Medidas contra la contaminación acústica

Las terrazas de Enric Granados cerrarán una hora antes: a las 23.00 de domingo a jueves y a las 00.00 viernes y sábado

La medida no se podrá aplicar hasta finales de agosto como muy pronto por cuestiones de procedimiento, explica Eloi Badia

Algunas terrazas en la calle de Enric Granados.

Algunas terrazas en la calle de Enric Granados. / Jordi Cotrina

Toni Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado este martes que las terrazas de la calle de Enric Granados, una de las vías con más mesas en la ciudad, tendrán que cerrar en adelante una hora antes de lo que lo hacen ahora. De jueves a domingo, deberán concluir su actividad a las 23.00 y el viernes y el sábado, a medianoche. Esta es la medida principal contra la contaminación acústica que el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, ha anunciado al presentar el primero de los planes del consistorio contra el ruido, algo que ha hecho en una comparecencia junto con el concejal del Eixample, Pau González.

Sin embargo, ese cambio de horario, que debe minimizar las molestias que sufren los vecinos de la calle, no es algo que vayan a disfrutar de inmediato. Porque la medida no se puede activar a corto plazo y todo apunta a que no entrará en vigor antes de que acabe agosto.

Semanas

Preguntado por el calendario de aplicación de la medida, Badia ha relatado que para cumplir con el procedimiento administrativo necesario no se puede dictaminar de hoy para mañana un cambio como este. El edil calcula que las “notificaciones definitivas” del cambio de horario se enviarán a finales de agosto,  y ha agregado: “Para mí, cuatro semanas sigue siendo a corto plazo”.

Gonzàlez ha hablado de otra medida que debe limitar el ruido en Enric Granados, aunque no supone una novedad ya que fue anunciada tiempo atrás. El ayuntamiento retirará parte de las mesas que hay en la calle al no consolidar allí ampliaciones de terrazas que fueron toleradas a raíz de los efectos de la pandemia. Son las terrazas covid que se permitieron para que el sector de la restauración levantara la cabeza tras el efecto económicamente devastador del cierre por la crisis sanitaria.

“Hemos empezado a enviar las notificaciones, pero no puedo dar una fecha concreta de cuando se retirarán”, ha dicho el concejal del Eixample, que ha ofrecido datos: en Enric Granados hay 115 licencias de las que 81 son ordinarias. Las 34 restantes serán anuladas. “Algunos bares tienen solo terrazas ordinarias, otros solo extraordinarias y otros de ambos tipos”.

Gonzàlez ha precisado que en el resto del Eixample las terrazas seguirán pudiendo cerrar como hasta ahora, y ha subrayado que el desequilibrio es manifiesto en Enric Granados, donde un 60% de los locales de planta baja tienen terraza, cuando en el conjunto del distrito el porcentaje es de un 8%. Como medida a largo plazo, ha citado el plan de usos, que según el proyecto actual persigue asegurar que en el Eixample, donde hay 3.000 bares, no pueda haber más de 3.500.

Planes anunciados

El gobierno de Ada Colau se comprometió preparar actuaciones concretas para resolver el problema, tras constatar que existe en varias zonas de Barcelona. El ayuntamiento colocó sonómetros en 14 puntos y las mediciones revelaron que el ruido supera los límites permitidos, lo que convierte los espacios en Zonas Acústicamente Tensionadas en Horario Nocturno (ZATHN).

Badia ha recordado que ya en Sant Martí, que alberga el Triángulo Golfo (el consistorio lo llama Triángulo Lúdico) ya se avanzó el cierre de algunos establecimientos.

Coches y terrazas

El edil, como ha hecho ya en otras ocasiones, ha insistido en que la principal fuente del ruido es el tráfico, pero es una visión que no casa en modo alguno con las denuncias de los vecinos, que sostienen que son los botellones, las terrazas e incluso las fiestas que cuentan con permiso del ayuntamiento las que les impide conciliar el sueño.

Badia también ha argumentado que Enric Granados es el punto más problemático del ruido en Barcelona, pero no porque es donde haya más –las mediciones demuestran que en otros lugares es más elevado e incluso mucho más- sino porque en la zona vive mucha gente.

Cadenas plastificadas

Además del avance del cierre y la clausura de terrazas, hay otras medidas que se aplicarán sin dilación para minimizar el ruido. Las mesas y las sillas tendrán que contar con tapones de silicona y las cadenas que aseguran los elementos cuando no están en uso, tendrán que estar plastificadas.

Porque aparte del ruido que generan cuando son ocupadas por clientes, no es poco el que se da cuando toca recoger y cerrar los establecimientos. El plan prevé limitar los conciertos y eventos en Enric Granados.

Se controlará que las fachadas de los locales no se conviertan en barras para el consumo y que los aforos previstos no se superen. Para que no haya más gente de la debida y para que se respeten los horarios, se reforzará la inspección.

También se hará con los servicios de limpieza, para evitar que se arrojen cristales a los contenedores de noche. Es un sonido que no suele ser un estímulo para conciliar el sueño.