LOS LADRONES ESCAPAN POR EL BOSQUE

Patrullas vecinales en Alella contra la inseguridad

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Anna Rocasalva

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Un grupo de casi una veintena de vecinos de la urbanización Can Comulada del municipio de Alella (Maresme) se han organizado para patrullar las calles del barrio desde el pasado 28 de julio.

El objetivo, según explica el presidente de la Asociación de Vecinos Comafosca, Javier Martínez, es hacer una vigilancia nocturna "ante la falta de efectivos de la Policía Local y los Mossos d’Esquadra". Esta entidad alerta del aumento de los robos en domicilios en un barrio cuya ubicación favorece esta tipología de delitos, ya que la urbanización limita con la Sierra Litoral, "y es muy fácil escapar por el bosque", comenta Martínez.

Menos robos, más concentrados

Según la web del consistorio, durante el 2018 en Alella se cometieron 95 delitos de esta índole: 85 robos consumados en interiores de domicilios y 10 intentos. Lo que significa un aumento del 14,46% respecto del año anterior. 

Sin embargo, los Mossos d’Esquadra informan a EL PERIÓDICO que del 1 de enero hasta el 31 de julio de 2019 las denuncias por robo y/o tentativa de robo han bajado sustancialmente en Alella respecto a los seis primeros meses del 2018.

¿A qué se debe, entonces, el aumento de la sensación de inseguridad de los vecinos? La respuesta, según fuentes policiales, es que las últimas semanas la cifra de denuncias se ha igualado a las del año pasado - aún llevando una tendencia decreciente este 2019 - y se han concentrado en una misma zona (Can Comulada y alrededores) en un margen muy estrecho de tiempo. 

Alarma entre los vecinos

Debido a la concentración de delitos de las última semanas, la percepción de los residentes de Can Comulada es que sí que ha habido una escalada de robos y de intentos de robo aunque, en referencia a estos últimos, admiten que "muchos vecinos no denuncian", un problema que, para los Mossos, "afecta al dimensionado de los hechos".

Los ladrones suelen llevarse dinero y joyas, pero lo que más preocupa a los alellenses es que, desde hace un tiempo, los delincuentes ya no esperan a que las viviendas queden vacías, sino que entran estando las familias en su propia casa. "Nos sentimos desprotegidos", lamenta Martínez.

Por su parte, los Mossos confirman que en las últimas semanas se habría producido algún suceso aislado de este tipo, pero que en ningún caso es un cambio de modus operandi de los ladrones. "No se trata de los llamados ‘robos silenciosos’ donde se aprovecha que la familia está durmiendo, sino que creemos que los ladrones desconocían que había alguien en la casa", comentan fuentes policiales.

Patrullas ciudadanas

Por todos ello, la Asociación de Vecinos Comafosca ha puesto en marcha patrullas vecinales en el barrio desde el pasado domingo. "Somos un grupo de entre 15 y 17 personas, que nos hemos repartido la vigilancia nocturna por parejas y en turnos de entre dos y tres horas", comenta el presidente. 

En declaraciones para EL PERIÓDICO, el alcalde de Alella, Marc Almendro, comenta que “Como ayuntamiento no podemos entrar en si los vecinos salen a pasear y aprovechan para estar alerta y avisar a la policía; lo que sí que no vamos a promover es la adquisición de ciertos roles por parte de los ciudadanos, que pueden ser potencialmente peligrosos".

Desde la asociación lamentan la falta de policías locales en Alella, y reclaman al ayuntamiento que instale cámaras de videovigilancia en el barrio. "Pero el consistorio se niega a ponerlas por la ley de protección de datos, aunque toda la urbanización está de acuerdo", explica Martínez. En este sentido, los Mossos y el Ayuntamiento informan que el los últimos meses se ha activado un dispositivo especial con la Policía Local, la unidad de Mossos de Premià, las ARRO y un servicio de investigación para aumentar la presencia policial en las calles de Alella.

En cuanto a la Policía Local, el alcalde específica que el pueblo cuenta con 18 agentes, lo que sitúa Alella en una ratio superior a la media de Catalunya, pero que durante este mandato está prevista la incorporación de tres agentes más. "También hemos instalado un sistema de 22 cámaras lectoras de matrículas pero, en cuanto a las de videovigilancia que pide la urbanización, a parte que no tenemos autoridad para colocarlas, tampoco van en consonancia con el modelo de pueblo que queremos".

Por su parte, los vecinos comunican a EL PERIÓDICO que "seguirán patrullando el tiempo que haga falta hasta que las instituciones tomen medidas".  Una actuación que va en sintonía con lo que ya está sucediendo en Dosrius o Sant Cugat.