Barceloneando

La transición alternativa

Releer los primeros números de 'Ajoblanco' (1974-1980) en su web es una buena manera de recordar cómo estaba el patio en España hace más de 40 años

zentauroepp53170559 bcn revista ajoblanco200419160239

zentauroepp53170559 bcn revista ajoblanco200419160239 / EL PERIÓDICO

Ramón de España

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Llevo unos días sumergido en el mundo de ayer, que diría Stefan Zweig. O, para ser más precisos, en el pasado más o menos reciente (en general) y en el mío (en particular). Pepe Ribas ha colgado en la red todos los números de la primera etapa de 'Ajoblanco' (1974 – 1980) y releerlos es una buena manera de recordar cómo estaba el patio en España hace más de 40 años y, ya puestos, reconstruir quién era uno y qué hacía en aquellos tiempos.

Pronto se materializará la segunda etapa (1987 – 1999), cuando la revista lucía un aire más profesional bajo la benéfica influencia del mensual francés 'Actuel' -que inspiraría asimismo a 'Europa Viva', publicación de corta vida editada por los responsables de 'El Víbora', quienes, por cierto, también acaban de colgar en internet un número virtual con algunas novedades gráficas y unas cuantas páginas clásicas de autores como Martí, Gallardo Crumb-, pero la primera es la más útil a la hora de recordar que las cosas no cambiaron de un día -concretamente, el 20 de noviembre de 1975- para otro.

Pasar la censura

Leyendo el primer 'Ajoblanco', da la impresión de que Franco llevaba muerto desde los años 50, y uno encuentra textos que no se entiende cómo pasaron la censura propia de la agonía del Caudillo y la de la Transición. Bueno, sí, se entiende por la chapucería consustancial a nuestra dictadura, capaz de enviar a festivales películas como 'Viridiana', de Luís Buñuel, o 'El verdugo', de Luís García Berlanga, para luego cesar al director general de cinematografía o de emitir en TVE 'Historias de la frivolidad', de Valerio Lazarov, crítica de la mojigatería imperante en España en tono jocoso y aparentemente inofensivo.

Da la impresión de que el censor español de la época, si no encontraba una ofensa evidente y, a ser posible, en portada, no se tomaba la molestia de leer las cosas a fondo. De eso se benefició igualmente 'Star', la revista de Juan José Fernández nacida también en 1974, primero como tebeo y más adelante, cuando uno empezó a colaborar en ella, como mensual de cultura juvenil y/o alternativa: siempre que se producía algún secuestro era porque la portada la entendían hasta los censores franquistas, como sucedió con el número dedicado al lúbrico gato Fritz de Robert Crumb o el que lucía en primera plana un retrato psicodélico de Franco a cargo de Montxo Algora.

Consuelo de ovenzuelos progresistas

Con la excusa de dedicarse en exclusiva (o casi) a la música pop, 'Disco Exprés' -fundada a finales de los 60 en Pamplona y relocalizada en Barcelona a finales de los 70 por Gay Mercader, época en la que yo metí la zarpa- también hacía de su capa un sayo, aunque en aquella redacción, por lo que recuerdo -La escalera que aprieta, como la llamaba Gallardo por los cientos de delirantes escalones de distintas alturas que había que escalar para llegar hasta ella-, Franco no es que se hubiera muerto en los años 50, sino que era coetáneo de don Pelayo.

Esas tres revistas fueron el consuelo del jovenzuelo progresista – alternativo de la época, y las tres palmaron el mismo año: el 'underground' barcelonés feneció en 1980 porque no salían los números. Visto desde la actualidad, lo extraño es que se vendieran decentemente en los quioscos durante unos años, pues en aquellos tiempos la prensa era, teóricamente, una cosa muy seria (no como ahora, que la de papel ya solo la compramos los que tenemos una edad o dos). Pero así era: junto a los diarios y semanarios de las personas decentes, se podían encontrar las 'frikadas' que perpetrábamos los zumbados del 'underground'.

¿Dónde están ahora los jóvenes?

Siempre me pregunto dónde se meten ahora los jóvenes parecidos al que yo fui a finales de los 70. En la red, supongo. Pero ponte a buscarlos, échales un galgo, a ver si los encuentras y, en tal caso, a ver si tienen la mínima incidencia social que tuvimos nosotros en unos tiempos más cutres, pero, sin duda alguna, mucho más estimulantes: todo estaba por hacer, y aunque casi todo se hiciera mal, el trayecto fue muy divertido.

Se puede comprobar hojeando esos números de 'Ajoblanco' colgados en la red. Y creo que Juanjo ya tarda en colgar el 'Star' y Gay en hacer lo propio con su 'Disco Exprés', esos tres gloriosos cadáveres de 1980, desaparecidos en combate cuando más se les necesitaba.