Presidente de Barcelona Comerç

Pròsper Puig: "El modelo Amazon es legítimo pero debe pagar por usar el espacio público"

El nuevo presidente de Barcelona Comerç, la patronal de los ejes comerciales de barrio, afronta una etapa clave para el sector, con retos como lograr la capitalidad europea, impulsar la digitalización, crear un observatorio, dignificar la profesión y afrontar el "exceso" de oferta en algunas zonas

Pròsper Puig, nuevo presidente de Barcelona Comerç, en el eje de Gran de Sant Andreu, que también presidente y donde tiene su charcutería.

Pròsper Puig, nuevo presidente de Barcelona Comerç, en el eje de Gran de Sant Andreu, que también presidente y donde tiene su charcutería. / RICARD CUGAT

Patricia Castán

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Convencido de que la experiencia y el carácter negociador juegan a su favor, Pròsper Puig, con 64 años pero lejos aún de la jubilación, afronta con ilusión juvenil y madurez profesional su nuevo papel de presidente de Barcelona Comerç. La asociación, que aglutina a 22 ejes de barrio y suma 4.200 tiendas asociadas, afronta un periodo crucial con la probable elección de Barcelona como primera Capital europea del comercio de proximidad y el reto de fortalecer la venta tradicional en tiempos de adicción a la venta online. Puig llevaba años en la junta y al frente de los comerciantes de Sant Andreu.

¿Qué se le pasa por la cabeza cuando desde su tienda ve pasar a un repartidor de Amazon?

Pienso en competencia desleal. Nosotros estamos por la multicanalidad pero ha de haber igualdad fiscal para todos. Si las terrazas pagan tasas, ellos también deben pagar por el espacio público. Su modelo es legítimo pero ha de ser con las mismas armas.

La pandemia disparó la compra online pero también revalorizó al comercio más cercano, a pie de barrio. ¿Qué legado les deja?

Tras ese 'boom' digital creo que quien tuvo más comercio de proximidad en esos momentos logró más calidad de vida. Hubo cambios de hábitos, pero luego la gente ha reencontrado sus canales de compra. Sirvió para poner en valor la importancia de la presencialidad, nuestro servicio a domicilio y el acompañamiento al vecino.

¿La digitalización es todavía una asignatura pendiente?

Antes era irrisoria en el pequeño comercio, pero desde la crisis sanitaria muchos se concienciaron. También fue muy importante la campaña de Bonus de compra de la Navidad de 2021 para que los que quisieron participar diesen un primer paso.

Otra imagen de Puig en Sant Andreu.

Otra imagen de Puig en Sant Andreu. / RICARD CUGAT

¿Quién va ahora de tiendas por el barrio?

Nos preocupa que para la gente joven sus primeras opciones de compra no sean las tiendas físicas. Pero vemos que luego cuando ya viven en pareja o forman una familia cambian, aunque tenemos claro que ahora quieren dedicar solo el tiempo necesario para ello. Al final, comprar es un acto político porque determina qué tipo de tiendas o barrios queremos y cómo será la zona donde vivimos. La economía es la primera oportunidad de ser sostenibles.

Hablando de la venta presencial, ¿Por qué hay tan poca gente que quiera ponerse detrás de un mostrador?

Ahí tenemos un problema. Es necesario primero prestigiar los oficios, porque estamos sufriendo con la falta de relevo generacional en algunos comercios, como la charcutería --representa también al gremio sectorial--. Pero también veo que la cultura del esfuerzo es cada vez menor y ya no es solo un tema de salario. Todos los trabajos son duros. En el comercio mucha gente se pone a trabajar de manera precaria y como opción provisional.

Ya no es discutible que había y que abrir más domingos, igual que es indiscutible el negocio del turismo

Precisamente por ello, ustedes renegaban de abrir más domingos, aunque hace dos años suscribieron el pacto para poder hacerlo en algunas zonas de Barcelona. ¿Qué balance hace?

Creo que el resultado hasta ahora es mejorable y hay que ver qué ha pasado con las contrataciones pactadas. Nos gustaría conocer el número real de tiendas abiertas, porque se han focalizado mucho en un par de calles del centro. Nosotros tenemos algún eje asociado donde se puede abrir y apenas nadie lo hace. Creemos que ayuda solo al hipercentro más turístico y no ha cambiado los hábitos del barcelonés. Pero ya no es discutible que hay que abrir, al igual que el negocio del turismo es indiscutible.

Su tienda tiene más de un siglo y es emblemática. ¿Qué opina de la gestión del comercio histórico, que no deja de sumar bajas?

Estoy en la comisión de emblemáticos, pero opino que hay un problema si la oferta no se alinea con la demanda del comprador. Creo que hay que salvar el espacio material si la actividad ya no funciona. Es insostenible intentar proteger una actividad sin futuro. Hay muchos que sí funcionan, como el mío.

Hay más comercios que posibilidad de gastar en algunos barrios. Es mejor concentrarlos en el entorno de los ejes

Tras el coronavirus hay zonas con persianas que no han vuelto a subir. ¿Cómo ve la evolución?

Se habla de desertización, pero hay que salvar lo salvable. La realidad es que hay más comercios, demasiados, que posibilidad de gastar en los barrios. Creemos que hay que concentrarlos en los ejes y su entorno y buscar una salida para plantas bajas que no volverán a tener actividad en algunas calles. Pueden ser viviendas accesibles para los más mayores. Pero hay que hacer microcirujía proactiva con quienes conocemos el territorio, no desde un despacho.

Usted también es crítico con las políticas de movilidad.

Hace falta un pacto de movilidad en busca de un modelo, da la sensación de que ahora se aplican en sitios determinados. Vamos a la ciudad de los 15 minutos y con menos movilidad de punta a punta. Cuando la gente se mueva menos solo se salvará el comercio de barrio en zonas con clase media.

¿Qué opina del plan de usos final para el Eixample?

Nosotros teníamos cinco ejes afectados y trasladamos todas sus voces, que eran diferentes. Estamos satisfechos de que el ayuntamiento se haya movido de su plan inicial. El aprobado no es el nuestro, pero es más asumible. Nosotros no habríamos incluido al paseo de Sant Joan. También se ha pacificado demasiado en Nou Eixample.

El plan de usos final del Eixample no es el nuestro, pero es más asumible que el inicial

¿Es complicado presidir Barcelona Comerç y ser combativo recibiendo ayudas municipales para funcionar?

Se puede disentir, pero más en privado que en público. Nosotros buscamos más consensos que ruido, pero si hay que decir algo se dice. Hemos de representar a territorios y sus necesidades.

¿Qué piden a los alcaldables de cara a las elecciones de mayo?

Desde la oposición siempre nos dan la razón. Han de ver que somos un actor principal de la ciudad, con una labor impagable. Y han de creer de verdad en la colaboración público-privada para ahorrar en recursos y llegar a la gente.

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