TRANSFORMACIÓN URBANÍSTICA EN sant andreu

La gran reforma del Bon Pastor cobra impulso con la 3ª fase de las obras

Uno de los bloques nuevos en el Bon Pastor, hace unas semanas.

Uno de los bloques nuevos en el Bon Pastor, hace unas semanas.

XABIER BARRENA
BARCELONA

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El Patronato Municipal de la Vivienda ha seleccionado ya los 10 equipos de arquitectos que tomarán parte de la fase final del concurso para la construcción de la tercera fase de la reforma del Bon Pastor. Los finalistas, escogidos entre los más de 100 que se presentaron al concurso de ideas, tienen tiempo hasta el miércoles de la semana que viene para presentar la redacción del proyecto. El encarrilamiento de esta fase supone lo mismo que lo significó para Julio César cruzar el río Rubicón, es decir, lanza una señal de que la reforma del barrio ya no se detendrá y que es uno de los intereses punteros del actual gobierno municipal, no en vano es una de las más importantes operaciones urbanísticas en curso en Barcelona. El proyecto de reforma prevé levantar un total de 1.000 nuevas viviendas que sustituirán a las 784 Casas Baratas del barrio.

No es que hubiera dudas sobre el proyecto, pero la diligencia del ayuntamiento ha despejado, sin duda, cualquier sombra que pudiera haber entre los vecinos. Además, en paralelo, casi 200 familias del Bon Pastor, 192 para ser exactos, se acercarán a partir del lunes de la semana que viene al Patronato para escoger, sobre plano, en qué piso quieren vivir. Las comunicaciones de las citaciones han sido ya cursadas.

La entrega efectiva de los pisos que se están acabando de construir se realizará en el 2010, y culminará la segunda fase del plan de derribo de las Casas Baratas del barrio y reubicación de sus habitantes en nuevos bloques. De las más de 1.000 viviendas que se edificarán, entre 700 y 800 servirán para el realojo de los vecinos de estas construcciones de origen modesto.

COMO SI FUERA EL TETRIS / El plan del Bon Pastor se está ejecutando como si se tratara de un remedo del tetris, el popular juego de ordenador. Se empezó ocupando un solar donde construir 152 viviendas para, una vez finalizado y trasladados los vecinos, derribar una parte de las casas baratas. La propia configuración de las edificaciones, autoconstruidas algunas y la mayoría sin cimientos, obliga a derribar toda una hilera de golpe porque frecuentemente las casas se aguantan entre sí. Los trabajos se iniciaron en el 2004, y en el 2007 los inquilinos de la primera fase ocuparon el bloque de sustitución.

La media, por tanto, es de tres años por fase que, en algunos casos, podría rebajarse a dos. El plan podría llegar a su fin, –es decir, las 784 viejas viviendas serán historia–, en el 2016, según algunas previsiones. Se prevé cinco fases de construcción –los inquilinos de las Casas Baratas ocuparan las cuatro primeras, mientras que la quinta quedará como vivienda pública del distrito– por cuatro de derribo. Con las demoliciones del año próximo, por tanto, se alcanzará el ecuador del complejo plan de realojamiento de vecinos.

Los cuatro bloques que se adjudicarán a los propietarios la semana que viene –obra de Víctor Seguí, Ton Salvadó y Esteve Aymerich y Santi Vives– tienen entre 52 y 90 metros cuadrados de superficie y dos, tres o cuatro dormitorios. Los futuros inquilinos podrán escoger entre renunciar a la nueva vivienda y cobrar la pertinente indemnización, o pedir el realojo en régimen de compra o bien de alquiler.

Se ha dividido a los inquilinos en grupos en función del número de personas que ocupan actualmente las casas, de manera que, por ejemplo, aquellos que vivan solos, en pareja o con un hijo puedan escoger solo entre todos los pisos de dos habitaciones. El orden que seguirán los vecinos para elegir viene determinado por el sorteo que se realizó el pasado 23 de julio en la iglesia del Bon Pastor. El objetivo, claro está, es evitar que los pisos grandes recaigan en unidades familiares de reducido número de integrantes.

OBRAS DE VIALIDAD / Además, el ayuntamiento está reformando varias calles en el entorno de las Casas Baratas. Estos proyectos primarán el paso de los peatones sobre la circulación de los coches. La reducción del tráfico aumentará el problema de la falta de plazas de aparcamiento en superficie para los residentes, lo que llevó al ayuntamiento a comprometerse a construir uno subterráneo.