HERENCIA POLÉMICA

El legado de Muñoz Ramonet, cada vez más cerca de Barcelona

La Guardia Civil recupera 474 obras de la colección de Ignacio Muñoz Ramonet

Operación de la Guardia Civil que se ha saldado con la recuperación de 474 obras de la colección del empresario Ignacio Muñoz Ramonet. / periodico

Natàlia Farré

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Nuevo capítulo, que no el último, del culebrón de la herencia que Julio Muñoz Ramonet legó a Barcelona. No es el epílogo pero sí una parte importante del desenlace. El ayuntamiento ha anunciado este viernes la recuperación del grueso de la colección de arte que el empresario dejó en testamento a la ciudad y que sus hijas (Carmen, Elena, Isabel y Alejandra) llevan reteniendo y escondiendo desde 1991. Se trata de 474 obras (o 476, según algunas fuentes) intervenidas por la unidad de patrimonio de la Guardia Civil en nueve emplazamientos de Madrid, Barcelona y Alicante durante los meses de febrero y marzo. Entre ellas, piezas de Marià Fortuny, Eugenio Lucas e interesantes compartimentos de retablos góticos. Con todo, aún queda un número indeterminado de pinturas, esculturas y miniaturas que permanecen en lugar desconocido y que forman el conjunto que se supone más valioso de los fondos.  

El magnate testó a favor del municipio, pero la familia intentó primero esconderlo y después evitar su entrega

Arte al margen, la intervención ha supuesto también recuperar los inventarios de la colección, que es como poner “luz en la oscuridad”, según Marc Molins, el abogado de Fundació Muñoz Ramonet que lleva la causa penal. No en vano nunca se ha logrado saber qué piezas exactamente ni cuántas forman la colección legada. Pues el empresario no las listó en el testamento y los inventarios que detallaban los fondos desaparecieron (junto con las obras importantes) del palacete de la calle de Muntaner antes de que el ayuntamiento tomara posesión de él. Así, siempre se ha tendido que trabajar con fuentes secundarias, como los listados de la colección de Ròmul Bosch i Catarineu (en los años 50 pasó a manos de Muñoz Ramonet), para recomponer el puzle de difícil encaje que es la colección. Ahora será más sencillo saber qué falta y dónde buscarlo.

Intervención en cinco domicilios

La intervención de la Guardia Civil empezó en octubre del 2019 cuando recibió un mandamiento judicial para investigar el paradero de las obras. El proceso no fue fácil por ser “una familia grande con una cantidad ingente de posesiones e inmuebles y un gran número de empresas y sociedades”, a juicio del teniente  Juan José Águila. Pero las pesquisas dieron fruto  y en febrero se intervinieron dos almacenes de custodia de arte en Madrid con el resultado de 228 obras requisadas; y posteriormente se entró en cinco domicilios y dos empresas familiares donde se localizaron las piezas restantes. De momento, y a la espera de que se dicten las disposiciones oportunas, lo requisado permanece bajo custodia judicial en las propias empresas de almacenaje, en el Instituto del Patrimonio Cultural de España y en el Museu d’Art Nacional de Catalunya. Aunque el objetivo es reunirlas todas bajo un mismo techo en Barcelona para facilitar su estudio.

Se han requisado también los inventarios de los fondos, cosa que permitirá saber el alcance integral de lo heredado

Es posible que no todas las obras rescatadas pasen a manos del ayuntamiento ya que probablemente se ha intervenido sobre piezas que no forman parte del legado, pero en eso están ahora los peritos, en inventariar y documentar, para devolver lo que no toque. Y no todas las piezas están en buenas condiciones, algunas han sufrido daños, aunque también las hay que colgaban en perfecto estado en los domicilios donde se han encontrado.  Sobre las que quedan por localizar (retablos góticos de Lluis  Borrassà, Gonçal Peris y Pere Serra; y óleos de Juan Carreño de Miranda, Luís Paret y Alcázar y Hermen Anglada-Camarasa, entre otros) se perseverará en su búsqueda, aunque la Guardia Civil no descarta que se hayan podido vender y estén en manos de un tercero que las ha comprado de buena fe. En este caso no se podrán expropiar, pero se exigirá una compensación económica a la familia.

Otros lotes recueprados

Las de hoy no son las primeras obras que se recuperan, en el 2014, cuando las hijas de Muñoz Ramonet tuvieron que entregar el palacete de la calle de Muntaner (con sentencia del Tribunal Supremo de por medio), ya se intervino una parte de la colección, la que dejaron en la residencia por ser la de menos valor. En el 2018,  se entregaron 18 piezas que estaban en Sant Andreu de Llavaneres, mientras que un año antes  una de las muchas sentencias dictadas obligó a uno de los nietos, Manuel Castelo, a entregar ‘La anunciación’, de El Greco, y ‘La aparición de la Virgen del Pilar’, de Goya, dos de las joyas de la colección.

Desde que en 1991 murió Julio Muñoz Ramonet que sus cuatro hijas llevan haciendo lo imposible para evitar que el legado que el empresario dejó a Barcelona –el palacete con la colección de arte que atesoraba- pase a manos municipales. Pero la concreción de la memoria testamentaria del empresario cada vez está más cerca.