Reunión crucial de la ATM para las tarifas del transporte público de Barcelona en 2024

A tres semanas de que termine 2023, los usuarios del transporte público todavía no conocen las tarifas del próximo año. No es ninguna rareza, pues el consejo de administración de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), el ente encargado de definir los precios del bus, el metro, el tranvía y el tren, suele reunirse en la segunda mitad del mes de diciembre para decidir cuánto deben desembolsar los viajeros y cuánto debe asumir la cosa pública.

Dicha reunión se producirá el 19 de diciembre, y de su resultado conoceremos la actualización de los precios que aplica la ATM, a los que habrá que añadir las bonificaciones que el Gobierno de Pedro Sánchez ha prometido pero que todavía no ha formalizado en forma de decreto. Es decir, que dentro de una semana es probable que estemos igual que hoy: sin una foto final y a 10 días de las uvas.

Sin las ayudas aprobadas por primera vez en septiembre de 2022, la decisión de la ATM sería definitiva. Es decir, un incremento del 3% o del 2,5% o una congelación o una subida en función del título de transporte irían a misa y esa sería la tarifa de cara al 2024. Sin complicaciones. Pero lo que dicte este organismo concursado por el Govern (51%), el Ayuntamiento de Barcelona (25%) y el Área Metropolitana de Barcelona (24%) está totalmente supeditado a la eventual subvención estatal, que se sabe que se mantendrá pero carece todavía del formalismo que la convierta en medida orgánica. Es decir, un real decreto ley.

Lo que puede pasar

Si tiramos de lógica, lo normal es que se repita la decisión de 2022 para 2023. Es decir, mantenimiento de las ayudas para la T-Usual y la T-Jove (50% de rebaja; un 30% a cargo del Gobierno y un 20% abonado por parte de la ATM), gratuidad para los viajeros frecuentes de Rodalies, la T-Casual sin ayudas (las tuvo los primeros meses) y congelación del resto de títulos. Aunque esto último, habida cuenta de que los precios no han variado desde 2020 y que la idea es promocionar los billetes que generen más fidelidad, puede que empiece a cambiar al alza. Ya veremos. En 2022, por cierto, el decreto del Gobierno llegó el 27 de diciembre...

Si nos atenemos a lo prometido por el propio Sánchez, las bonificaciones no solo seguirán vigentes, sino que crecerán: la gratuidad de los viajeros recurrentes de Rodalies se universalizará a todos los medios de transporte en el caso de los jóvenes y desempleados. Es decir, más inversión pública en un momento en el que tanto los operadores como los entes públicos autonómicos con competencias que gestionan el servicio (como es el caso del ATM) advierten de que se está llegando a un punto ciertamente delicado. Por una razón muy clara: el dinero prometido desde septiembre de 2022 no termina de llegar a las empresas concesionarias, que en muchas ocasiones tienen que ejercer de banco para poder subsistir mientras las subvenciones están en camino.

Sostenibilidad

Y lo mismo le pasa a la ATM. Basta con recordar las palabras de su director, Pere Torres, pronunciadas el 14 de septiembre de 2022, cuando las bonificaciones del Gobierno blandían una enorme L de prácticas en la espalda: "Un transporte público eficiente y de calidad pasa por estar dotado de los recursos ordinarios para hacer frente a los gastos que tenemos. Si disponemos de ellos, cualquier otra medida me parece perfecta. Si no, nos causará un problema importante de gestión".

En resumidas cuentas, la reunión del ATM del 19 de diciembre y el decreto del Gobierno marcarán las tarifas de un tiempo que parece cada vez más finito. Ya lo dijo el flamante ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, en una visita a Barcelona la semana pasada: el precio del billete nos ayudó a recuperar usuarios en la pospandemia, pero va a llegar un momento, en un horizonte no muy lejano, en el que la política va a ser otra". Por cuestiones de corresponsabilidad social, pero quizás también por la propia supervivencia del sistema.

Crecimiento moderado

Otro tema es el efecto que habrán tenido las bonificaciones en la movilidad. Es cierto que el metro de Barcelona cerrará el 2023 con cifras récord, pero la encuesta de movilidad en día laborable dejó claro en julio del año pasado que no se ha producido un trasvase de usuarios del vehículo privado hacia el transporte público. Hasta ese momento, las subvenciones solo habían generado un 1,2% más de viajeros colectivos.

A pesar de las dudas sobre las tarifas de 2024, sí hay algunas cosas que están más que claras, como es la prórroga del vencimiento de los títulos de transporte con banda magnética. Desaparecían del todo a mediados de enero, pero finalmente se podrán usar hasta el 29 de febrero para que los viajeros tengan más tiempo para dar el salto hacia el sistema de 'chip' de la T-Mobilitat.

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