Siniestralidad

Los médicos alertan de una "epidemia" de accidentes de patinete eléctrico en Barcelona

Las lesiones, a menudo graves, se concentran en la cara, la cabeza y las extremidades superiores

Usuarios de patinetes eléctricos por las calles de Barcelona

Usuarios de patinetes eléctricos por las calles de Barcelona / Zowy Voeten

Jordi Rovira

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Las nuevas tendencias de movilidad urbana preocupan a los hospitales. Concretamente las lesiones derivadas de accidentes de patinetes eléctricos. No son poca cosa, ni en cantidad ni en la gravedad de los casos que llegan. El fenómeno, fruto del auge de este nuevo vehículo que llena las calles catalanas, sobre todo las de Barcelona, no es baladí. Y los médicos lo saben. El año pasado, la Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología publicó un estudio, del Hospital Asepeyo de Sant Cugat, que llevaba un título elocuente: Accidentes en patinete eléctrico: una nueva epidemia. ¿Es exagerado definirlo como "epidemia"? Según los médicos consultados, en absoluto.

Los hospitales empezaron a observar traumatismos que no se correspondían con los que estaban acostumbrados, ya antes de la pandemia. “Cada día veíamos accidentes de patinetes eléctricos, algunos muy graves”, recuerda Albert Alier, traumatólogo del Hospital del Mar. Eso incentivó que, con la colaboración del Hospital Sant Joan de Déu, iniciaran un estudio que concluyó, entre otras cosas, que uno de cada cuatro pacientes por accidente de patinete eléctrico acababa en el quirófano.

En el Hospital Clínic ocurrió algo similar. “De golpe, empezamos a ver que cada semana las fracturas más graves eran por accidentes de patinete”, recuerda la traumatóloga Anna Carreras, que decidió que empezarían a recopilar datos. “Lo encargué porque no había nada publicado a nivel científico sobre los patrones de fracturas en este tipo de accidentes”, asegura, aunque tras la llegada del Covid-19 tuvieron que dejar de hacerlo. Sin embargo, les había quedado claro que algo estaba cambiando.

Usuario de patinete eléctrico con casco integral por las calles de Barcelona

Usuario de patinete eléctrico con casco integral por las calles de Barcelona / Zowy Voeten

“Somos un hospital urbano y estamos acostumbrados a accidentes que ocurren, sobre todo, en Barcelona. Los de coche tienen lugar a cincuenta kilómetros por hora, pero el conductor queda protegido por el automóvil. En cambio, cuando un patinete choca a treinta o cuarenta kilómetros por hora contra un autobús, un coche o una persona, ya es otra cosa”, explica Carreras. Porque eso es lo que ocurre: “La principal causa de los accidentes de patinetes en Barcelona, en un 67% de los casos, es la colisión con otros vehículos. Y muy lejos queda la segunda causa, las caídas en solitario, que representa un 7%”, detalla Anna Pintó, subdirectora general de Seguridad Vial del Servei Català de Trànsit.

Fracturas agresivas

Los pocos estudios llevados a cabo en España en los últimos años provienen sobre todo de Catalunya, donde el patinete eléctrico está muy implantado. En 2020, en plena pandemia, la desconfianza hacia el transporte público hizo que muchas personas optaran por el patinete. El crecimiento de la siniestros y lesionados va parejo al aumento de patinetes en circulación.

Los datos del Servei Català de Trànsit muestran como los accidentes han pasado de los 233 del 2018 a los 1.634 del pasado año. En estos cuatro años, los heridos graves han pasado de 8 a 58, y los leves de 163 a 1.331. Fue en 2021 cuando la tendencia alcista fue más pronunciada. Y en 2022 los datos parecen afianzarse, junto a la gravedad de las lesiones.

Una usuaria de patinete eléctrico, sin el casco puesto, por una calle de Barcelona

Una usuaria de patinete eléctrico, sin el casco puesto, por una calle de Barcelona / Zowy Voeten

“Son fracturas muy agresivas, equivalentes a las de un accidente con una moto de carretera de gran cilindrada. Antes estas lesiones no ocurrían en la ciudad”, afirma Carreras. “Hay un segmento poblacional, el de las personas de unos treinta años, que no tenía habitualmente este tipo de fracturas”, detalla Alier. “Hay muchas fracturas abiertas con necesidad de cirugía, que no se veían tiempo atrás”, añade Beatriz Castaño, psiquiatra del Institut Guttmann.

“Los accidentes de bicicletas no son tan graves porque no llegan a las velocidades de los patinetes”, añade Alier. Ni los accidentes de motos resisten la comparación. “Una moto es estable, pero un patinete es muy inestable, y el conductor, desprotegido, sale disparado. Y cuando uno sale disparado, aterriza de cara o de cabeza, o bien intenta parar el golpe con los brazos”, explica Carreras. Eso explica que las lesiones más habituales se den, sobre todo, en la cabeza y en cara y, también, en las extremidades superiores.

Niños accidentados

La gravedad de estos accidentes implica que algunos acaben en el Instituto Guttmann, centro especializado en neurorrehabilitación y salud cerebral. “En los últimos dos años se han doblado los ingresos por traumatismos craneales severos a causa de accidentes de patinete. Las secuelas cognitivas son importantes porque los golpes en la cabeza son muy fuertes”, advierte Montse Bernabeu, codirectora del Institut Guttmann, donde en los últimos dos años los accidentes de patinete han provocado que tres personas estén en estado vegetativo. “Las lesiones en la cabeza están produciendo lesiones neurológicas con secuelas importantes”, advierte Castaño.

Entre la gran cantidad de accidentados también hay menores de edad. Dos años atrás, el Hospital de Sant Joan de Déu advirtió que uno de cada cinco niños y jóvenes heridos por accidentes de patinete eléctrico eran menores de nueve años. Por eso pidieron a los padres que no vayan con sus hijos en el patinete. “Una de las cosas que más me sorprende es que lleven a sus niños en los patinetes o que dejen que los conduzcan”, asegura Alier. “Es brutal –añade Castaño–, no saben a lo que están exponiendo a sus hijos”.  

Barcelona, imán de patinetes

En 2021 un estudio de la Fundación Mapfre concluyó que en España se habían duplicado los accidentes mortales con patinetes eléctricos respecto al año anterior y situaba Catalunya a la cabeza en siniestros. Y Barcelona es el epicentro del problema. Hay diferentes factores que explican la proliferación de patinetes en la ciudad, como la gran cantidad de kilómetros de carril bici, el clima o que sea un medio de transporte rápido, cómodo y económico. Pero también tiene inconvenientes, porque la ciudad no está aún pensada para el patinete. “Barcelona tiene que ser un ejemplo de lo que no debemos hacer”, apunta Alier.

Usuarios de patinetes eléctricos por las calles de Barcelona

Usuarios de patinetes eléctricos por las calles de Barcelona / Zowy Voeten

La comunidad médica critica, así, que el patinete se popularice como actividad lúdica y no como un transporte más y por ende susceptible de siniestralidad. “Un punto muy importante es la percepción de que el patinete eléctrico es como un juguete. Con la moto o el coche tenemos integrado lo que nos puede ocurrir, pero muchos conductores de patinete no son conscientes de la severidad del daño que pueden hacerse”, alerta Castaño. Por eso es importante seguir las normas de circulación, asevera Pintó. Recuerda que en Catalunya el límite genérico en la movilidad urbana por un solo carril es de 30 kilómetros por hora. “Esto favorece la convivencia y reduce considerablemente el riesgo de lesión”, asegura. Los médicos no son tan optimistas: “A esa velocidad –advierte Anna Carreras– te puedes romper unos cuantos huesos”.

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