Perfil

¿Quién es David Bondia, el nuevo Síndic de Greuges de Barcelona?

Presidente del Institut de Drets Humans de Catalunya y profesor titular de Derecho internacional público, el que será nuevo defensor de los barceloneses tiene tres hijas y vive en Poble Sec

David Bondia

David Bondia / Jordi Otix

Toni Sust

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Hace apenas 24 horas, este lunes, David Bondia no tenía nada claro que sería el Síndic de Greuges de Barcelona durante los próximos cinco años. Tenía opciones, eso sí. Contaba con el apoyo de Barcelona en Comú, si bien de entrada no era exactamente su candidato idóneo para reemplazar a la hasta ahora defensora de los barceloneses, Maria Assumpció Vilà. Tenía también el respaldo de ERC, que primero se inclinó por el dirigente vecinal Jordi Giró. Pero cuando Bondia ganó la votación popular, los republicanos defendieron que debía ser el designado. Entonces, en julio, sumaba el apoyo de 20 concejales, 10 por cada grupo. Insuficiente: necesitaba 27, dos tercios del pleno municipal.

Bondia es presidente del Institut de Drets Humans de Catalunya y profesor titular de Derecho internacional público de la Universitat de Barcelona. Nacido en Barcelona en 1969 (tiene 52 años), vive en Poble Sec. De niño residió entre Poble Sec y la Barceloneta. Estudió en las Escoles Franceses Ferdinand de Lesseps. Se licenció en Derecho en la UB, donde también se doctoró. Tiene tres hijas, dos gemelas de 8 y una de 5 años.

Será Síndic de Greuges hasta 2026. Lo será porque el lunes Junts per Catalunya decidió aceptar su elección, dicen que el secretario general del partido, Jordi Sánchez, fue decisivo para que eso sucediera, y porque el PSC aplicó el acuerdo que tenía con Bcomú: apoyar al más votado de los candidatos.

Será designado el 29 de septiembre, y tiene como reto dar a conocer la institución y poner en aprietos al gobierno local con su tutela

La tradición prevé que eso suceda no solo entre los socios del gobierno de Ada Colau, sino entre todos los partidos. Hasta ahora, los aspirantes con más apoyo han acabado elegidos por unanimidad, si bien la CUP se abstuvo en la reelección de Vilà en 2016. Es una norma no escrita que persigue ofrecer una imagen de consenso al elegir al defensor de los barceloneses. Pero este verano el proceso colapsó: el PSC prefería a Ramon Nicolau, exconcejal socialista y experto en política social, y Junts per Sí no se decantaba. Sin ser fans de Nicolau, Ciutadans, Barcelona pel Canvi y el PP rechazaban especialmente a Bondia, por vincularlo con el independentismo. Y la decision se postergó.

Vecino de Poble Sec

Antes de que los grupos se pusieran a debatir el asunto, el proceso registro la fase en la que hay una votación popular y en el que las entidades pueden mostrar su respaldo a los candidatos. Son dos aspectos que se incorporaron a la designación en 2016, pero no son vinculantes, por lo que los grupos siguen siendo los que toman la decisión final.

Es algo que Bondia no podía entender: él ganó la votación popular entre los ocho candidatos iniciales, si bien la participación fue escasa. Obtuvo 1.414 votos contra los 410 de Nicolau, que se impuso en adhesiones de entidades: 73 antes las 57 de Bondia. Pero tanto la votación como la adhesión de las entidades no son vinculantes. Lo que pesa es lo de siempre: la posición de los grupos municipales.

Dos mandatos

Es algo que Bondia sabe bien, porque un acuerdo de los partidos le dejó fuera del cargo hace cinco años: en 2016 ya optó al cargo y entonces Vilà fue reelegida.  Bondia, como ha pasado ahora, resultaba para algunos demasiado próximo para los ‘comuns’: entre las entidades que le respaldaron figura. La novedad es que esta vez resultaba además demasiado secesionista para otros, por haber defendido un referéndum sobre la independencia y los indultos de los políticos presos por el Procés.

Bondia será elegido en el pleno municipal del miércoles 29 de septiembre. Podría ser el primer síndico en recibir un voto negativo, si Ciutadans, Barcelona pel Canvi o el PP se acaban decantando por esa posición, como asegura alguno de los grupos. En 2026, podrá ser reelegido por cinco años más. Dos mandatos es el máximo previsto para un cargo que por ahora es poco conocido por la ciudadanía. No se conocen a estas alturas actuaciones contundentes de la institución que hayan puesto en un aprieto a un gobierno de la ciudad. El reto de Bondia es conseguirlo.

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