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Desde minidiscotecas a museos: esto es lo que te puedes encontrar al ir al baño en Barcelona

El nuevo ocio de Barcelona: experiencias inmersivas

Ahora los lavabos atraen a los tiktokeros más que a Froilán las fiestas. Te puedes encontrar espejos para selfis, vistas panorámicas, hasta una minidisco o un museo de Julio Iglesias. Estos son los más originales: retretes que visitar sin la vejiga llena

Ana Sánchez

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Solía ser una visita que se zanjaba con un escueto “al fondo a la derecha”. Ahora los baños atraen a los tiktokeros más que a Froilán las fiestas. Se han convertido en el Santo Grial del postureo. El Lourdes de los selfis. Al ir a mear en cualquier local de Barcelona te encuentras más gente poniendo morritos que en cuclillas. Lo mismo te topas en el lavabo con un museo de Julio Iglesias que con vistas que quitan el hipo, incluso puedes acabar tirando de la cadena entre música disco y luces de neón. Era de prever que se convirtieran en el alma de la fiesta. Es el sitio ideal para cagarla sin remordimientos. 

Con vistas

Vistas a 70 metros desde el baño de mujeres de Unlimited Barcelona, en la planta 20 de la torre Urquinaona.

Vistas a 70 metros desde el baño de mujeres de Unlimited Barcelona, en la planta 20 de la torre Urquinaona. / JORDI OTIX

Unlimited Barcelona (plaza Urquinaona, 6). “La joya de la corona”. Así llaman al baño en el mirador urbano de la torre Urquinaona. “No te puedes ir sin visitarlo”, te recomiendan nada más salir del ascensor en la planta 20. Mucha gente ya entra directa al retrete sin ni siquiera echar antes un ojo a los ventanales oficiales con vistas panorámicas de 360º. Hay quien se lleva la copa de cava para bebérsela a pie de lavabo. Y sí, tiene todo lo que una ‘influencer’ puede desear: espejo con lucecitas a lo camerino, grifería ‘deluxe’, sofá de terciopelo rojo, música chill y vistas de vértigo a 70 metros de altura. El cielo del postureo. Incluso se puede cotillear por un cristal los lavabos del baño de hombres (tiene las mismas vistas instagrameables, pero sin sofá). “Ese sofá ha visto de todo”, sonríen Raquel y Andrea, dos trabajadoras del mirador. Incluso han tenido que picar en la puerta a alguna pareja. “Qué locura”, resoplan Naomi y Manuela, dos veinteañeras de Holanda con el móvil echando humo. ¿Que cuánto tiempo se han pasado en el baño? “40 minutos”.   


Con discoteca

“Pulsa el botón si quieres ser feliz”. Está junto al secador de manos del Museum Bar by Toni Peret (María Cubí, 173). Imposible no pulsarlo. Clic. Y el baño se convierte de golpe en una minidisco: luces de neón, música bailonga, ¿eso es una bola de discoteca?

El subidón dura apenas 15 segundos. Lo apretarás compulsivamente al menos 10 minutos con más ansia de marcha que Vargas Llosa. “Ya viene la gente directa al lavabo”, dice Toni Peret, creador de los míticos ‘Max Mix’ cuando no existían djs sino pinchadiscos. El invento viene de Villajoyosa –cuenta-. Ahora se extiende por TikTok y por el boca a boca. “El botón de la felicidad”, lo han bautizado.  


Los más tiktokeros

El espejo que está circulando más por las redes es el del baño de Belbo Dos Besos (Rambla de Catalunya, 15). “El restaurante de moda en TikTok”, repiten los ‘influencers’ en plan mantra. Se avistan labios gigantes, neones con mensajes fotogénicos, cantantes a pie de mesa y carbonaras tan buenas como instagrameables. Es el plato estrella (han servido más de 10.000 en apenas un año). Los fines de semana se forman colas para hacerse fotos frente al espejo-boca del lavabo, da fe Alejandro, el encargado. Hay quien ha posado hasta en tanga.  

El espejo más buscado de TikTok: los labios XXL del restaurante Belbo Dos Besos.

El espejo más buscado de TikTok: los labios XXL del restaurante Belbo Dos Besos. / LAURA GUERRERO

A cinco minutos andando hay otro baño para mear y no echar gota: el de Lynk&Co (paseo de Gràcia, 44). Es un concesionario, de esos ‘new concept’: con club, tienda sostenible, ‘coworking’ y eventos semanales. Parece que te has colado en el país de las maravillas de Alicia en versión instagramer. Hace meses que corre como la pólvora por TikTok: tiene un baño psicodélico ideal selfis, lleno de espejos y trompetas en el techo. Bajando las escaleras, hay otra salita para posturear en el fondo de una piscina de pega. “Vienen a hacerse fotos incluso de otros países”, aseguran. El próximo San Valentín ofrecen sesión de fotos “profesional y gratuita”. (Para participar en los eventos hay que suscribirse a la Newsletter). 

Selfi entre espejos y trompetas en el baño psicodélico de  Lynk&Co.

Selfi entre espejos y trompetas en el baño psicodélico de  Lynk&Co. / LAURA GUERRERO

A apenas dos calles está El Nacional (paseo de Gràcia, 24 Bis). Otro ‘hot spot’ entre retretes. A la entrada del baño está el tocador preferido de las ‘influencers’: espejos virales con halo de camerino teatral

El de El Nacional es el tocador preferido de las ‘influencers’.

El de El Nacional es el tocador preferido de las ‘influencers’. / LAURA GUERRERO

¿El clásico de los clásicos? Todo empezó en el lavabo unisex de Boca Grande (pasaje de la Concepció, 12) “¿Esto es el baño?”, pregunta todo el que entra por primera vez y se topa con un paraíso de espejos en penumbra. Hace una década que Òscar Broc lo entronizó como “el Valhalla de los urinarios” en su libro ‘Barcelona és una merda’. Fue el primero que metió en el baño dj y fotomatón. “A veces tengo que ir a buscar a los clientes”, cuentan en el restaurante.  

Un clásico: Boca Grande. Hace una década que se convirtió en "el Valhalla de los urinarios".

Un clásico: Boca Grande. Hace una década que se convirtió en "el Valhalla de los urinarios". / LAURA GUERRERO


Baños-museo

Según entras en el lavabo de Bodega Molina (plaza Molina, 1) se te queda cara de meme de Julio Iglesias. Mires donde mires está el cantante. Hasta al sentarte en el váter. “Julio te mira –lees enfrente junto a una mirilla- y lo sabes”. 

“Julio te mira y lo sabes”, se lee desde un váter de Bodega Molina en una puerta con mirilla.

Museo -anuncia la puerta de los baños-: La vida maravillosa”. Y te cuelas en un hipnótico laberinto biográfico de portadas y recortes del ‘¡Hola!’, todas originales. Hilo musical con mucho “hey!” y raquetas de tenis en vez de pomos. Ya hay quien viene solo para visitar este homenaje del papel cuché (higiénico)

Baño de mujeres de Bodega Molina: un 'flashback' de retrete del matrimonio de Isabel Preysler y el marqués de Griñón.

Baño de mujeres de Bodega Molina: 'flashback' del matrimonio de Isabel Preysler y el marqués de Griñón. /

“Se me ha ido de las manos”, sonríe Enric Rebordosa, uno de los socios del Grup Confiteria. Está detrás de Bodega Molina y un largo etcétera de locales emblemáticos. Sería más fácil contar el dinero del Tío Gilito que los proyectos que tiene entre manos. “El alma de un local –garantiza- es el baño”. Por sus manos pasó también el de El Maravillas (plaza de la Concòrdia, 15). Ese es un homenaje a Romário.


Clandestinos

El ‘boom’ de los locales clandestinos también pasa por los lavabos. Tras un espejo de los baños de Casa Rafols (Trafalgar, 61) se esconde el Club 61. Hay dos opciones para colarse a coctelear: pedir la llave de acceso tras cenar en Casa Rafols o reservar directamente para cenar en el club. 

El mejor bar del mundo, Paradiso (Rera Palau, 4), el famoso clandestino tras la puerta de la nevera de un pastrami bar, aún esconde otra sorpresa en un baño: al teclear una clave secreta –¡tachán!- se abre la pared con el lavabo incluido y aparece otro ‘speakeasy’.  

Tras el súper 24 h de Abaixadors, 10 se esconde la coctelería Monk. Merece la pena meterse un rato en sus baños con luces flúor: te salen selfis con aura de James -el mago de la luz- Turrell.  

Baños en los que hacerse selfis con colores a lo James Turrell: son de la coctelería clandestina Monk.

Baños en los que hacerse selfis con colores a lo James Turrell: son de la coctelería clandestina Monk. /


Para cagarse de miedo

El baño de Spirits Cocktails BCN tiene fotografías ‘post mortem’ y soga.

El baño de Spirits Cocktails BCN tiene fotografías ‘post mortem’ y soga. /

En los de Spirits Cocktails BCN (Súria, 6) entran más tembleques que al escuchar un discurso de Putin. Es la primera coctelería dedicada al espiritismo. Tiene mesas donde jugar a la ouija, minitele con neblina y cócteles que van Más Allá, en todos los sentidos. El baño, obviamente, es ideal para cagarse de miedo: está lleno de fotografías ‘post mortem’ de la colección del actor Carlos Areces. Ojo al tirar de la cadena, que es una soga.

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