NEGOCIACIÓN EN LA CAPITAL CATALANA

Trias y Collboni encarrilan el pacto para aprobar las cuentas del 2015

Varios usuarios entran en una estación del metro de Barcelona y validan sus billetes.

Varios usuarios entran en una estación del metro de Barcelona y validan sus billetes.

CRISTINA BUESA / BARCELONA

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Los dos quieren pactar. El alcalde Xavier Trias necesita aprobar los presupuestos del 2015 para, en un año electoral, poder utilizar los 381 millones de inversión previstos. El candidato del PSC, Jaume Collboni, con la amenaza de Guanyem en las municipales de mayo, quiere dar una imagen de corresponsabilidad hacia la ciudad que gobernaba hasta hace cuatro días. Por eso el acuerdo entre ambos está casi hecho. La tan reclamada rebaja del transporte público, condición de los socialistas y escollo principal de las negociaciones porque el gasto que supone para las arcas municipales, será una realidad el 1 de enero del año que viene, si ningún obstáculo de última hora hace descarrilar la negociación.

El pacto costará unos siete millones de euros al ayuntamiento. El Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que preside Trias pero cuyo vicepresidente es Antonio Balmón, alcalde de Cornellà y uno de los barones del PSC, aportará entre tres y cuatro millones más. Esta cantidad total, de entre 10 y 11 millones, servirá para bajar el precio del título de transporte más utilizado, la T-10. Actualmente cuesta 10,30 euros. La intención de CiU y PSC es descontar 30 céntimos de esa tarjeta y dejarla en 10 euros, un importe que parezca atractivo para los usuarios del transporte público, hartos de los incrementos de los últimos años.

CONVERSACIONES INTENSAS / Las conversaciones entre el equipo de gobierno (principalmente los tenientes de alcalde Joaquim Forn y Sònia Recasens) y los negociadores del PSC (el propio Collboni pero también Assumpta Escarp o Carmen Andrés) se han intensificado en los últimos días. El sábado pasado se encontraron Recasens y Collboni. La responsable de Economía, Empresa y Ocupación trató con el socialista los términos de un proyecto que en un primer momento debía ser solo para fomentar el empleo. No obstante, de esas negociaciones habría derivado un plan de rescate social mucho más amplio que atienda las desigualdades que existen entre los barrios, denunciadas por el PSC.

Y es que al alcalde Trias solo le sirve el aval de Collboni. No será un  a  los presupuestos del 2015, sino una abstención. El camino que ha tenido que recorrer el alcaldable tampoco ha sido cómodo y está por ver cómo sienta entre sus filas. Lo ha tenido algo más fácil que su antecesor, Jordi Martí, a quien los suyos torpedearon cualquier intento de acercarse a CiU. Para más inri, cuando Martí sí facilitó con su abstención que se aprobara el plan de acción municipal 2012-2015 provocando un tsunami interno, muchas de las actuaciones pactadas con CiU en ese documento no se concretaron.

PLENO DEL DÍA 19 / De ahí viene el recelo con el que se han desarrollado ciertos movimientos. En las últimas semanas, Collboni ha avisado cada vez que se ha referido al acuerdo sobre las cuentas del año próximo de que no consentiría incumplimientos si se ganaban su confianza para abstenerse en el pleno del próximo 19 de diciembre, último del año y en el que se votará el presupuesto.

Pero al equipo de Trias le falta concretar otro apoyo, el de Unitat per Barcelona (UpB), que al menos debería abstenerse para que las cuentas superaran el trámite. Su jefe de filas, Jordi Portabella, al que le quedan solo seis meses en el ayuntamiento, ha pedido que se congelen las tasas y precios públicos, algo asumible por Trias.