MODELO DE OCIO EN EL PUNTO DE MIRA

Colau ordena el cierre temporal de Pachá de Front Marítim de Barcelona

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zentauroepp48037198 barcelona 06 05 2019 el ayuntamiento anuncia el cierre de la191105090823 / ALBERT BERTRAN

Helena López / Patricia Castán

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Seis meses después de anunciarlo, de momento solo una de ellas y durante 15 días, pero, finalmente este miércoles el Ayuntamiento de Barcelona hará efectiva la orden temporal de clausura de la discoteca Pachá, icono de un modelo de ocio nocturno a las antípodas del imaginado por los ‘comuns’. El cierre -técnicamente no es un precinto- es fruto de un expediente sancionador abierto por el consistorio el pasado mes de mayo por deficiencias e incumplimientos en materia de seguridad. Tras el anuncio de la medida hecho por la entonces concejala de Ciutat Vella, Gala Pin, la macrodiscoteca de las cerezas, como el resto de locales afectados -otros dos en un Front Marítim de la Barceloneta en el punto de mira- recurrió ante el juez, y no fue hasta la semana pasada que el consistorio recibió el auto en el que este denegaba las medidas cautelares solicitadas por la discoteca, permitiendo al gobierno municipal proceder, al fin, al anunciado cierre.

El auto señala que tratándose de un establecimiento abierto al público "y por lo que parece con alta afluencia de usuarios" -los vecinos en pie de guerra desde hace varios años dan buena fe de ello-, "la administración debe exigir con el máximo rigor un cumplimiento exhaustivo de las medidas de seguridad". El escrito de los juzgados que da luz verde a Colau para proceder al cierre, que fue notificado a la discoteca este lunes y se hará efectivo a las 48 horas, es decir, este miércoles-, señala también que "hay que tener en cuenta que el cumplimiento efectivo de una sanción administrativa comporta un principio de ejemplaridad que debe tenerse en cuenta". "En este caso prevalece el interés público sobre el privado", concluye. Estas palabras del juez son música para los oídos del actual concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, quien se muestra optimista. "Esta primera resolución puede servir de jurisprudencia y sentar precedente para el resto de resoluciones pendientes", apunta Rabassa, quien recuerda que los expedientes pendientes afectan también a los locales del Front Marítim Shoko y Carpe Diem. "En mayo se inspeccionaron los 43 locales de ocio nocturno del distrito, justo antes de iniciar la campaña de verano. No fue una acción específica del Front Marítim",  precisa el edil.

Gran zona de equipamientos

El anuncio del cierre temporal se hizo en paralelo a las negociaciones del consistorio con el Estado para decidir el futuro del Front Marítim. Pin avanzó también en mayo que el cierre definitivo de la macrozona de ocio estaba muy cerca y que esta se convertiría en una gran zona de equipamientos, anuncio del que el Estado, de quien dependen los terrenos, se desmarcó señalando que no habían llegado a un acuerdo "en ningún sentido". Al mes siguiente, el gobierno central renovó la concesión a estos cuatro clubes nocturnos por un año, hasta junio de 2020.

Rabassa, convencido de que ese y no otro debe ser el futuro de la zona, señala que el principal problema para cerrar el futuro de los terrenos es la falta de interlocutor, ya que el gobierno central lleva en funciones desde hace meses.   

Desde la agrupación de vecinos Moscú-Ramon Trias Fargas insisten en que no desistirán hasta que la zona deje de ser el infiero que ahora describen. "Este verano volvió a ser espantoso. El problema no es lo que pasa dentro de las discotecas. Es lo que pasa fuera. El camino desde el metro hasta la playa, y, sobre todo, el regreso, donde el incivismo, las peleas y los atracos son una constante", relatan. "Estamos contentos con algunas mejoras que hemos conseguido, como el cierre del parque, cuyas obras están terminando y están quedando muy bien, pero la solución definitiva pasa por acabar con la concentración de macrodiscotecas", reitera la portavoz vecinal, cuya agrupación trabaja codo con codo con las asociaciones de vecinos de la Barceloneta y la Vila Olímpica. Jordi Giró, presidente de esta última asociación, señala que lo ideal sería que el ayuntamiento recuperara la gestión de los terrenos. "Antes de que vuelvan a terminar los actuales contratos, en junio del 2020, debería quedar cerrado", concluye el líder vecinal. 

Un eje de ocio con problemas

La suerte final de los locales del Front Marítim de la Barceloneta se escribirá en los próximos meses, aunque los operadores creen que la presión del consistorio se disparó con motivo de las elecciones municipales y para alentar el cierre definitivo. El colectivo, que no ha generado problemas en el interior de sus locales a lo largo de estos años, es víctima de su propio éxito, ya que los 1,6 millones de visitantes que reciben anualmente (parte de ellos en horario diurno), se convierten en ingobernables por la noche, una vez los establecimientos se cierran.

Los vecinos sufren el incivismo de parte de ese público en la vía pública, mientras que los operadores se han quejado en los últimos años de una ausencia total de policía que ha propiciado los incidentes (ruidos, robos...), pese a desplegar  vigilancia privada en el perímetro.

Pachá reitera que los problemas denunciados se subsanaron hace ya meses y cree que una sanción económica habría tenido igual efecto y menos perjuicios para sus empleados y clientes habituales. Los otros dos afectados (los restaurantes-club Carpe Diem –más pequeño y con horario de disco los fines de semana–, y el Shoko, mayor) también acataron la norma.

El colectivo de la zona esgrime los 600 empleos directos que genera, con 60 millones de euros de facturación, y reclama seguridad en el entorno para poder continuar siendo la principal zona de ocio de Barcelona, aunque se ajusten las reglas del juego. La pregunta clave  es dónde reubicar la necesaria actividad nocturna de la metrópolis.