TRANSFORMACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO
Barcelona se marca el reto de que todas sus escuelas sean innovadoras en el 2020
Quizá porque habla, también, como madre -según asegura ella misma-, Ada Colau se pone poética y explica su objetivo con una metáfora, casi un microcuento. “No queremos escuelas estrella con una gran cola de familias para entrar; queremos una galaxia de escuelas excelentes”, narra la alcaldesa ante prácticamente la totalidad de los directores de la red de centros públicos de la ciudad. Ahí es nada. Y va más allá: “La innovación [que debe caracterizar estas escuelas excelentes] no puede servir para aumentar la desigualdad entre los colegios; tiene que ser la herramienta para erradicarla”. Con este objetivo, impulsar la educación innovadora en todos los centros educativos de la ciudad, incluidos los de secundaria, para aspirar a la cohesión social, y con una fecha marcada para llegar a él, el 2020, la alcaldesa ha presentado este jueves en el CCCB junto a la 'consellera' de Ensenyament, Meritxell Ruiz, el programa Xarxes per al Canvi.
Impulsado por el Consorcio de Educación de Barcelona -organismo del que forman parte tanto el ayuntamiento como la Generalitat-, la ambiciosa iniciativa nace de un acuerdo de colaboración con el lobi Escola Nova 21Escola Nova 21 (creado para extender la innovación educativa por Catalunya), el Instituto de Ciencias de la Educación (ICE) de la UAB y la Asociación de Maestros Rosa Sensat. Este curso empezarán a trabajar 152 centros en 19 redes territoriales. El curso próximo se sumarán otros 50; y el siguiente, 50 más, con el objetivo de que todos los centros públicos formen parte de esta red de escuelas innovadoras en el año 2020.
RESPETO A RITMOS Y PROYECTOS
Esta suerte de revolución pedagógica del siglo XXI se hará, según explican sus ideólogos, a través de un plan de impulso y acompañamiento, en redes territoriales (destacan la importancia del barrio), hasta el cambio sistémico final que lleve a la equidad entre centros, “siempre respetando ritmos y proyectos”, asegura Marta Comas, directora del área de innovación del consorcio. Las realidades de cada centro son muy distintas, y el horizonte es que cada vez lo sean menos (en calidad educativa y fama, manteniendo el carácter de cada centro; tampoco se trata de hacer escuelas clónicas).
Las 19 primeras redes estarán dinamizadas por cinco profesionales que visitarán los centros cinco horas a la semana, y mantendrán reuniones periódicas a partir de un plan diseñado que incluye jornadas, seminarios, conferencias y espacios de puesta en común.
LA GRAN PREGUNTA
Innovar, ¿para qué? La pregunta la lanza Miquel Àngel Essomba, comisionado de Educación, para responderla acto seguido ante el exigente público: los directores de los centros públicos, los que han sufrido en sus aulas el día a día de los recortes y la falta de inversión en los colegios. “Con la innovación, buscamos la excelencia, pero, sobre todo, la equidad", insiste. “En realidad el cambio educativo no es un objetivo, es una realidad. Con este nuevo marco lo que se busca es aprender los unos de los otros, compartir todo el trabajo hecho y sistematizarlo. Que llegue a todos los centros”, añade Mercè Massa, gerente del consorcio.
Eduard Vallory, director de Escola Nova 21, celebra que sea la Administración la que lidere la iniciativa. “La innovación es un asunto público. El cambio educativo es necesario en la totalidad del sistema educativo, y para llegar a todos es imprescindible ese liderazgo público”, apunta Vallory. “Barcelona hace 100 años fue la capital internacional del cambio educativo y celebramos que quiera volver a serlo”, prosigue Vallory, quien plantea la necesidad de apuestas políticas más allá de la red presentada este jueves. “Tendremos que poner sobre la mesa la necesidad de cambios también en el marco legislativo”, plantea asimismo el director de Escola Nova 21 aprovechando la presencia de la ‘consellera’ Ruiz en la sala.
DEMOCRATIZACIÓN DE LA INNOVACIÓN
A ojos de Francina Martí, presidenta de Rosa Sensat, uno de los puntos fuertes del plan barcelonés por la democratización de la innovación educativa es que se crea “de abajo arriba”, a partir de las experiencias de las escuelas y de la cooperación entre las mismas, superando la lógica de competición. “El cambio o es sistémico o no será”, señala Martí, quien subraya esta necesidad dada “la anomalía de la doble red de escuelas públicas y privadas-concertadas”. Y pone sobre la mesa otro reto pendiente: la inclusión del tantas veces olvidado 0-3 en esta revolución.
El espíritu de Rosa SensatRosa Sensat planea durante toda la mañana sobre el vestíbulo del CCCB. Su nombre -y su legado-, está en boca de todos. “La innovación tiene que ser la nueva normalidad”, ha concluido Vallory. En eso están.
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