para convivir”, concluyen.

Zona de Uso Compartido (ZUC) con señal vandalizada, en los Jardins de Hiroshima

Zona de Uso Compartido (ZUC) con señal vandalizada, en los Jardins de Hiroshima / Elisenda Pons

Señal vandalizada

La ZUC del parque del Clot no acaba de convencer a quiénes sí han estudiado opciones alternativas al pipican. Se trata de la pista deportiva, situada a una cota inferior y muy popular entre jóvenes y grupos de amigos para echar un partido o practicar coreografías. Este diario ha podido comprobar cómo la nueva señalización está ya vandalizada con pegatinas que tapan el horario libre de multas. Tampoco resulta intuitivo que está situada en la cota superior y hay que fijarse en el mapa dibujado para comprender que se refiere a la cancha de cemento. Ni la pista ni el ‘balcón’ dónde está la señal coinciden con las dos o tres zonas en las que los vecinos perrunos tienen costumbre de reunirse.

Zona de Uso Compartido (ZUC) del parque del Clot, con la señal vandalizada

Zona de Uso Compartido (ZUC) del parque del Clot, con la señal vandalizada / Meritxell M. Pauné

“No me parece el mejor lugar, con pelotas botando, niños jugando, sin tierra que olfatear…”, critica Anna Maria Morales, que ha preferido ir con su mascota al pipican del parque. La nueva limitación le parece bien, no obstante. “En Barcelona vivimos mucha gente y muchos perros, por responsabilidad es mejor llevarlos atados”, asume. A su lado, Anthony Ríos y Najia Kilper lamentan los horarios “muy limitados” de las ZUC, que suelen consistir en una franja matutina y otra nocturna. “En muchos parques solo se permite que corran sueltos de 20h a 23h, ¿por qué no lo alargan toda la madrugada? Tampoco es que nos vayamos a juntar tanta gente a la una, pero hay vecinos que salimos del trabajo muy tarde”, asevera él. Ella pide también una franja de mediodía, ni que fuera de “una horita”. 

La pista deportiva es la Zona de Uso Compartido (ZUC) del parque del Clot, con la señal vandalizada

La pista deportiva es la Zona de Uso Compartido (ZUC) del parque del Clot, con la señal vandalizada / Meritxell M. Pauné

"Es como si hubieran elegido la ZUC por Google Maps"

De camino a Glòries, Gemma Desplan responde que se ha estudiado la novedad de cabo a rabo. Su mascota iba siempre sin correa, porque hasta hace unos meses vivían en una localidad de costa y paseaban mucho por la playa “sin ningún incidente”. Protesta rotundamente por la elección de la pista deportiva como ZUC: “Hay chavales jugando todo el día, durante el horario matinal la mayoría trabajamos… Y además si un perro se caga, al ser cemento, por mucho que se retire el excremento, acabará enfangado”. “Parece que nadie del Ayuntamiento haya pasado por el parque a ver dónde suele haber gente con perros y dónde no, es como si hubieran elegido la pista por Google Maps”. “Vinieron a hacer una encuesta hace unos meses sobre la satisfacción ciudadana con el parque, ya podrían haber preguntado también por los perros”, reprocha. 

Multas variablesQuién infrinja la norma, se enfrenta a sanciones base de 100 a 300 euros. Si la infracción es grave, pueden elevarse a 600 (hasta 2.400 euros si es de raza peligrosa).

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