Pleno municipal

Colau, de no aprobar un presupuesto en su primer mandato a lograrlo con los cuatro del segundo

El apoyo de ERC permite a la alcaldesa empezar el semestre previo a las municipales con las cuentas y las ordenanzas fiscales validadas

Los grupos del consistorio cierran el año y se disponen a iniciar una precampaña intensa con un desenlace muy abierto

ple ,municipal desemvbre 2022

ple ,municipal desemvbre 2022 / Zowy Woeten

Toni Sust

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El pleno municipal de Barcelona ha aprobado este viernes los presupuestos y las ordenanzas fiscales de Barcelona para 2023. Lo ha hecho con el voto favorable de los socios del gobierno, Barcelona en Comú y el PSC, la abstención decisiva de ERC, y el voto contrario del resto de grupos. El presupuesto validado asciende a 3.600 millones de euros. Los republicanos se abstienen a cambio de un plan de choque social de 100 millones de euros.

No cabe ninguna duda de que Ada Colau, pese a ser discutida por socios y adversarios, por entidades y por una parte relevante de la ciudadanía, puede exhibir un éxito concreto en este mandato, que se ha completado este viernes: haber logrado aprobar en votación ordinaria, es decir, con por mayoría absoluta, y amplia, los cuatro presupuestos del periodo. Es algo que supone un gran contraste con su primer mandato, 2015--2019, cuando no fue capaz de lograrlo en ningún ejercicio: tiró de prórrrogas y cuestiones de confianza.

El apoyo republicano

Y eso ha sido posible, esencialmente, porque Colau ha contado con el apoyo externo decisivo de ERC, sea mediante un voto favorable o por una abstención, como ha sucedido este año. Es cierto que los republicanos se han visto acompañados en este respaldo por otros grupos, en función del año.  El primer presupuesto del mandato, el de 2020, salió adelante con el ‘sí ‘de ERC y el de Junts per Catalunya. El de 2021 contó con el ‘sí’ de ERC y el de Barcelona pel Canvi.

Collboni, durante el pleno.

Collboni, durante el pleno. / Zowy Voeten

En el caso de los presupuestos del 2022, los republicanos se abstuvieron obligados por su partido, para lubricar el acuerdo presupuestario en la Generalitat. Fue una abstención técnicamente no decisiva, porque el gobierno de Colau se buscó una alternativa por si las moscas y logró el voto favorable de Barcelona pel Canvi, ya sin Manuel Valls al frente, con Eva Parera como líder, antes de que el grupo pasara a denominarse Valents. Como siempre, la concejala no adscrita Marilén Barceló, que dejó Ciutadans, acompañó en el voto a Parera.

En el caso de los presupuestos para el 2023 se dan las circunstancias típicas de todo final de mandato: el gobierno actual controlará el presupuesto durante la primera mitad del año próximo, hasta las elecciones del 28 de mayo de 2023. Pasados los comicios, es posible que un nuevo gobierno, con socios distintos, asuma las riendas de la ciudad.

La precampaña

Se acercan seis meses de precampaña, campaña y elecciones y es algo que ha marcado casi todos los discursos que ha habido en el debate previo a la aprobación de las cuentas, las tasas y los impuestos. Y se diría que también la intervención que al final de los turnos ha hecho Colau para congratularse de la aprobación de los presupuestos.

La alcaldesa ha agradecido a los concejales de su gobierno que se han ocupado de los presupuestos: ha citado a Jordi Martí, concejal de Presupuestos, de Barcelona en Comú, y a Montserrat Ballarín, concejala de Hacienda, del PSC. No ha incluido en la lista del elogio al primer teniente de alcalde, el socialista Jaume Collboni, que ha comparecido junto con Martí y Ballarín cada vez, y han sido muchas, que se ha abordado un trámite dentro del largo y soporífero proceso previo a la validación de las cuentas.

El capón al socio

Es más, Colau no ha dudado en propinar un capón directo a Collboni, al afirmar sobre los apoyos recibidos para aprobar los presupuestos en estos años: “No ha habido geometría variable”. Era una respuesta directa al socialista, que tan solo unos minutos antes había asegurado que sí había existido. Es también una discrepancia sobre cuál de los invitados a tu fiesta te gusta más.

Porque Collboni ha recalcado que no solo ERC ha apoyado la cuentas, y ha recordado a Parera que Barcelona pel Canvi (hoy Valents) ha votado a favor de los presupuesto dos veces, igual que los republicanos, pero además también apoyó una modificación presupuestaria para crear un fondo covid de 90 millones en julio de 2020, ante la que los de Ernest Maragall se abstuvieron. El caso es que Colau ha dejado claro que el socio decisivo ha sido ERC. Que es su invitado preferido, vamos.

El propio Maragall (que de hecho intenta no ser señalado por estar siempre en la fiesta de los presupuestos junto a socialistas y comuns) ha aprovechado estos dimes y diretes para señalar que Collboni tiene razón al señalar a Valents (ayer Barcelona pel Canvi) como socio preferente, ya que lo fue, y decisivo, para que Colau fuera investida como alcaldesa, con los tres votos, de Valls, Parera y Celestino Corbacho, que dejaron al candidato de ERC sin vara de mando municipal.

Las posiciones

“Estos cuatro años hemos logrado aprobar cuatro presupuestos, algo que no pasaba desde hace dos mandatos. Es lo que la gente espera de la política. Es motivo de orgullo y satisfacción. Y lo hemos hecho en un contexto muy complicado, creciendo 1.000 millones de euros en cuatro años”, ha proclamado Collboni.

Jordi Martí ha citado de forma especial los ejes de la actuación municipal más ligados al programa de Barcelona en Comú: la inversión social, un 74% más alta ahora que en 2015, la guerra en el frente ambiental. Incluso ha citado al dentista municipal, un servicio planteado con una doble orientación: para los barceloneses más vulnerables pero también para la población en general. El segundo, el dentista municipal sin límite de renta, es como el Cid Campeador pero al revés: gana batallas antes de haber nacido, porque sigue judicialmente frenado pero aparece muy a menudo en los discursos de los ‘comuns’.

A Ballarín le ha correspondido hablar de las ordenanzas, y lo ha hecho de forma sucinta pese a que técnicamente es la que más conocimientos tiene sobre estas cuestiones.

“Hoy nos abstenemos, mañana gobernaremos”

Maragall ha subrayado sobre los presupuestos: “Este es un presupuesto de transición, en junio será asumido por un nuevo gobierno”. “Nuestra abstención no expresa un acuerdo de fondo, es por responsabilidad”, ha precisado. También ha advertido de que el presupuesto ha crecido pero no así la confianza de los ciudadanos en el gobierno local. Y ha advertido sobre el futuro electoral inmediato: “Hoy nos abstenemos, mañana gobernaremos”.

Por Junts, Ferran Mascarell ha esbozado una oposición global al proyecto y al gobierno. Y ha denunciado que no ha habido diálogo, que se han ignorado las alegaciones. Algo que ha lamentado también el resto de la oposición, que ha defendido, cada cual con su estilo, su voto negativo. Lo ha hecho Parera, visiblemente contenta de que su grupo fuera objeto de debate. Paco Sierra, formalmente todavía representante de Ciutadans en el consistorio, aunque no está claro por cuánto tiempo más, a la vista de que el partido anunció su expulsión, ha subrayado que solo Ciutadans ha votado siempre en contra de las cuentas. Porque el PP se abstuvo en el caso de los de 2021. Josep Bou, el todavía presidente de los populares, ha lamentado que no se haya aligerado la fiscalidad que afrontan los barceloneses.