desarrollo DE LA RED DE METRO EN EL BAIX LLOBREGAT

El Govern encarga el plan que podría llevar la L-3 a Sant Feliu en el 2016

RAMON COMORERA / Barcelona

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No es una obra ni para mañana ni para pasado, por su enorme coste y también por la polémica que ha levantado su trazado. Pero el fin de la legislatura y las próximas elecciones obligan al tripartito a muchas cosas, entre ellas cerrar el largo y sinuoso, casi tanto como la propia ruta elegida, proceso para definir la prolongación de la L-3 desde Zona Universitària hasta Sant Feliu de Llobregat. El Govern anunció ayer que ha sacado a concurso, y nada menos que por 12,3 millones, la redacción del proyecto constructivo de los 8,6 kilómetros de túnel y las nueve estaciones que finalmente tendrá el tramo del suburbano. Ello dio pie al secretario para la Mobilitat, Manel Nadal, a aventurar un calendario: dos años y medio para redactar el proyecto y tres para ejecutar unas obras de un coste tan alto, 1.274 millones, que casi parece inalcanzable en época de recortes. En cualquier caso, si se hace la suma se llega a una fecha: finales del 2016.

Nadal quiso ser rotundo ante algunas dudas apuntadas por los periodistas: «Los proyectos que hace el Govern son para realizarse, de forma que haya continuidad entre un Ejecutivo y otro. La empresa que gane el concurso deberá cumplir el contrato». La situación de los próximos meses, no obstante, es fluida y la adjudicación de la redacción de este proyecto final, que no de la ejecución de las obras, podría producirse después del 28-N.

REIVINDICACIÓN ANTIGUA / El secretario para la Mobilitat insistió en la importancia de esta licitación con más argumentos. «Por su importe -dijo- es la más importante efectuada nunca por la Generaliat para elaborar un proyecto. Y se hace en tiempos de crisis, cuando otras administraciones recortan sus planes». Nadal también recordó que la extensión del metro hacia el Baix Llobregat es una reivindicación «muy antigua» y «un compromiso» del Govern con los ayuntamientos.

Antoni Poveda, alcalde de Sant Joan Despí (lugar de la presentación), y presidente de la Entidad Metropolitana del Transporte, negó directamente que la licitación y su anuncio fueran «electoralistas». Adujo que «se ha trabajado durante cuatro años para llegar hasta aquí» y expresó un deseo pensando, aunque sin citarla, en la oposición de CiU, cuyo último gobierno proyectó precisamente en esta zona la L-12 que el tripartito abandonó. «Estaría bien que fuera un compromiso de todos», llegó a decir ayer.

Además de Poveda, arropó a Nadal una notable representación del poder socialista en la comarca: los alcaldes de Sant Feliu, Juan Antonio Vázquez, y de Esplugues, Pilar Díaz, la primera teniente de alcalde de Sant Just Desvern, Anna Hernández (esposa de José Montilla) y también el director general de Transport Terrestre, Manel Villalante.

La ruta elegida pasará por Esplugues (dos estaciones) y Sant Just (una), ambos municipios sin metro ni Rodalies, y por Sant Joan Despí (cuatro) y Sant Feliu (dos). Dará servicio a los hospitales de Sant Joan de Déu y Sant Joan Despí-Moisès Broggi y a los estudios de TV-3. Nadal justificó el itinerario, contestado por entidades y partidos, en especial de Sant Feliu, y cuya alternativa de dos ramales tildó de «complicada», por «la facilidad de la obra, el menor coste, la rapidez del viaje y para buscar el máximo de usuarios». Sus estudios prevén 57.300 viajeros al día.