VÍAS MÁS FLUIDAS
La Sagrada Família pierde la mitad de terrazas y Enric Granados las alinea
La comisión técnica da luz verde a la norma especial para estas vías y para la Rambla del Poblenou
La comisión técnica de terrazas que incluye a representantes municipales, sector afectado y entidades vecinales ha dado luz verde a las regulaciones singulares de la Rambla del Poblenou, el entorno de la Sagrada Família y la calle de Enric Granados, con muy distintos resultados, aunque todavía hay por delante un mes de alegaciones hasta la aprobación definitiva en comisión de gobierno.
La primera podría potencialmente ganar 62 mesas hasta llegar a 524, pero siempre en los tramos más desiertos de actividad. La segunda perderá más de la mitad de mesas para oxigenar el paso de los 10 millones de visitantes anuales al entorno del templo. Mientras que la tercera se queda casi como está, aunque con una disposición alineada en una única fila.
El ayuntamiento defiende cada propuesta en base al "equilibrio de usos" y a garantizar que los vecinos disfruten el espacio público. Sus votos y los vecinales se han impusto a los del Gremi de Restauració, el Consell de Gremis y Pimec Comerç, que se quejan de que sus ajustes y peticiones no han sido recogidos.
En el entorno de la Sagrada Família (Sardenya y Marina) se experimentará bajando a la calzada 10 plataformas desmontables en un carril de aparcamiento, donde se situarán 30 mesas, como prueba piloto. Se liberará así más espacio para caminar. Entre otras medidas, no se permitirán terrazas en las aceras del perímetro del templo ni en las esquinas de los cuatro cruces. Se prevé reducir el volumen actual (193 mesas) a solo 92.
En Enric Granados, donde los vecinos han sido muy críticos con la invasión de veladores, solo se recortarán 5 de las 240 mesas porque se ha alcanzado un acuerdo sobre su disposición (25 por tramo) con espacios de paso despejados y sin posibilidad de que sigan creciendo en volumen.
El caso del Poblenou, donde los vecinos reclamaban incluso una restricción horaria, la propuesta se centra en ubicar las terrazas en el lado Besòs de la Rambla central para facilitar el paso. Sobre el papel podrían aumentar, pero si en las zonas despejadas no se dan más permisos de bares (el plan de usos lo prohibe) es díficil. En el tramo central más saturado se fija un límite de 8 o 6 mesas (hasta un tope por tramo) que implica fuertes reducciones para todos los negocios que ahora tienen una veintena o más y alguna nueva para los que no tenían.
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