LA HORA DE LOS PACTOS

La oferta de Valls agita las bases de los 'comuns' y divide a Cs

Manuel Valls valora los resultados de las elecciones del 26-M

Manuel Valls valora los resultados de las elecciones del 26-M / periodico

Júlia Regué / Toni Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La maniobra inesperada de Manuel Valls ha acelerado el movimiento de fichas en el seno de los partidos para que Barcelona inaugure un nuevo gobierno municipal. El ofrecimiento "sin condiciones" del voto de sus seis concejales ha desatado un cruce de manifiestos en las bases de los 'comuns': uno empuja por atar un acuerdo con ERC, el ganador de las elecciones, mientras otro aboga por un tripartito de izquierdas que incluya al PSC. Eso sí, ninguno de ellos apuesta por la alternativa que supone la suma de BComú y el PSC con el apoyo externo de Valls, por lo que el gesto responde a la voluntad de reaccionar ante la incertidumbre que genera que ningún cargo de los 'comuns' se atreva a negar en público que acepten ese regalo. Pero el exprimer ministro francés no solo está polarizando la órbita morada, sino también el partido con el que se alió para concurrir a las municipales: Ciudadanos. Su apuesta empieza a calar en las filas naranjas, justo el día en que se ven inmersos en un debate sobre sus alianzas postelectorales.

Republicanos y posconvergentes han activado a sus portavoces para avisar a Colau de las implicaciones que conllevaría este pacto que desbancaría a Maragall. Para JxCat la oferta de Valls está envenenada porque "no hay nada que Valls haga que sea gratuito", y reclaman a Colau "que haga una reflexión que vaya más allá de mantener su silla". Ante los micrófonos de Ràdio 4, la número dos de la lista, Elsa Artadi, consideró "contradictorio" que Colau, viniendo del "15M", acabara "sucumbiendo" a lo que tilda de "operación de Estado" para arrinconar al independentismo. Por su parte, la portavoz republicana Marta Vilalta compartió el diagnostico y apostilló que "no entendería" que la alcaldesa en funciones aceptara un "pacto contra natura". Y volvió a desdeñar una alianza que incluya al PSC alegando que es "extremadamente difícil" llegar a estrecharse las manos debido a "la represión muy evidente" y a que los socialistas son "cómplices", a su juicio, de esta.

Collboni tampoco levanta su veto a los republicanos y anunció que el PSC abrirá durante esta semana –sin precisar fecha- las negociaciones con BComú en pos de la formación de un gobierno a dos en Barcelona. "La coalición de progreso es posible, tiene que ser un gobierno centrado en la lucha contra la desigualdad, la inversión en los barrios, una ciudad amiga de la economía que cree puestos de trabajo", espetó.

Ernest Maragall se abrió la noche del sábado a prescindir de JxCat para allanar el terreno a Ada Colau, ungiendo a Colau como socia preferente y anteponiéndose a sus compañeros en los despachos del Govern. Artadi aseguró este lunes que están "a la expectativa" y pidió al republicano que mantenga su "convicción" de desanclar a Catalunya del resto de España si opta por pactar a solas con Colau. "No entenderíamos un cambio", lanzó, y afirmó que continuará entrevistándose con Maragall porque quedan "dos largas semanas" antes de la constitución del consistorio barcelonés el 15 de junio.

Disparidad en Cs

Los naranjas se han encauzado este lunes en uno de los debates más trascendentales del partido para decidir su estrategia de pactos. Algunos sectores de la formación defienden acuerdos con los socialistas en municipios y comunidades, pese al portazo evidenciado a lo largo de las contiendas electorales. Además, empieza a ganar adeptos la estrategia de Valls pese a que la dirección mantenga su firme 'no' a Colau y se disponga solo a hablar con Collboni

El eurodiputado, Luis Garicano, se alineó  este domingo con Valls para "evitar un resultado aún peor" en la capital catalana. En un apunte en su cuenta de Twitter, Garicano aseguró que "se puede votar a Colau aunque a uno le parezca malísima alcaldesa" si es para evitar "un resultado aún peor" y, "quizás, catastrófico". El diputado en el Congreso, Juan Carlos Girauta, replicó en la misma red social que es un "falso dilema elegir entre horca y guillotina" porque "el mal menor no es Colau sino Collboni", al que, según ha recordado, "Cs ya le ha ofrecido sus votos", de forma que "el dilema lo tiene Colau: Collboni o Maragall".

El secretario general, José Manuel Villegas, quiso apaciguar la disparidad tras la reunión de la ejecutiva e insistió en que Colau es un "personaje populista y nacionalista", por lo que su partido no negociará para propiciar su posible investidura. "La posición de la Junta de Ciudadanos es clara en este asunto: evitar que nacionalistas y populistas lleguen al Gobierno de Barcelona, y hay que intentarlo por todos los medios", zanjó.