LAS ATRACCIONES MÁS VISITADAS DE LA CIUDAD EN EL 2011

El zoo después de Copito

Algunos presagiaron que el recinto no superaría la muerte del gorila blanco, pero ahora tiene más público que nunca

ROSA MARI SANZ
BARCELONA

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El día de la Mercè el Zoo de Barcelona apagará las velas de sus 120 años, el tiempo que hará exactamente que abrió como tal en el recinto de la Ciutadella tras la compra por parte del ayuntamiento de la colección de animales exóticos del banquero Lluís Martí-Codolar.

La historia del zoo desde ese 24 de septiembre de 1892 está repleta de anécdotas y de recuerdos para los barceloneses, también de fotos, algo que esta instalación está reclamando a los ciudadanos (www.zoobarcelona.cat) para formar parte de una gran exposición con motivo de tan magno aniversario. Pero, sin duda, echando la vista atrás hay un nombre indiscutible asociado a este recinto que se construyó para la Exposición Universal de 1888 y se reconvirtió en zoo cuatro años después: Copito de Nieve, cuya muerte en el 2003, aunque algunos presagiaban lo peor, ha sido superada por esta instalación. Al menos, en cuanto a visitas se refiere. Porque el zoo, con más de 1.100.000 entradas, fue en el 2011 la sexta atracción con mayor tirón de la ciudad, batiendo a su vez su propio récord de una afluencia que no ha hecho más que crecer las últimas temporadas. Y este año lleva el mismo camino, ya que a fecha del pasado 31 de julio ya habían pasado por las instalaciones 658.040 personas.

Una de las principales razones de su éxito es fácil de comprobar con una visita: está lleno de familias barcelonesas que lo han hecho suyo, lo que viene favorecido por su cómoda ubicación, porque es muy fácil acceder con las opciones que hay de transporte público (bus, metro o tranvía). Algo que anima a muchos padres con niños pequeños a acercarse aunque sea por un par de horas, eso sí, si se disponen de carnet familiar (hay 108.000 socios), porque si no los precios (17 euros los adultos y 10,20 los niños de 3 a 12 años) hacen que uno se lo piense.

El triunfo de los dragones

Pero ese repetir entre los lugareños tiene sin duda mucho que ver con su oferta y la comodidad con la que las familias pueden pasar un día de pícnic en varias zonas adecuadas para ello. Prueba de lo primero es que muchos van a tiro fijo a ver a ciertos animales, unas preferencias que a veces varían en función del eco mediático que han tenido algunos personajes. De entre los más visitados ahora, cuentan desde el zoo y se corrobora con ver el no parar de personas pegadas a un vidrio protector y haciendo fotos, están los hasta hace unos meses no tan aclamados, al menos para el gran público, dragones de Komodo. Una atracción que sin duda ha venido alentada por su divulgado apareamiento y, cómo no, el despliegue que realizó este diario de ese exitoso encuentro del que dan fe 14 huevos que siguen su proceso. Pero en otras épocas han sido protagonistas de la serie de TV-3Veterinaris, como la orangutana Jingga, que sigue teniendo su club de fans, los que se han llevado la palma de los favoritos.

Esto de los animales va a gustos, pero lo que está claro es que siguen siendo un clásico las colas para el delfinario, una obsoleta instalación que será la primera de una serie de obras de mejora que afrontará el zoo en el horizonte en el 2020 y que supondrán una inversión de 25 millones de euros, 12 de ellos en el mandato que acaba en el 2015. También es habitual ver ciertas aglomeraciones ante los gorilas o, curiosamente, para animales no tan propios de un zoo, como son las cabras de la granja, con una gran aceptación por parte del público infantil.

Pero no todo es idílico. Este recinto no está exento de polémica; son varias asociaciones las que denuncian las condiciones en las que viven las especies, por lo que algunos animalistas tienen una cita casi cada fin de semana ante la entrada por el parque de la Ciutadella como acto de protesta. La polémica tuvo su punto álgido con la muerte de la elefanta Alicia, una pérdida que sumió en una profunda tristeza a su compañera Susi durante el año que vivió sola. La llegada de otra elefanta, Yoyo, parece que le levantó algo el ánimo, y desde la pasada primavera, otra exestrella de circo, Bully, se ha sumado a la colección de paquidermos y se encuentra en fase de una adaptación que, cuentan, parece ir viento en popa. Lo que no ha acallado ni mucho menos las críticas.

Y si estas quejas másprofesionalizadasson habituales, este verano ha habido otra, pero por parte de numerosos visitantes: el mal aspecto de los pingüinos, lo que ha llevado a pensar al público que el calor puede esta haciéndoles una terrible mella. El zoológico aclara, por un lado, que esa especie, los pingüinos de Humboldt, habita en las costas de Chile y Perú, o sea, en lugares no extremadamente fríos, y por otro, que esa pinta desaliñada no se debe a otra cosa que a que los animales están cambiando el pelaje. Aun así, durante los días más tórridos se les refrigera el agua, así como a otros animales se les dan helados. A cada uno sus preferencias, porque si a los primates les gustan los de frutas y a las nutrias, cómo no, los de pescado, los suricatas, esas simpáticas mangostas a las que es habitual ver de puntillas, como esperando algo, se los zampan de gusanos. Contra gustos...