Tendencia al alza
Seis cócteles para apurar el verano en Barcelona
El auge de la mixología no se ha detenido en la capital catalana ni con los rigores de la pandemia. El sector se ha adaptado al nuevo entorno de consumo en formatos y tendencias
Patricia Castán
Periodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
Patricia Castán
No se puede negar que la coctelería vivió una década de hiperactividad creativa y alegría líquida en Barcelona hasta la llegada de la crisis sanitaria. Una feliz convivencia de establecimientos ya clásicos que disfrutaban de una segunda juventud ante el ‘boom’ de la mixología y un río multicolor de nuevas propuestas con 'bartenders' de primera línea mundial. Asociados a cierto hedonismo (en la contemplación de la elaboración hay tanto placer anticipado como en el sabor resultante), los brebajes con infinitas combinaciones se abrieron paso en un territorio local dominado por océanos de cerveza, vino y gin-tonics. Hasta el punto de convertirse en profunda materia pedagógica en las escuelas de hostelería, concitar concursos y premios, e incluso abrirse paso en el maridaje gastronómico.
Ahora, superada la fase más crítica de una pandemia que ha golpeado duro a la hostelería, quedan los posos de nuevas tendencias de consumo. Tras muchos meses de horarios recortados y con los bares aún clausurados en horario nocturno, la coctelera se ha sacudido con más fuerza en plena tarde, coinciden los entrevistados que nos proponen un trago para despedir el anómalo verano. Ello ha supuesto dos cosas: bebidas más ligeras de alcohol para no sucumbir a excesos en horas de sol, y formatos de media dosis (en copa de vino) con el mismo propósito y para poder encajar con las prisas de un toque de queda o el horario de un restaurante.
Noches muy cortas
Los expertos afirman también que para prolongar y estimular la visita del cliente en tiempos de noches muy cortas, se ha impuesto el matrimonio del trago con la pequeña tentación gastronómica. Beber por placer y salir ya cenado o satisfecho, con alguna tapa a la altura. Los nuevos tiempos han traído también cócteles preparados para llevar a casa y consumir en el sofá, agregando solo el hielo o los remates que recomiende el autor. Y, cómo no, fórmulas transmitidas para que cada uno sacara en su hogar al barman que llevaba dentro y solo pudo emerger en tiempos de confinamiento.
Es difícil sugerir propuestas en una ciudad que ya alinea a figuras mundiales de la coctelería y que suma establecimientos que brillan en la lista World’s 50 best bars, como el infalible Paradiso (número 19 en 2020) del Born o el sugerente Two Schmucks del Raval (número 26). O en la que los mejores hoteles convierten en tronos sus barras de coctelería a sabiendas de que el huésped extranjero tiene más entrenado el paladar al respecto; o donde brotan maravillas capaces de lidiar con una coyuntura de covid, como el Sips Bar. Allí, Marc Álvarez (responsable de coctelería de los restaurantes de El Barri) y Simone Caporale (en lo alto de la mencionada lista durante años gracias a su magia en el londinense Artesian Bar) enseñan que su bar va mucho más allá de los cocteles y no discrimina copas. También que su consumo puede ser un ritual.
Trago estival
Entre las composiciones que adjuntamos para despedir el verano conviven distintos argumentos, desde la innovación técnica o la ejecución, hasta la escenografía, porque no hay mejor trago que el que está a la altura del entorno.
Paradiso tienta con 'Mundo Paralelo', una joya recién nacida en su nueva carta de verano, que integra whisky Johnnie Walker Gold Label, brandy Torres 15, zumo de limón, cordial de 'lemongrass', melisa y pimienta de Sichuan, miel de dátiles y helado de café. Pese a su aparente "contundencia es una bebida ligera, cítrica, aromática, amable y con un punto tostado, ideal para las tardes y de calor" , explican sus artífices.
En Dr.Stravinsky (número 52 en la mencionada lista, que en realidad incluye a los 100 mejores del mundo), César Montilla destaca uno de sus 'hits', el Camp Nou (ginebra, fino --vino de Jerez seco--, sirope de hierbas casero --albahaca, eneldo, cilantro-- y zumo de limón). "Es un guiño al estadio pero a la vez es un cóctel inspirado en el campo, súper fresco gracias al aroma y sabor de hierbas aromáticas mediterránea. También es ácido con un pequeño toque dulce", resume.
Desde Gimlet hay que celebrar la buena forma de un espacio que suma 40 años de coctelera y vaso mezclador, fusionando el recetario clásico y el uniforme con el espíritu de modernidad que siempre imperaba ante su barra. Javier de las Muelas, genio, figura y propietario, propone el Long Island Ice Tea (2 cl. de zumo de limón, 2 cl. de licor triple sec, 2 cl. de Bombay Sapphire, 2 cl. de Bacardi Carta Blanca, 2 cl. de vodka Grey Goose y 15 cl. de Coca-Cola). Y dicta: "en un vaso 'highball' servimos la Coca-Cola con abundante hielo; posteriormente batimos los ingredientes en la coctelera y servimos el cóctel con delicadeza sobre esta, de forma que no llegue a mezclarse. Luego decoramos con dos rodajas de lima".
En busca de atardeceres a la fresca y grandes vistas de Barcelona, cabe destacar dos propuestas hoteleras. La que despliegan en el Rooftop del Hotel Ohla Barcelona (donde el chef Romain Fornell dirige toda la oferta gastronómica y de bares). Para la ocasión sugiere placeres como el Mojito Passion (ron blanco, ron dorado, zumo de limón, azúcar de caña, menta, soda, angostura y maracuyá), ejecutado con maestría, para contemplar el atardecer desde ese mirador de la Via Laietana. En invierno el repertorio se traslada al Vistro 49 de la planta baja.
En Eleven BCN, el bar panorámico del Hotel NH Collection Barcelona Gran Hotel Calderón, cada jornada se puede celebrar con su Whiskey Sour (Bourbon, azúcar de caña y zumo de limón). Es la primera coctelería de Europa con el sello World Class Bars y al tratarse de una 11ª planta con vistas de 360 grados y espacio interior, permite una visita en cualquier momento del año en que uno quiera asomarse a su ciudad.
Los adictos a las vistas marineras no pueden perderse el restaurante de moda Velissima, en la zona de Marina Vela, donde también destaca su espectacular barra de coctelería, siempre dispuesta al maridaje. Para las tardes que ahora sustituyen a las noches, nada como el Marinelli (ginebra Seagram's, frutos rojos, lichi, sirope de rosas, licor de pino y lima). Lo mismo encaja antes, durante o después de un ágape. O como excusa para ver ponerse el sol.
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