Discusión entre socios

Riña a cara descubierta entre ‘comuns’ y PSC por las ‘superilles’ de Barcelona

Los socialistas se alían con la oposición para exigir que se detengan nuevos proyectos y el partido de Colau intuye un indicio de un pacto ‘sociovergente’ para gobernar tras las municipales

la supermanzana del Eixample o ‘Superilles’ Los trabajos o obras han empezado en las calles de Consell de Cent con Comte Borrell en la foto. “obres de la Superilla de l'Eixample” . FOTO de RICARD CUGAT

la supermanzana del Eixample o ‘Superilles’ Los trabajos o obras han empezado en las calles de Consell de Cent con Comte Borrell en la foto. “obres de la Superilla de l'Eixample” . FOTO de RICARD CUGAT / Ricard Cugat

Jordi Ribalaygue

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Pugna a calzón quitado entre los socios de gobierno de Barcelona a cuenta de les ‘superilles’. Ya a menos de medio año de las elecciones municipales, ‘comuns’ y PSC se han enzarzado este martes en la comisión de Urbanismo a cuenta de una petición de Junts para paralizar la puesta en marcha de nuevos planes para limitar el tráfico de vehículos en calles de la capital catalana y extender zonas verdes y peatonales, quintaesencia del urbanismo que predica la alcaldesa Ada Colau. En cambio, el alcaldable socialista Jaume Collboni se ha ido desmarcando, hasta el punto de pedir que se estudie los efectos de su implantación antes de extenderlas más. 

El PSC se ha aliado con la oposición y ha pactado un cambio en la proposición de Junts, que insta a Colau a no adjudicar obras para supermanzanas que no se hayan empezado ya a construir mientras no recaben estudios que testen si perjudica a la economía, la movilidad y la calidad del aire en calles donde se traslada el tráfico. Con la oposición como testigo de la riña, Barcelona en Comú y socialistas han agrandado sus diferencias con las municipales en el horizonte

A la vista de que los 'comuns' se quedaban solos oponiéndose a la propuesta crítica con el modelo que la alcaldesa ensalza, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, ha concluido que “vuelve la sociovergencia”, es decir, una coalición de gobierno entre PSC y Junts, herederos de la antigua CiU. Una entente de esa naturaleza, que capitanea la Diputación, nunca se ha dado al frente del Ayuntamiento de Barcelona.

“Es un modelo del siglo pasado”, ha concluido Sanz, dirigiéndose a la teniente de Movilidad, la socialista Laia Bonet. “Se están aliando con los que quieren parar el tranvía. Representa un modelo antiguo”, ha remachado la teniente de los ‘comuns’, que ha esgrimido que la expansión de las ‘superilles’ “es el único modelo posible”.

Sin cambios

Tras la derrota que Barcelona en Comú ha encajado, Sanz ha aclarado en declaraciones a EL PERIÓDICO que el partido de la alcaldesa no cejará en promover nuevas ‘superilles’. “Tenemos 10 concejales de los 18 en la comisión de gobierno, que es donde se aprueban estos proyectos”, ha blandido para dejar claro que los 'comuns' no piensan frenar ningún plan.  

“Tenemos procesos de participación abiertos en la Sagrera, Camp d’en Grassot, la Sagrada Família y se inicia otro en Nou Barris. Seguiremos gobernando y seguiremos trabajando para no hipotecar que el próximo gobierno no tenga el trabajo hecho”, ha indicado. La concejal ha subrayado que, a corto plazo, no se detendrán las reformas planificadas en Sant Antoni y Consell de Cent.

Si bien las diferencias que los separa se han ido haciendo evidentes a lo largo del mandato, las interpelaciones directas -y con cruce de reproches incluido- entre los dos integrantes del ejecutivo municipal han sido poco frecuentes a lo largo del mandato, prácticamente inusuales. Con la precampaña de las municipales ya en marcha, la veda parece que ya se ha levantado.

Reproches del PSC

“Señora Sanz, un poco de autocrítica le iría bien”, ha replicado Bonet a Sanz. En línea con lo que Collboni ha expresado en las últimas semanas, la socialista ha sostenido que las supermanzanas “no pueden ser una idea global” para Barcelona y ha alertado que “ha implicado un desequilibrio en la inversión, focalizada en el centro y olvidando otros barios”. Según Bonet, las ‘superilles’ han limitado los carriles para el transporte público y “generan calles y barrios de primera y de segunda, donde se reduce el tráfico y la contaminación y que se desplazan a otros”.

“No han reducido el tráfico ni la contaminación, sino que la han redistribuido a calles de los alrededores”, ha cuestionado la edil del PSC. Bonet ha plateado acabar las obras de pacificación en marcha, como las que se efectúan en arterias clave del Eixample, “pero no hacer nuevas hasta que no tengamos respuesta a una serie preguntas”. “¿Reduce la contaminación en la ciudad? ¿Cómo afecta a la movilidad y al transporte público? ¿Qué pasa con los precios de vivienda y del alquiler? ¿Son compatibles con las políticas contra la gentrificación? Sin una respuesta sólida, tenemos que poner pausa”, ha blandido.

“Hay informes y acuerdos de gobierno que decían que se debían desarrollar estas políticas”, ha echado en cara Sanz a Bonet, a quien ha dirigido un aviso con vistas a los comicios. “No logro imaginarme la cara de sorpresa de los votantes socialistas al ver que se unen con Junts. Es un curioso inicio para la ‘Barcelona del sí’ empezar con un no a las ‘superilles’”, se ha revuelto la teniente de Urbanismo, parafraseando el lema de precampaña de Collboni.

Sanz ha atestiguado que no se ha llevado una sorpresa por la posición de quienes continúan siendo socios de Colau. “Seguiremos gobernando y ellos harán oposición desde el gobierno. Al ser el socio más pequeño, se ponen más nerviosos y necesitan distanciarse, pasa en todos los gobiernos antes de elecciones. Empezamos una nueva etapa”, ha analizado.