Barcelona alquila edificios a la Iglesia para evitar una expropiación por el instituto de Sant Felip Neri

El Ayuntamiento de Barcelona se ahorrará el coste para hacerse con la propiedad de unos edificios de la Iglesia católica para ampliar un instituto escuela en el corazón de la ciudad, el de Sant Felip Neri, e incorporarlo a la red pública de equipamientos educativos. El gobierno municipal y el Departament d’Educació de la Generalitat han anunciado este lunes un acuerdo con la Congregación del Oratorio de Sant Felip Neri para alquilar 1.133 metros cuadrados que la orden religiosa posee en la plaza del mismo nombre, enclave distintivo del Gòtic y, a su vez, punto de atracción turística. Aparte de mantener las aulas y las instalaciones de las que los escolares de educación infantil y primaria ya hacen uso, el compromiso permitirá ocupar la Casa del Gremi del Sabaters y la planta baja del convento, lo que permitirá trasladar a los alumnos de ESO del centro, ahora ubicados en un deteriorado inmueble en la calle de la Palla. 

En todo caso, la mudanza de los estudiantes de Secundaria no será inmediata. El Consorci d’Educació de Barcelona -participado por el consistorio y el Govern- aplaza hasta el curso 2025-2026 disponer de los inmuebles por completo y a punto para alojar las clases. 

La consellera d’Educació, Anna Simó, y la teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, han explicado que al acuerdo con la orden titular de los edificios le faltan unos “flecos” para cerrarse. Simó se ha escudado en esos “pequeños detalles” para no concretar de momento el montante del arrendamiento, que el Consorci d’Educació pagará durante 20 años, con opción de prorrogarlo una década más al vencimiento. 

El Ayuntamiento ha precisado que habría tenido que desembolsar 11,1 millones de euros para desposeer a la congregación de sus propiedades en la plaza de San Felip Neri, como anunció que haría el marzo pasado ante el desencuentro con los religiosos para que cedieran los espacios. “El coste hubiese sido infinitamente superior al de la reforma”, ha esgrimido Bonet. Simó ha explicitado que el consistorio se hará cargo de la reforma de la superficie que se adecuará para albergar a los alumnos. La inversión se estima en cuatro millones de euros.

Freno a la adquisión

Bonet ha matizado que el proceso de expropiación llegó a notificarse a la orden, después de que el consistorio aprobase un plan especial urbanístico para tirar adelante la adquisición, bajo el bipartito de Barcelona en Comú y PSC que Ada Colau encabezaba. “Pero no se siguió con el procedimiento. Al llegar al acuerdo, comporta que desistamos”, ha aclarado la ‘número dos’ del ejecutivo del alcalde Jaume Collboni. Ha recalcado que el pacto era clave para "dar oxígeno" al colegio, "sin opción para encontrar espacios adicionales" en el núcleo histórico de Barcelona, ha aducido. 

Por lo pronto, los escolares seguirán en las instalaciones donde se han ubicado hasta ahora cuando el nuevo curso comience el próximo 6 de septiembre. La entente entre las administraciones y los monjes obliga a la congregación a ceder todas las instalaciones a partir del 1 de junio de 2024 a lo sumo. Bonet ha explicado que, a medida que los espacios se pongan a disposición del Consorci d’Educació, se irán acondicionando. “Se pondrán en funcionamiento de forma progresiva, no única, a partir de finales de 2024”, ha apuntado. 

“Necesitaremos unos meses para ejecutar la reforma al 100% y desplegar la actividad que, por ejemplo, se lleva en el oratorio, como la de comedor, en los espacios nuevos. Estarán plenamente operativos en el curso 2025-2026 pero, gradualmente, antes habrá entrado una parte en funcionamiento”, ha comentado la teniente de alcalde.

Sí que empezarán de inmediato los trabajos para instalar sistemas antiincendios en los edificios que el centro ya ocupa. También se extenderá cableado tanto en el edificio de la plaza de Sant Felip Neri como en el de la calle de la Palla para expandir la conexión a internet. Simó ha indicado que las obras pueden arrancar este martes, cuando el centro pasará a adherirse a la red pública, después de que un consejo extraordinario del Consorci d’Educació lo haya aprobado esta mañana.

El "reto" de la incorporación

Simó y Bonet han subrayado la complejidad de las negociaciones para desenredar las divergencias que abocaban a despojar a los religiosos de la propiedad para incrementar la oferta de plazas públicas en Ciutat Vella y unificar el centro en la plaza, como han reclamado familias y docentes. Salvados los escollos en el caso del Sant Felip Neri, es la octava vez que un colegio privado se integra en el sistema público de enseñanza en Barcelona desde 2020.

Simó ha diferenciado esta última adhesión a la red pública respecto a las siete precedentes. "Esta incorporación ha sido todo un reto", ha afirmado.

La consellera ha resaltado que, en este caso, la dificultad era mayor dado que la propiedad está en manos de la congregación de Sant Felip Neri, pero no la gestión del instituto escuela, administrado hasta ahora por la Fundación Torras i Bages. También ha recordado que el paso de ser un centro concertado a uno público no ha partido del titular de los inmuebles, sino del consejo escolar. Padres y profesores sostuvieron la reivindicación con manifestaciones semanales.

El centro acoge a 355 menores, de los que se identifica al 30% como alumnado de alta complejidad. Simó ha anunciado una "pequeña mejora" para ampliar el equipo del Sant Felip Neri a 29 trabajadores dedicados a abordar los problemas de segregación, que se asocian a la pobreza, el desamparo y la inmigración recién llegada.