Lucha por la alcaldía

El 1x1 del primer debate electoral en Barcelona

Primer debate electoral en Barcelona: escaso 'punch' y el PP como desatascador

Colau, Collboni, Trias, Maragall y Sirera marcan terreno conscientes de que es muy probable que el próximo alcalde no se conozca la noche del 28 de mayo

debate electoral

debate electoral / Ricard Cugat

Carlos Márquez Daniel

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PIMEC ha organizado este lunes el primer gran debate de cara a las elecciones municipales en Barcelona. Se han visto las caras Ada Colau (Barcelona en Comú), Jaume Collboni (PSC), Xavier Trias (Junts), Ernest Maragall (ERC) y Daniel Sirera (PP). La charla, de más de dos horas, no ha dejado grandes titulares, pero sí marca un poco cuál será el tono de esta larga campaña. Han marcado terreno, sin grandes aspavientos, conscientes de que es probable que el próximo alcalde no se conozca la noche del 28 de mayo. Más o menos, este ha sido el perfil de cada uno de los candidatos a la alcaldía de Barcelona.

Colau, versión Araújo

Colau, versión Araújo

La alcaldesa se ha quedado prácticamente sola defiendo la acción de gobierno a pesar de que a su izquierda se sentaba Jaume Collboni, el que fuera hasta hace un suspiro su primer teniente de alcalde. Como Ronald Araújo en el Barça, ha tenido que achicar balones para capear las duras y constantes críticas sobre su gestión del comercio, el turismo y la movilidad, pero no ha cedido ni un milímetro en la estrategia electoral de los Comuns de blandir como cabeza de cartel, además de a la exactivista de la PAH, todo lo cosechado en estos últimos cuatro años, sobre todo en materia de pacificación urbana, vivienda y contención turística. De hecho, los reproches, como sucede con los 'gremlins' y el agua (no cojan como literal la comparación), parece que le dan fuerza. Se ha esforzado, como ya lleva semanas haciendo, en contraponer su modelo al de Trias, aunque ha evitado el cuerpo a cuerpo. No soy yo, es mi legado, parecía llevar escrito en la frente.

Colau, durante una de sus intervenciones en el debate organizado por PIMEC

Colau, durante una de sus intervenciones en el debate organizado por PIMEC / Ricard Cugat

Collboni, el tercer hombre

Collboni, el tercer hombre

Es probable que el candidato del PSC sea el que más minutos haya acumulado de micro durante el debate organizado por PIMEC. Esto, que de por sí no significa ni implica nada, sí demuestra que Collboni da por buena la teoría de que es bueno que hablen de ti, aunque sea mal. Ha buscado el cuerpo a cuerpo, sin demasiada suerte. Apoya su proyecto en el crecimiento económico, con propuestas con un cierto barniz social, y deja claro que asuntos como el urbanismo o la vivienda, sin orillarlos, no serán el eje de su programa. La ampliación del aeropuerto de El Prat será uno de sus principales argumentos durante este largo mes, en el que se intuye que buscará jugar el rol de candidato de orden con un toque 'progre'. También se apoyará en el desarrollo del 22@ norte o los barrios de la Marina, además de todo lo que tiene que ver con las inversiones del Estado en la ciudad, como la Sagrera, la reforma de Sants o el plan de Rodalies. El 'efecto Pedro Sánchez', al que, por cierto, no ha citado ni una sola vez. Se ha vendido como el término medio, el voto útil entre los que no quieren ni a Colau ni a Trias. Ha sido, además, el único que ha blandido el 'procés' durante el debate. Sin demasiado éxito.

Collboni, en una de sus intervenciones

Collboni, en una de sus intervenciones / Ricard Cugat

Maragall, 'the observer'

Maragall, 'the observer'

Más con un programa que con una estrategia, Maragall se ha visto en medio de un lance de reproches -suave- que ha preferido eludir. Solo cuando ha hecho referencia al eje PSC-Junts-PP ha aprovechado para denunciar "la deriva hacia la derecha" de los socialistas. Pero sin demasiada comodidad, como si algún asesor le obligara a entrar al ruedo de vez en cuando. Se le nota incómodo en el cuerpo a cuerpo porque lo suyo, seguramente, es más la gestión que la gesticulación. Y porque con esa experiencia, hay actitudes o broncas que no apetecen. "¿Somos ciudad de libros o de suvenires?", ha espetado, en otra de las escasas críticas al resto de candidatos. En una campaña tan polarizada, el alcaldable de ERC parece optar por un perfil bajo, de hormiguita. Sigue tapado por el 'efecto Trias', pero la campaña es larguísima. ¿Le bastará ese rol de candidato responsable y de 'seny'?

Ernest Maragall toma la palabra para defender su proyecto

Ernest Maragall toma la palabra para defender su proyecto / Ricard Cugat

Trias, sueltísimo

Trias, sueltísimo

El exalcalde no le debe nada a nadie, lo tiene casi todo hecho y no está para demasiadas tonterías. Es, con diferencia, el candidato que va más suelto (con permiso de Anna Grau, ausente en el debate). El aspirante de Junts no ha presentado nada demasiado concreto, pero ha arrancado la mayoría de las pocas sonrisas que se han escuchado en el auditorio. Sabe que cae bien a los suyos, y sabe también que sus detractores le respetan. Y con eso parece jugar cuando ironiza sobre los demás, incluso cuando le critican su mandato al frente del ayuntamiento (2011-2015). Están por llegar sus propuestas más allá de la cobertura de la Ronda de Dalt o una agencia público-privada para cuidar al comercio, pero se le ve comodísimo en el papel de lista necesaria para apear a los Comuns y a Ada Colau de la alcaldía. Todo lo que dice parece ir en esa dirección. Cuando Collboni le ha blandido el 'procés', Trias le ha soltado un "¡ya era hora!" y una tímida risa. Muy suelto, pero asalta la duda: ¿bastan el personaje y el objetivo de echar a Colau para ganar unas elecciones?

Trias se dirige al auditorio, durante el debate organizado por PIMEC

Trias se dirige al auditorio, durante el debate organizado por PIMEC / Ricard Cugat

Sirera, el PP de siempre

Sirera, el PP de siempre

El candidato del PP tampoco tiene demasiado que perder tras un mandato en el que los conservadores han tenido más líos de puertas hacia dentro que efectividad en el papel de oposición con dos concejales. Tras la marcha de Josep Bou, Sirera trata de recuperar el discurso 'pepero' de toda la vida: limpieza, orden, turismo y crecimiento económico. Sin estridencias, sin levantar la voz. "Qué rápido se ha esfumado el espíritu de Sant Jordi", ha espetado, en un momento en el que parecía -que no ha pasado- que el debate se calentaba. Ha vuelto el PP ágil de toda la vida, el que Alberto Fernández Díaz dejó en 2019. Si esto significa que volverá el maridaje con la antigua Convergència, ejercida con fruición durante el mandato de Trias, es algo que está por ver. Se ha dejado querer, pero sin vender demasiado caro su apoyo, porque está claro que le pueden más las ganas de echar a Colau que pactar con los autores intelectuales del 'procés'. De producirse el apoyo de Sirera a Trias si el exalcalde es el más votado, quizás entonces sí podría darse por bueno lo que dijo Jordi Sánchez tras la ruptura del Govern, en octubre de 2022: "El 'procés', definitivamente, se ha cerrado".

Daniel Sirera, candidato del PP a la alcaldía, en el Born Centre de Cultura i Memòria

Daniel Sirera, candidato del PP a la alcaldía, en el Born Centre de Cultura i Memòria / Ricard Cugat