El taxi amenaza con bloquear Barcelona 12 horas durante la Diada para protestar contra los "nazis" de Competència

Cardigans, Aerosmith, Eminem, M-Clan, U2, Keane, James Blunt, Police... La furgoneta de la cabecera, la que iba cortando el tráfico en su lento avance por la Gran Via este martes, ha regalado una banda sonora de gran calidad. Comercial, pero muy resultona. Es seguramente lo único en lo que todos los afectados en esta noticia pueden estar más o menos de acuerdo. Los taxistas, la ciudadanía, la Autoritat Catalana de la Competència (Acco) y los diputados del Parlament de Catalunya. En el resto de elementos que estaban sobre la mesa en la enésima movilización del taxi en Barcelona ya no hay tanta unanimidad. O ninguna. Los conductores estaban convocados por una multa impuesta a Élite Taxi por boicotear la entrada de Uber a la ciudad, una sanción que ellos equiparan con los tiempos del nazismo, cuando un tribunal condenaba todo lo que no comulgara con los mandamientos del Tercer Reich. Su marcha caracol, ruidosa, con unos 300 vehículos (500, según los convocantes), era de por sí una noticia. Pero ha dejado otras: el 11 de septiembre amenazan con ocupar (de nuevo) la Gran Via y ahora son ellos los que demandan a la Acco por prevaricación, cohecho, trato de favor y tráfico de influencias. Como siempre con el taxi metropolitano, esto no ha hecho más que empezar.

El sector del taxi volvió este martes a las movilizaciones

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No ha tenido el brillo de otras convocatorias pero sí ha sido de las más ruidosas. Por los pitos de los coches y por la traca de un kilómetro que han colocado en Via Laietana ante la sede de la Acco, órgano autónomo que cuelga del Govern que en el pasado ya ha hecho públicas varias resoluciones en las que, bajo el pretexto de la libre competencia, denuncia la sobreprotección del sector del taxi y defiende los derechos de otros modelos de negocio vinculados al transporte de personas.

En esta última notificación, este organismo, que abrió el expediente a Élite a principios de 2022, impone una dolorosa de 123.000 euros al considerar probado que esta asociación "ejerció medidas de presión dirigidas a los taxistas a través de comunicaciones en redes sociales, en su sitio web o mediante llamadas directas, advirtiéndoles de las consecuencias negativas de trabajar con la empresa, y disuadiéndoles de su colaboración con Uber". Era el tercer intento de esta multinacional de entrar en la capital catalana.

Hasta el último aliento

Los taxistas no solo niegan la mayor. Contraatacan con todo. "Quieren que Élite desaparezca, pero para callarnos tendrán que matarnos", ha compartido Tito Álvarez, portavoz de la entidad, que no ha filtrado ni un poco a la hora de calificar a la Acco. "Son unos nazis", ha resumido. La protesta ha seguido en dirección al Parlament, donde los taxistas tenían intención de que algún partido les recibiera para así poder realizar declaraciones desde el atril de la cámara catalana. Pero no ha habido suerte: ningún grupo parlamentario les ha abierto las puertas, cosa que sí sucedió en convocatorias anteriores.

Sí se ha puesto de su parte el sindicato CCOO, el único que les apoya en esta batalla. En la movilización se ha hecho carne su secretario general en Catalunya, Javier Pacheco, que ha considerado "injusta" la multa "al anteponer la libre competencia a los derechos de los trabajadores". "Es un atropello -ha proseguido-, y pedimos a los políticos que reflexionen ante el papel de empresas que buscan precarizar el empleo". Por todo ello, los taxistas han exigido el cese de los máximos responsables de la Acco y que el Parlament cree una comisión de investigación para estudiar los vínculos entre este organismo y plataformas como Uber.

Aragonés, en la Diada

Álvarez ha anunciado que este miércoles ha citado al resto de asociaciones del taxi para organizar una nueva movilización el 11 de septiembre, que sería de 12 horas, entre las 8.00 y las 20 horas. De momento, lo de ocupar Gran Via, cosa que ya hicieron en 2018 durante varios días, es solo una amenaza. Esta gran arteria, de hecho, forma parte de una de las columnas de la gran manifestación convocada por entidades independentistas durante la Diada. Y aquí no hay nada que sea casual, porque el 'president' Pere Aragonès ha anunciado que asistirá a la marcha y a nadie le interesa que coincidan ambas causas. Es decir, que Élite busca presionar al Govern donde ahora más duele para que mueva ficha en su favor.