La Casa de les Lletres de Barcelona se desinfla pero costará cuatro veces más de lo anunciado

Las aspiraciones con las que se revestía un proyecto cultural estrella del mandato de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se han enfriado al mismo tiempo que las obras se retrasaban. La creación de la Casa de les Lletres se presentó con una foto conjunta de Barcelona en Comú y el PSC en 2017, envuelta en una pretensión grandilocuente: erigirse en un escaparate de relevancia mundial para el sector editorial desde su apertura, anunciada para 2019. Sin embargo, la idea encalló y el edificio dentro de la supermanzana del Poblenou que debe albergar el equipamiento -que fue una cochera de autobuses- permanece en estado ruinoso, cubierto con una gran lona verde. Lleva así más de 15 años, por el riesgo de desprendimientos. No se otea cercana la reapertura del inmueble, que acogió la sede del 22@ hasta que cerró en 2008.

La construcción del centro literario se ha desbloqueado ahora, seis años después de anunciarse, si bien con variaciones de bulto respecto al primer esbozo que el gobierno municipal divulgó. El precio para rehacer el inmueble casi se ha cuadruplicado respecto al cálculo inicial que el bipartito publicitó en 2017: la estimación para rehabilitar el viejo garaje ha saltado de 3,7 millones de euros a un presupuesto aproximado de 14,3 millones, según figura en el expediente consultado por EL PERIÓDICO y aprobado con el aval de todos los partidos del ayuntamiento. Se pronostica que la reforma se alargará durante cuatro años. Antes de concretarse fechas, debe incorporarse al plan de inversiones del próximo mandato municipal, que arrancará tras las elecciones del 28 de mayo. 

El Institut de Tecnologies de la Informació de Barcelona abrirá el próximo curso en el 22@

Pese al encarecimiento, la Casa de les Lletres pierde atributos. Alguno de los roles que se le reservaban los adquirirá otro espacio cultural atrapado en un dilatado compás de espera, la Biblioteca Pública del Estado en Barcelona. El edificio, que el Ministerio de Cultura y la Generalitat proyectan junto a la estación de França, es visto ahora por el Institut de Cultura de Barcelona (ICUB) como un “lugar idóneo” para acoger el Observatorio del Libro. Se trata de un laboratorio de ideas de la industria editorial, “de alcance e influencia internacionales” y que debía instalarse en la Casa de les Lletres, tal como el bipartito municipal plasmó en una medida de gobierno de abril de 2017. 

Degradación y falta de mantenimiento

Lo que trasluce del encarecimiento de las obras es que serán de mucho más calado que lo que el exteniente de alcalde y candidato del PSC, Jaume Collboni, y el concejal de Sant Martí por Barcelona en Comú, Josep Maria Montaner, dieron a entender al presentar el proyecto en 2017. La intención pasa ahora por levantar “un nuevo equipamiento sobre la base del edificio catalogado”, del que se mantendrá “esencialmente su fachada principal” y se derribará “el resto”, manifiesta la memoria del plan especial urbanístico.

El ICUB responde que, por el valor del metro cuadrado, es “imposible” que la remodelación ascienda a solo 3,7 millones. “No hay comparativa posible, dado que la cifra detallada la tenemos ahora, una vez hecho el proyecto. El precio es mucho más preciso”, defiende el organismo, que añade que hay que tener en cuenta “el encarecimiento de los materiales” de construcción. “Están incrementado el coste entre un 20% y un 40%”, concreta. 

A todo esto se suma que una aguda degradación se abate sobre la cochera. Un informe municipal diagnostica un estado “deficiente” de la fachada y “patologías generalizadas” tanto a “nivel estructural como constructivo”. El “deterioro se ha ido acentuando a lo largo de estos últimos años, en que no se ha realizado ninguna reparación ni mantenimiento de los previstos en los informes y proyectos”, advierte.  

Indulto solo para la fachada

Las instalaciones que la antigua Compañía de Autobuses de Barcelona ocupó son casi centenarias -se edificaron entre 1929 y 1931- y han estado catalogadas con un nivel de protección patrimonial que obligaba a preservar el volumen entero del edificio. No obstante, la ficha de patrimonio se ha modificado para que la silueta del inmueble deje de ser intocable.

El blindaje sí persiste sobre la fachada principal. Ocupa casi 100 metros en la calle Roc Boronat y será rehabilitada. También perdurarán las puertas metálicas situadas a un extremo y otro del frontal y que daban acceso al aparcamiento. “Son uno de los mejores ejemplos de elementos ‘decó’ que quedan en la ciudad”, destaca el dictamen.

La memoria revela que las dependencias se reconstruirán por completo. Se alzará “un nuevo edificio adosado a la fachada principal” que “ocupe toda la profundidad edificable de la parcela”, apunta. A su vez, se retira la protección a la fachada posterior, en mal estado y que constaba pendiente de reparación. “No tiene ningún interés histórico ni arquitectónico”, rebate el estudio, que también niega particularidades dignas de salvaguardar en el interior de la finca. “No se considera necesario conservar la estructura original que une a las dos fachadas, ya que esta es la razón del mal estado actual del edificio”, alega.

Un consorcio por otro

En el mismo documento se dejó por escrito que el otrora garaje de buses alojase un consorcio llamado Barcelona, Ciutat Literària del Món, así como a asociaciones y gremios de editores. Sin embargo, el ICUB señala que desconoce que se dotara de “contenido” al consorcio, de lo que se desprende que la posibilidad queda descartada. 

El ayuntamiento también pensaba invitar a la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) a que abandonase sus oficinas en la calle Mallorca, en la Dreta de l’Eixample, para trasladarse al Poblenou. El Institut de Cultura recalca que la ILC cuenta “con sede propia”. Da a entender que difícilmente habrá una mudanza que no depende de su voluntad. El ILC responde que no hay ninguna previsión por el momento.

Concebida como sede permanente de la condición de ‘ciudad literaria’ que la Unesco otorgó a Barcelona en 2015, la Casa de les Lletres sí hospedará al Consorci de Biblioteques y el Consorci per a la Normalització Lingüística. “Sobre todo habrá mucha de la actividad pública que hacen. Toda la parte central del edificio será de pública concurrencia y acogerá todo tipo de actividades en torno a la ciudad de la literatura y la lectura”, explica el ICUB. El inmueble contará con un auditorio y un espacio para exposiciones en la planta baja y aulas y salas para entidades en la primera planta.

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