Obra polémica

Vecinos de la Ronda Sant Antoni tratarán de parar el proyecto de reurbanización por vía judicial

La plataforma contraria a la pacificación sostiene que existen irregularidades urbanísticas

Las obras de la ronda de Sant Antoni empezarán el 8 de enero

Collboni incumple su promesa de revocar el proyecto de la ronda de Sant Antoni de Colau

La ronda de Sant Antoni, en uno de los tramos pendientes de reurbanización.

La ronda de Sant Antoni, en uno de los tramos pendientes de reurbanización. / JOAN CORTADELLAS

Patricia Castán

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Lejos de llegar al desenlace, la tortuosa historia de reurbanización de la ronda de Sant Antoni abre un nuevo capítulo que podría estar marcado por la vía judicial. Los vecinos de la Plataforma Afectats per la Llosa de Sant Antoni no se han resignado a que el proyecto heredado del mandato de Ada Colau siga adelante sin incorporar los cambios que esperaban para flexibilizar el acceso de vehículos para vecinos con necesidades especiales, entre otros. Planean demandar al ayuntamiento al considerar que es conocedor de que el plan de pacificación de la ronda no habría seguido los cauces adecuados, dicen, tanto en informes previos como por no cumplir la "jerarquía de normas de rango superior". En concreto, mantienen que el proyecto podría ser declarado nulo de pleno derecho, porque "no ha tenido en cuenta el Plan General Metropolitano (PGM)".

Además, los afectados requerirán este miércoles formalmente al consistorio los informes de movilidad, de seguridad y de planeamiento urbanístico previos a la redacción y aprovación del proyecto, explican a este diario. Sospechan que "falta documentación" imprescindible para avalarlo. De ser así intentarán parar la obra prevista para enero por la vía cautelar. Mientras tanto, tratan de conseguir los fondos necesarios para los gastos de la demanda, explica un portavoz.

"El PGM no ha sido previamente modificado" como sería necesario para acometer la reurbanización de un vial de la "red viaria básica", relata el arquitecto urbanista Antoni Renalias, con una larga trayectoria en la administración y que trabajó en el equipo que elaboró el PGM. Junto con un representante legal de los vecinos, han expuesto ya al equipo de Jaume Collboni sus argumentos. Cabe recordar que el alcalde optó por no revocar el diseño de Colau pese a haberlo prometido en campaña electoral. Ahora la amenaza judicial en firme intenta evitar que las obras de reurbanización, cuyo inicio está previsto para el 8 de enero, sigan el diseño marcado por la entonces teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz.

Red viaria básica

Renalias apunta que si la justicia ya dio la razón a los comerciantes sobre el caso de Consell de Cent, con más probabilidad podría inclinarse en referencia a la pacificación total, dado que la Ronda Sant Antoni "tiene la calificación de red viaria básica que le otorga el PGM y tiene funcionalidad como arteria colectora y distribuidora de en materia de movidad", detalla. El experto agrega que "cortar la continuidad de la anilla de las rondas es una agresión frontal a la historia de la ciudad".

En una reunión sobre las obras convocada el lunes por el consistorio para informar a los vecinos, estos escucharon la propuesta definitiva por parte de los concejales del Eixample y Ciutat Vella, Jordi Valls y Albert Batlle, que no incorpora algunas peticiones clave de este colectivo, como el acceso de taxis o coches particulares para personas con necesidades especiales de movilidad, por ejemplo. Solo asume algunos ajustes en la carga y descarga.

Al encuentro acudieron también los vecinos partidarios del plan que trazó Sanz, la Plataforma Pro Pacificación. Estos avalan la extinción de los coches en el tramo en cuestión y de hecho son críticos con los ajustes sobre carga y descarga por si se convierte en un coladero de tráfico no previsto.

Las posiciones enfrentadas volvieron a hacerse patentes. Los contrarios a la pacificación viven o tienen negocios a pie de ronda y se quejan de que los partidarios utilizan la ronda como espacio cívico pero no residen en ella, por lo que no sufren los efectos secundarios (molestias vecinales, ruidos, incivismo...) ni se verán afectados en cuestión de movilidad, apuntan.

Desde que se retiró la losa que durante años hizo de base del mercado provisional de Sant Antoni, cortando el tráfico en la ronda, ha sido imposible alcanzar una posición de pleno consenso entre todas partes.