La evolución de la criminalidad

Las ciudades de la Gran Barcelona donde la delincuencia crece tras la pandemia

Los puntos calientes de la inseguridad se expanden del centro de Barcelona a la periferia

El retrato robot de la víctima de la delincuencia en la Gran Barcelona: mujer, joven y precaria

Los vecinos de Badalona y L’Hospitalet se sienten más inseguros que los de Barcelona

Las ciudades metropolitanas con una mayor percepción de seguridad

Los delitos caen un 20% en las calles de la capital en comparación con 2019 mientras suben en Badalona, L’Hospitalet, Mataró, Sabadell y Terrassa, entre otras

Patrulla conjunta de agentes de la Guardia Urbana de Badalona y Mossos d'Esquadra.

Patrulla conjunta de agentes de la Guardia Urbana de Badalona y Mossos d'Esquadra. / JORDI PUJOLAR / ACN

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

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¿Es Barcelona más insegura tras remitir la pandemia del covid? Se antoja atrevido dar cualquier respuesta que sea tan solo unívoca a un asunto poliédrico y muy sensible, en que la impresión suele pesar más que el rigor estadístico. La delincuencia se sigue alzando tozuda al frente de las preocupaciones de los barceloneses cada seis meses en el barómetro de opinión del ayuntamiento, sin que el desvelo haya parado de crecer en los dos últimos años, rozando ya casi los niveles de inquietud de las encuestas de 2019, cuando el ayuntamiento afirmó que la capital se enfrentaba a una “crisis de seguridad”. Pese al temor creciente que los sondeos reflejan, los datos policiales certifican que en la urbe no se comete la misma cifra de delitos que antes de que el coronavirus irrumpiera hace tres años, ni mucho menos se rebasa. No obstante, ciertas ciudades de su entorno sí acusan más problemas en los últimos meses que antes de que se desatara la alarma sanitaria.

De acuerdo a las cifras del Ministerio del Interior, los cuerpos policiales registraron un 20% menos de delitos convencionales en Barcelona durante 2022 que en 2019, pauta de referencia por no verse alterada por el factor covid. El porcentaje engloba homicidios, robos, atracos, agresiones sexuales, tráfico de drogas… y excluye los ciberdelitos; de agregarlos al cómputo, la caída es del 16,4%. Tanto una tasa como la otra superan la media de la provincia de Barcelona, donde la delincuencia remitió un 6% el año pasado respecto a 2019, un 10,9% en caso de excluir la criminalidad en la red. 

A diferencia de la capital, buena parte de los municipios más poblados de la conurbación empeoraron registros si se toma como referencia el escenario previo a la crisis del covid. A grandes números, los delitos convencionales en L’Hospitalet de Llobregat se incrementaron un 5,9% en 2022 respecto 2019; en Badalona, un 4,7%; en Sant Feliu de Llobregat, un 2,5%; en Ripollet, un 6,1%; en Sant Cugat del Vallès, un 6,9%; ; en Sant Joan Despí, un 9%, y en Esplugues, un 17,5%. 

Subidas y bajadas

En la segunda corona, la criminalidad también creció en ciudades pobladas. Sucedió en Mataró (4,5%), Sabadell (7,6%), Mollet (8%), Terrassa (10,9%), Santa Perpètua de Mogoda (11,9%), Rubí (11,9%) Vilanova i la Geltrú (22%) y Premià de Mar (24,5%). A su vez, el aumento fue abultado en poblaciones algo más distanciadas de Barcelona, como Sant Pere de Ribes (6,1%), Les Franqueses del Vallès (21,5%), Vic (21,8%) y, sobre todo, Manlleu. En esa localidad de Osona, el número de delitos documentados se disparó un 44,7% en relación a 2019, un 74,9% si se tienen en cuenta la delincuencia informática.

Por el contrario, ¿dónde ocurrieron menos hechos delictivos en 2022 que en 2019? Pasó en Granollers (-6,2%), Sant Adrià de Besòs (-7,6%), Barberà del Vallès (-9,3%), Sitges (-10,6%) y Viladecans (-10,9%), Sant Quirze del Vallès (-11%), Sant Vicenç dels Horts (-13,3%), Santa Coloma de Gramenet (-15,3%), Castelldefels (-21%), El Masnou (-21,8%) y El Prat de Llobregat (-24,9%). 

En las poblaciones antes citadas, la tendencia fue también a la baja si se contabilizan los cibercrímenes. En otros casos, la delincuencia común decae, pero el cómputo global resulta negativo por el auge de los delitos informáticos. Ocurre, por ejemplo, en Cornellà: la delincuencia tradicional remitió un 2,6% si se pone en relación con 2019, pero se elevó un 4,5% al incluir los ilícitos en la red.  

Aumento respecto a 2021

El descenso respecto a la situación anterior a la pandemia no quita que la delincuencia se recompuso a lo largo del año pasado y, en general, fue claramente mayor que en 2021, marcado aún por las limitaciones a la movilidad. En Barcelona, remontó tras levantarse las últimas restricciones para evitar contagios: 2022 se saldó con un 30% más de delitos comunes que el año anterior. 

Tan solo El Masnou, Olesa de Montserrat y Santa Coloma de Gramenet se libraron de un repunte delictivo en 2022 entre las ciudades de más de 20.000 habitantes de la provincia, informa Efe. Los robos sin violencia siguen siendo el tipo delictivo más frecuente. Según los cuerpos policiales, se repitió en 79.769 ocasiones en Barcelona en 2022, un 47,5% más que en 2021, pero representan un 29,1% menos que en 2019, cuando se denunciaron 112.461 hurtos. El patrón es idéntico en otros apartados: los asaltos y atracos con uso de la fuerza aumentaron un 28,2% en la capital respecto a 2021, pero se situaron un 27,9% por debajo de 2019, mientras que el incremento de un 15,8% de las sustracciones de vehículos en el último año se convierte en una reducción del 36,5% si se contrasta con el promedio de hace cuatro años. 

Tendencia distinta se da en las denuncias por crímenes contra la libertad sexual, superiores se mire por donde se mire. Solo en la ciudad de Barcelona, subieron un 15,3% entre 2021 y 2022 y aún más respecto a 2019, un 27,5%. Se notificaron 182 violaciones en 2022, por 158 en 2019. La clase de delito que ha ido a más en Barcelona es el tráfico de drogas: el año pasado, se documentaron un 206,9% más de casos que en 2019.