PROYECTO impulsadO por la diputació en collserola

BCN abre un nuevo corredor de peatones para llegar al Tibidabo

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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En el programa infantilFraggle Rock aparecían unos curiosos animalitos, conocidos como los Curris, cuyo único cometido era trabajar sin llamar demasiado la atención. En el parque de Collserola, esa labranza invisible corre muchas veces a cargo de la Diputación de Barcelona, organismo repleto de apocados ingenieros que tienen la virtud de dejar la política al margen de todo cuanto construyen. Ahora trabajan en la reforma de la carretera BV-1418, la vía que une Vallvidrera con la cima del Tibidabo y que muy pronto renacerá con un amplio paseo peatonal de poco más de dos kilómetros.

Vicenç Izquierdo, gerente del área de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda de la institución, volvía ayer de vacaciones y atendía a este diario sin tiempo apenas de cambiar la contraseña caducada del ordenador. «La intención es la misma que tuvimos en la mejora de la Arrabassada a principios de año, cuando decidimos reducir la anchura de los carriles y limitar la velocidad de los vehículos», resume.

La velocidad máxima en toda la pista se rebajará a 40 kilómetros por hora, lo que permitirá que las bicicletas puedan circular por el asfalto «con total comodidad» y sin los agobios propios de cualquier otra vía secundaria en la que se juegan el tipo. El itinerario, del que se están ultimando los detalles, está separado de los coches por una valla de madera que da un toque rústico al tema y que Izquierdo justifica por la voluntad de «fusionar el paseo con el entorno del parque de Collserola». Un pasamanos y un pequeño cercado en los puntos de mayor riesgo de caídas evitarán que los despistados turistas y los alegres excursionistas se despeñen por la pendiente.

La reforma de la BV-1418, con un presupuesto de poco más de 1,2 millones de euros, ha implicado también la construcción de una nueva rotonda en el cruce que permite acceder al párking del parque de atracciones o a la torre de Collserola, así como la mejora de la señalización.

ARCÉN A LA ESPERA / La reforma de la Arrabassada coincidió con el traspaso de la gestión de la mítica carretera a la Generalitat. A pesar de que la diputación dejó también dos metros de arcén para habilitar un camino que enlace los dos puntos cortados de la carretera de las Aigües, el vial mantiene la ladera desnuda. Izquierdo desconoce si el Govern tiene intención de llevar a cabo la empresa, aunque reconoce que actuar en este sentido «cerraría de alguna manera el circuito de paseos que rodean la montaña del Tibidabo». «Tarde o temprano, desde el consorcio del parque se instará a la Generalitat a que dé el paso y ponga en marcha el camino peatonal», adelanta.

Los vecinos de Vallvidrera aplauden todo lo que sea adecentar el entorno del Tibidabo, pero consideran que el barrio tiene problemas de urbanización importantes que también deben ser resueltos de manera inmediata. Francesc Comulada, miembro de la Associació de Veïns Mont d'Orsà, lamenta que las aceras «sean más anchas fuera que dentro» del antiguo pueblo que la capital catalana engulló en 1921 e insta a la autoridad competente «a darse una vuelta con un carro de la compra por alguno de los arcenes de la carretera que cruza el barrio». Izquierdo, sin querer entrar en polémicas, asegura que la Diputación de Barcelona se limita a gestionar el vial y apunta que las zonas urbanas de peatones son «de titularidad municipal».

Comulada considera «absurdo» que el itinerario no empiece en la parada del funicular, que es el punto de inicio de muchos de los que se aventuran a trepar por el monte. «Si querían un vial peatonal, tenían que haberlo hecho desde el lugar en el que muere el transporte público, y no desde un rincón al que es complicado llegar andando porque las aceras tienen menos de un metro y están llenas de obstáculos», resume este combativo vecino. Izquierdo rebate que el paseo de la BV-1418 no es una acera ensanchada, sino un terreno ganado tras haber estrechado los carriles. «El objetivo es pacificar la montaña, hacer el lugar más amable para todos», concluye.