Los hoteles de Barcelona baten récord de precios en un verano de "más calidad"

Barcelona ha estado algo menos llena de turistas este verano que en su año punta 2019, en la prepandemia, pero ha cotizado más cara que nunca: los alojados en hoteles han pagado 36,6 euros de media más por sus habitaciones. Ese margen, además de compensar los incrementos de los costes de suministros y servicios, ha propiciado un mejor "nivel de visitantes", opina el presidente del Gremi d'Hotels de Barcelona, Jordi Clos. Menos cantidad, pero "más calidad", ha resumido este jueves, con voluntad de convertir esa máxima en el objetivo de los próximos años.

El balance de enero a agosto es una ocupación del 82,6% (-1,2 puntos respecto a 2019) y un precio medio de 174,15 euros (33,2 euros más). Poniendo el foco en el verano, julio y agosto han tenido una ocupación media del 88% (dos puntos por debajo de la prepandemia y uno por encima de 2022), alcanzando los 186,6 euros (incluso 9,4 más que el año pasado). De ese modo, los hoteles barceloneses (en sintonía con otros destinos) han alcanzado su récord de facturación, que no de beneficios, ha precisado Clos, a causa de los mayores precios de suministros y abastecimientos. El director de la patronal, Manel Casals, ha apuntado que esos ingresos serán clave para hacer frente durante los próximos a los créditos que los hoteles tuvieron que encajar tras 24 meses de cierre por pandemia.

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El mes en que los hoteles alcanzaron su punta de precios fue junio a 212 euros de media, aunque el principal aumento se dio en agosto, con 37 por encima de 2019, en un mes en que habitualmente baja la calidad del turista, más de sol y playa. El año está marcando pues, mejores registros que el pasado, sin llegar a los volúmenes de antes del covid. Sin embargo, el balance satisface a los hoteleros, que creen que la ciudad ya ha alcanzado las cifras suficientes --"ha llegado a la madurez", según Clos-- y debe enfocarse en "lograr un turismo más cualitativo".

Potenciar el viajero de negocios

El año en curso ya ha traído un perfil de viajero internacional de más poder adquisitivo, aunque agosto sea eminentemente vacacional. Pero el resto del año las ferias y congresos han tenido un papel clave en elevar ese listón. El gremio pide que la ciudad avance en esa dirección, porque el viajero de negocios "es respetuoso" y no causa conflictos, y la abundancia de eventos permite elevar precios, al estilo de otras grandes urbes europeas que aún resultan más caras.

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Otro puntal para lograrlo es ampliar la oferta cultural como reclamo, insiste Clos, con "una apuesta innovadora, conceptual y contemporánea, no con sucursales de otros museos sino creando algo ligado a la forma de ser de la ciudad". Defiende que la metrópolis "revitalice y potencie su alma cultural, ambiciosa e identificable, ha dicho. Confía en el nuevo ayuntamiento para activar proyectos al respecto, donde el potencial de Montjuïc (que ya ha reivindicado en otras- ocasiones) podía ser uno de los escenarios. Y en descentralizar ofertas para el viajero, incluso fuera del municipio.

De hecho, creen que la capital catalana ya ha mejorado con el cambio de gobierno municipal, en diversos ámbitos, y han reivindicado que se permitan nuevos proyectos hoteleros singulares y de calidad, como informa este diario.

De cara al otoño, como ya avanzó este diario, se espera una alta actividad MICE (congresos, convenciones y reuniones corporativas), con citas como el mayor encuentro de la industria farmacéutica, que reunirá a 40.000 asistentes, entre otros. En 2024 la agenda de la Fira está casi al completo, ha subrayado y también habrá importantes citas como el MWC (unas 88.000 personas) y la ISE (80.000).