CINE. CITAS CINEMATOGRÁFICAS CON ALBERTO GARCÍA-ALIX
De la fotografía al cine
El maestro de la fotografía estará en la Filmoteca para explicar las conexiones cinematográficas de su obra. La cita se enmarca en la exposición que le dedica la Virreina.
Hace un mes, Alberto García-Alix (León, 1956) estuvo en la Virreina para inaugurar Autorretrato, una exposición que desvela su lado más personal a través de 76 imágenes. El maestro de la fotografía regresa ahora a Barcelona para mantener dos diálogos con el público. El tema será las conexiones cinematográficas de su obra. El espacio, la Filmoteca de Catalunya. Le acompañará Nicolás Combarro, artista visual y comisario de la muestra barcelonesa.
Aunque García-Alix es conocido y famoso como fotógrafo -en su currículo atesora galardones como el Premio Nacional de Fotografía en 1999 y el Premio PhotoEspaña en el 2012-,
hace ya algunos años emprendió un nuevo camino cinematográfico que él califica como «narraciones visuales». Son trabajos sorprendentes e inquietantes que mezclan fotografías, imágenes y textos poéticos. En ellos, García-Alix habla del pasado, de sus amigos desaparecidos, de las ciudades donde ha estado, de sus viajes, de la dificultad de seguir vivo. Esas obras videográficas son el eje de los dos encuentros que ha programado la Filmoteca para hoy y para el próximo viernes, día 8.
TRILOGÍA / El artista empezó esta nueva aventura con Tres vídeos tristes, una trilogía con piezas realizadas durante su estancia en París que hablan de su vida y su fotografía, íntimamente ligadas entre sí. Las tres piezas son Mi alma de cazador en juego (2003), Extranjero de mí mismo (2004) y Tres moscas negras (2006). Se proyectarán hoy en la Filmoteca en una sesión que completará el pase de De donde no se vuelve, un viaje experimental por el pasado y el presente del fotógrafo.
La sesión del viernes contará también con la presencia de García-Alix y de Combarro y estará dedicada a una triple proyección: De carne y hueso, pieza audiovisual creada a partir de una selección personal de más de 400 fotografías con acompañamiento musical del cantante y compositor argentino Daniel Melingo; Una perpetua fuga, montaje hecho para la feria de arte Arco, y El paraíso de los creyentes, reflexión sobre el valor de la imagen y la palabra con la voz de García-Alix.
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