Más que fiesta, cultura

Los turistas españoles visitan Barcelona sobre todo por su arquitectura y el patrimonio cultural y el diseño Los congresos y los cruceros atraen también a muchos visitantes

CON LAS HORAS JUSTAS 3 Arroyo, Gómez, Frau y Vila agotan el poco tiempo que tienen antes de proseguir su crucero por el Mediterráneo.

CON LAS HORAS JUSTAS 3 Arroyo, Gómez, Frau y Vila agotan el poco tiempo que tienen antes de proseguir su crucero por el Mediterráneo.

MARÍA G. SAN NARCISO / BARCELONA

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No vienen con el objetivo de encontrar fiesta y alcohol barato como algunos de sus vecinos europeos. Las personas de otros rincones de España que escogen Barcelona como destino turístico lo hacen sobre todo por otros motivos: el modernismo y Gaudí, el diseño y la gastronomía. Aunque también por el buen clima y la playa, admiten.

Ese es el caso de Luis Alonso, que pasea por el Portal de l'Àngel con su mujer y su hija. Vienen de Logroño aprovechando la festividad de San Bernabé, patrón de la capital riojana. «Es una ciudad que nos gusta, y como además el Barça ha ganado la Champions y yo soy culé, dije: 'Pues venga, a ver qué vemos'». Asegura que, a pesar de que las estadísticas apunten que el turismo está repuntando, en su caso viajan menos y mirando el dinero.

Alonso y su familia vinieron en tren por comodidad. La estación de Sants es un ir y venir de personas de todo el país que vienen por trabajo y también por ocio, como Sergio Sánchez, un joven que viene de Chiclana (Cádiz) a visitar a unos amigos y ver la ciudad. Ciutat Vella y el Camp Nou son lugares obligados. «El clima no me gusta tanto, el calor es muy pegajoso», comenta. También Ana Martínez llega desde Burgos en este medio. «El autobús nos cuesta igual», explica.

Ángeles Bosch saca una foto en la plaza de Sant Jaume a dos amigas valencianas que están de visita, Luisa Poveda y Carmen Máñez. «Estamos en su casa a media pensión», cuentan riendo. A cambio, Bosch tiene los gastos pagados fuera de casa. «Es la primera vez que venimos de turismo y estamos encantadas con cómo funciona la ciudad», cuentan. «Hay muy buena atención tanto en los sitios pequeños como en los restaurantes más grandes», dicen. Solo se quejan del precio de las entradas, como la de la Sagrada Família. «Con lo que pagamos ya tenemos una piedra allí puesta», bromea Máñez.

Congresos y cruceros

Los congresos son una buena excusa para hacer turismo. Y si no que se lo pregunten a Salvador Fernández y a José Mancera, dos malagueños que aprovechan los cuatro días que dura el congreso de medicina al que asisten para hacer escapadas por la ciudad. «Lo que hacemos es que cada tarde aprovechamos entre sesión y sesión para dar una vuelta». ­Como facultativos que son quedaron maravillados con la visita al Hospital de Sant Pau.

Dos parejas de amigos hacen cola para montar en un bus turístico. Son las once y media de la mañana y tienen hasta las seis de la tarde para conocer Barcelona. Como ellos, muchos turistas no duermen en la ciudad. Lo hacen en alguno de los cruceros que llegan o salen del puerto en ruta por el Mediterráneo. Aurora Arroyo y Toni Gómez explican que durante los años de la crisis viajaron igual. «Tocaremos madera», dicen. En cambio, sus amigos Francisca Frau y Juan Vila comienzan a aumentar las salidas después de tenerlas aparcadas al ver la situación de algunos familiares sin empleo. Los albaceteños Carlos Neme y Noelia Alvero, ya de vuelta, disfrutan del poco tiempo que tienen hasta que salga su tren. Unas horas que les deja con el caramelo en la boca, por lo que esperan repetir pronto «para visitar la ciudad a fondo».

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